La Unión Cívica Radical (UCR) ha sido, desde sus inicios, un pilar fundamental de la política argentina. Sin embargo, en la actualidad enfrenta una profunda crisis de identidad. Agustín Rombolá, ex presidente de la Juventud Radical de CABA, ha alzado su voz en contra de lo que considera la desnaturalización del partido, señalando a figuras como Luis Petri, a quien acusa de traicionar los ideales del radicalismo al posicionarse como aliado de Patricia Bullrich.

En una entrevista radial, Rombolá expresó con claridad su rechazo a aquellos que, según él, han entregado el partido al servicio del oficialismo. "No está bueno entregarle el partido a estos tipos que son funcionales al gobierno de turno", disparó, refiriéndose a Petri, ex concejal del "radicalismo K" y actual aliado de Bullrich. "A los Luis Petri de la vida, los quiero afuera del partido de la UCR", afirmó contundente.

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El malestar de Rombolá no se limita a Petri, sino que apunta a un grupo más amplio de legisladores que, en su opinión, han perdido el rumbo. "Ayer presentamos un pedido de expulsión para los cinco diputados que votaron en contra del proyecto", explicó, refiriéndose a una reciente votación en el Congreso en la que varios miembros de la UCR se distanciaron de la postura oficial del partido. Para él, lo sucedido fue una verdadera "tragedia", una demostración de cómo la UCR ha perdido coherencia y liderazgo.

Rombolá no oculta su frustración: "Es una vergüenza, una obscenidad y un papelón enorme. Para mí es uno de los actos más ridículos y bizarros de la historia democrática reciente". Esta frase refleja la gravedad con la que el dirigente radical percibe la situación actual del partido. En su opinión, estos diputados han traicionado el mismo proyecto que en algún momento impulsaron, lo que para él marca un punto de inflexión en la historia de la UCR.

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Uno de los puntos más críticos que señala Rombolá es la falta de representación que, según él, sufre el radicalismo. "Todo esto colabora para que el radicalismo hoy no esté representando a nadie ni esté significando nada", sentenció. Sus palabras no son una simple queja, sino un llamado a la acción: la UCR, en su forma actual, ha perdido su capacidad de influir en la política nacional, diluyéndose entre acuerdos y negociaciones que han desvirtuado sus principios fundamentales.

Rombolá va más allá y plantea un escenario en el que el radicalismo, como bloque homogéneo, deje de existir. "Ojalá se rompa el radicalismo, arrancando por el bloque de Diputados", dijo, dejando claro que prefiere un partido más pequeño pero firme en sus convicciones que uno grande y sin rumbo. Para él, los diputados que han optado por alinearse con el oficialismo deberían "irse a trabajar a otro partido que sea más funcional a los intereses de ellos".

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La crisis que atraviesa la UCR no es solo política, sino también simbólica. Rombolá lamenta que el partido, que en algún momento representó los intereses de las clases medias y de las juventudes progresistas, haya caído en una suerte de letargo ideológico. "Después de lo que vi ayer, ya no me sorprende nada", dijo, en alusión a la votación en el Congreso que terminó de exponer las fracturas internas.

Lo más grave, según él, es que la UCR ha dejado de representar los intereses de la ciudadanía. "Un cúmulo de diputados que está al servicio de un oficialismo que lo único que hizo es empobrecer a la gente, destruir las pymes, abandonar a nuestros jóvenes y entregar nuestros bienes productivos en manos internacionales", afirmó. Estas palabras resonaron como una advertencia sobre los peligros de un partido que, en lugar de oponerse al poder, ha optado por colaborarle.

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Rombolá es consciente de que su postura puede resultar incómoda para muchos dentro del partido, pero asegura que no está solo. En su opinión, la juventud radical ha sido "subestimada" en los últimos años, y esta situación ha contribuido a la desconexión del partido con las demandas de las nuevas generaciones. Para él, es fundamental que la UCR recupere su capacidad de representar a los jóvenes y de ofrecerles una alternativa política real, algo que, según su análisis, no está ocurriendo en la actualidad.

En este sentido, el ex presidente de la Juventud Radical de CABA destaca la necesidad de una renovación profunda, no solo en términos de liderazgo, sino también de propuestas. La UCR, insiste, debe volver a sus raíces, a los principios que alguna vez la hicieron una fuerza política relevante en la Argentina.

El futuro de la UCR es incierto, y figuras como Agustín Rombolá parecen estar dispuestas a liderar un cambio profundo dentro del partido. Su llamado a la expulsión de aquellos que se han desviado del camino original del radicalismo es un intento por recuperar la esencia de una organización política que, según su visión, ha perdido el rumbo. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si el partido está preparado para afrontar una transformación de esta magnitud.

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Lo cierto es que, con un liderazgo fragmentado y una base juvenil subestimada, el radicalismo enfrenta el desafío más grande de su historia reciente. Rombolá representa a un sector que no está dispuesto a seguir callado, y su voz se suma a un coro de críticas que exigen una renovación inmediata para que la UCR pueda volver a ocupar un lugar protagónico en la política argentina.

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— En Orsai (@EnOrsai) September 13, 2024