(Por Osvaldo Peralta) La situación económica en Argentina se deteriora a pasos agigantados, y uno de los sectores más golpeados es el laboral. En las últimas semanas, se han registrado despidos masivos en empresas de diferentes sectores, afectando a cientos de familias. Los casos más recientes y resonantes son los de Diarco y Techint, donde la crisis ha llevado al despido de decenas de empleados en medio de una recesión implacable.

Diarco: Un Escenario de Desesperación

El caso de Diarco es particularmente emblemático de la precariedad laboral que afecta al sector del comercio mayorista. La empresa, una de las más importantes en su rubro, ha decidido cerrar varias de sus sucursales, entre ellas las de Berazategui y Lanús, argumentando una significativa caída en las ventas. Estos cierres han resultado en el despido de 25 trabajadores en Lanús, quienes se encontraron con las puertas cerradas al intentar ingresar a sus puestos el miércoles pasado.

El Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús y Avellaneda (SECLA), liderado por Orlando Machado, intervino rápidamente ante la situación, presentando una queja formal ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires. La cartera laboral, encabezada por Walter Correa, actuó convocando a una audiencia de conciliación obligatoria para el viernes, en un intento de revertir los despidos y encontrar una solución que evite más perjuicios a los trabajadores afectados.

Las medidas de Diarco no son aisladas. Hace apenas veinte días, la sucursal de Berazategui cerró sus puertas, dejando a los empleados en una situación de incertidumbre tras promesas de pagos que nunca se cumplieron. La situación en Lanús refleja un patrón preocupante de cierre de establecimientos y despidos masivos, atribuida por la empresa a la baja en las ventas, una justificación que, aunque repetida, no consuela a los trabajadores que ven sus medios de subsistencia evaporarse de un día para otro.

Techint: La Industria Bajo Fuego

Por otro lado, el gigante industrial Techint también ha contribuido a la ola de despidos que azota al país. La empresa ha cesado a cinco trabajadores, entre ellos miembros de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y supervisores de la Asociación de Supervisores de la Industria Metalmecánica de la República Argentina (Asimra). Según Norberto Negrin, delegado de la UOM, Techint alega que los despidos se deben al incumplimiento de ciertos procedimientos por parte de los trabajadores, un argumento que Negrin califica de pretexto para justificar una política más amplia de presión y control sobre el personal.

Negrin sostiene que esta medida es parte de una estrategia empresarial que busca avanzar sobre los derechos de los trabajadores, respaldada por la cercanía de la compañía con figuras clave del actual gobierno, como el secretario de Trabajo y el presidente de YPF, ambos ex empleados de Techint. Esta relación, según Negrin, facilita la implementación de políticas de flexibilización laboral que atacan directamente las condiciones de trabajo de los empleados.

Changomas: La Situación No es Aislada

El escenario en Diarco y Techint no es único. A mediados de mayo, otra cadena de consumo masivo, Changomas, despidió a 152 empleados en sus sucursales del conurbano bonaerense, incluyendo a 27 trabajadores en San Justo y 17 en el shopping Alto Avellaneda. La empresa también argumentó que la caída en las ventas, consecuencia directa de la crisis económica, fue la razón detrás de estas cesantías.

Estos despidos masivos reflejan una tendencia preocupante de reducción de personal en respuesta a la disminución de la actividad económica, dejando a numerosos trabajadores sin empleo y sin perspectivas claras de reinserción laboral en un contexto de recesión y alta inflación.

La Reacción Sindical y las Audiencias de Conciliación

La reacción sindical ha sido inmediata y contundente. En el caso de Diarco, el SECLA ha organizado acciones para apoyar a los trabajadores despedidos y presionar por una solución justa. La intervención del Ministerio de Trabajo de Buenos Aires es vista como una medida necesaria para intentar frenar la ola de despidos y buscar una resolución que respete los derechos laborales.

La audiencia de conciliación programada para el viernes es un paso crucial. Los sindicatos esperan que la intervención gubernamental logre revertir los despidos y asegurar que los empleados reciban el apoyo y la compensación que merecen. Sin embargo, la efectividad de estas audiencias y las medidas de conciliación obligatoria está por verse, en un contexto donde las empresas argumentan dificultades económicas para justificar la reducción de personal.

La Realidad de los Trabajadores

Para los trabajadores afectados, la situación es devastadora. Más allá de los argumentos empresariales y las intervenciones gubernamentales, la realidad cotidiana de estos empleados es la pérdida de ingresos y la incertidumbre sobre su futuro. La falta de seguridad laboral y la posibilidad de reintegración en el mercado de trabajo son cuestiones que preocupan profundamente a quienes han sido despedidos.

La caída en las ventas, la recesión económica y la política de flexibilización laboral impulsada por algunas empresas están configurando un escenario sombrío para el empleo en Argentina. Los despidos en Diarco y Techint son solo la punta del iceberg de una crisis más profunda que requiere soluciones estructurales y una respuesta coordinada entre el gobierno, los sindicatos y las empresas.

La situación en Diarco y Techint es un reflejo de la grave crisis económica que atraviesa Argentina y de cómo esta impacta directamente en los trabajadores. Los despidos masivos, justificados por la caída en las ventas y otras razones empresariales, dejan a muchas familias en una situación de vulnerabilidad extrema. La intervención del Ministerio de Trabajo y las acciones sindicales son pasos necesarios, pero insuficientes para resolver una problemática que requiere de soluciones más profundas y estructurales.

Mientras se espera el resultado de las audiencias de conciliación y las acciones gubernamentales, los trabajadores despedidos enfrentan una realidad difícil, marcada por la incertidumbre y la precariedad. La necesidad de políticas que protejan el empleo y promuevan la recuperación económica es más urgente que nunca.