Manuel Zunino, titular de la consultora Proyección, advierte sobre la creciente crisis económica y social que vive el país bajo el gobierno de Javier Milei. Las familias no pueden planificar ni siquiera su quincena, y el endeudamiento se ha vuelto la única estrategia para sobrevivir. Mientras tanto, la falta de un liderazgo claro en la oposición y las promesas incumplidas del oficialismo alimentan la desesperanza.
Redacción EnOrsai // Lunes 09 de septiembre de 2024 | 23:11
En medio de una de las crisis económicas más profundas de la historia reciente de Argentina, la falta de previsibilidad se ha convertido en la norma bajo la administración de Javier Milei. El caos económico es palpable: la inflación galopante, el estancamiento del poder adquisitivo y el aumento desmesurado de las tarifas han dejado a millones de argentinos en una situación de absoluta incertidumbre. "Mucha gente no puede planificar el mes y ni siquiera la quincena", advierte Manuel Zunino, titular de la consultora Proyección, en una entrevista reciente con AM530. Esta declaración encapsula el descontento generalizado y la creciente frustración social frente a un gobierno que, lejos de brindar soluciones, parece profundizar la crisis.
El gobierno de Javier Milei, lejos de cumplir con las promesas de prosperidad y crecimiento económico, ha permitido que el poder adquisitivo de los argentinos se hunda a niveles históricamente bajos. Como Zunino señala, la situación actual es alarmante: "El poder adquisitivo está en uno de los niveles más bajos de la historia reciente". Las familias ya no pueden planificar sus gastos, los salarios se evaporan frente a la inflación, y los aumentos de tarifas asfixian a quienes intentan llegar a fin de mes.
El panorama es desesperanzador: millones de argentinos viven al día, endeudándose para cubrir necesidades básicas como alimentos, medicamentos y servicios públicos. Esta dependencia de créditos y préstamos no es un lujo, es una necesidad impuesta por un gobierno que ha fallado en proteger a los sectores más vulnerables de la población. Zunino subraya que "la gente está preocupada por los aumentos de tarifas y muchos mencionan una situación de endeudamiento para llegar a fin de mes", una afirmación que refleja el costo humano del ajuste económico brutal que ha implementado Milei.
Uno de los principales argumentos del gobierno de Javier Milei fue que las reformas económicas extremas traerían estabilidad y crecimiento. Sin embargo, la realidad es que, lejos de mejorar la calidad de vida de los argentinos, las medidas implementadas han empeorado la situación de la mayoría. El ajuste ha golpeado con fuerza a las clases medias y bajas, mientras que los sectores más ricos, paradójicamente, parecen beneficiarse de una política económica que prioriza la concentración de la riqueza en detrimento de la mayoría.
Zunino apunta a una contradicción clave en el discurso oficial: "Mucha gente quiere bancar a Milei, pero no da más, a la gente le está costando mucho". El electorado que apostó por Milei con la esperanza de un cambio económico sustancial ahora se enfrenta a una realidad muy diferente. El costo de la vida sigue aumentando y la promesa de mejoras a corto plazo se ha desvanecido. El esfuerzo que hace la población es enorme, pero los resultados no llegan.
A medida que el descontento crece, la pregunta inevitable es: ¿dónde está la oposición? Zunino describe un escenario de vacío político, donde la falta de un liderazgo fuerte y consolidado ha dejado a muchos ciudadanos en la incertidumbre. "La gente no ve una oposición firme y consolidada, empiezan a demandar una oposición más dura", señala Zunino. Esta falta de referentes claros, en un momento de crisis, alimenta la sensación de que el país está a la deriva.
Si bien figuras como Cristina Fernández de Kirchner siguen siendo referencias clave dentro del espectro político, el vacío de liderazgo se siente en la falta de un plan claro y cohesionado para enfrentar la crisis económica. Zunino menciona que "Leandro Santoro y Axel Kicillof fueron los que resultaron más atractivos para la gente", pero advierte que estos liderazgos, aunque esperanzadores para algunos sectores, no han logrado consolidarse como alternativas viables para hacer frente a la devastación económica actual.
La realidad que enfrenta el país bajo la gestión de Milei no se limita a la crisis económica. La incertidumbre ha permeado todos los aspectos de la vida cotidiana. "Las preocupaciones tienen que ver con las complicaciones económicas, pero hay también una falta de previsibilidad. La gente vive al día", resume Zunino. Esta falta de horizonte, de un plan que vaya más allá del ajuste, ha dejado a millones de argentinos en una situación de desesperanza. No hay posibilidad de planificar, de proyectar el futuro o de imaginar una mejora sustancial en el corto o mediano plazo.
La política de ajuste constante y represión sistemática implementada por el gobierno no solo ha empobrecido materialmente a la población, sino que ha creado un ambiente de desgaste emocional y psicológico. Vivir en la incertidumbre constante, sin saber si se podrá pagar la próxima factura de luz o si se tendrá dinero suficiente para llegar al final del mes, ha hecho que los argentinos pierdan la capacidad de soñar con un futuro mejor.
Aunque muchos argentinos siguen respaldando al gobierno de Milei por una cuestión de convicción o desesperanza, Zunino apunta a un fenómeno creciente: el agotamiento. "Mucha gente quiere bancar a Milei, pero no da más", expresa con claridad. La frustración ha comenzado a hacer mella en aquellos que, con fe, apoyaron las promesas de cambio radical del gobierno. Esta fatiga generalizada, sumada a la falta de alternativas políticas claras y consolidadas, abre un panorama incierto para el futuro del país.
Sin embargo, en medio de este caos, aún queda lugar para la resistencia. La movilización social, aunque fragmentada, sigue siendo una herramienta poderosa para enfrentar las políticas de ajuste. Como señala Zunino, "la gente siente que falta un discurso hacia adelante, que sea superador de esta situación". Esta demanda por un proyecto alternativo es la esperanza latente que aún sobrevive en la población argentina. Un liderazgo que logre articular las demandas sociales y económicas, y que proyecte un futuro más allá del ajuste, es lo que podría marcar el inicio de un verdadero cambio.
La administración de Javier Milei ha dejado a la Argentina en un estado de incertidumbre permanente. La falta de previsibilidad, el endeudamiento masivo de las familias y el colapso del poder adquisitivo son las consecuencias directas de un modelo económico que ha priorizado el ajuste por encima de las necesidades de la gente. Manuel Zunino expone con crudeza esta realidad: la población no puede planificar ni siquiera la quincena, y el costo de la vida sigue subiendo sin freno. Mientras tanto, la falta de un liderazgo fuerte en la oposición deja a millones de argentinos sin una salida clara a la crisis actual.
El desafío que enfrenta la Argentina no es menor. La resistencia a las políticas de ajuste, el llamado a la movilización social y la demanda por una alternativa política que ponga en el centro a las personas son los primeros pasos hacia una solución. La batalla por el futuro de la Argentina está en marcha, y el país no puede permitirse seguir endeudándose para sobrevivir. Es hora de que el gobierno de Javier Milei asuma la responsabilidad de su fracaso y de que surjan liderazgos que guíen al país hacia una salida digna de esta trampa económica.