La reciente votación en el Senado que aprobó la boleta única de papel para las próximas elecciones nacionales ha desatado un torrente de críticas y dudas. Marcos Schiavi, ex director nacional electoral y experto en la materia, ofrece una visión crítica sobre los cambios propuestos, cuestionando la rapidez del proceso y los posibles efectos adversos en la participación ciudadana y la transparencia electoral
Lunes 16 de septiembre de 2024 | 12:40
La implementación de la boleta única de papel, promovida por el gobierno de Javier Milei, se presenta como una reforma drástica en el sistema electoral argentino. Sin embargo, el ex director nacional electoral Marcos Schiavi advierte sobre múltiples interrogantes y desafíos que podrían socavar la eficiencia y transparencia del nuevo mecanismo.
En una entrevista en vivo con Futurock FM, el ex director nacional electoral Marcos Schiavi ofreció una profunda crítica sobre la reciente aprobación de la boleta única de papel, un cambio que, según él, podría transformar radicalmente el sistema electoral argentino de maneras preocupantes. La medida, impulsada por el gobierno de Javier Milei, pretende simplificar el proceso electoral, pero Schiavi señala que la implementación apresurada y la falta de capacitación podrían poner en riesgo tanto la claridad del voto como la seguridad del proceso.
El primer aspecto que Schiavi resalta es la magnitud del cambio. "Estamos hablando de una reforma que afecta el corazón del sistema electoral", advierte. La boleta única de papel reemplaza el actual sistema de boletas partidarias múltiples con un único documento que el votante debe marcar para elegir a candidatos en distintas categorías. Este cambio no solo introduce un nuevo formato, sino que requiere una transición masiva en la forma en que los ciudadanos interactúan con el proceso electoral.
Schiavi enfatiza que la adaptación a este nuevo sistema no será sencilla. La complejidad de la boleta única de papel, con sus múltiples categorías y la necesidad de marcar de manera precisa cada opción, demanda una capacitación exhaustiva para la población. La falta de preparación podría llevar a un incremento en el voto en blanco y nulo, como ya ha sido observado en provincias que implementaron sistemas similares. En Córdoba y Mendoza, por ejemplo, se registraron altos porcentajes de votos en blanco en elecciones recientes, un fenómeno que Schiavi atribuye a la falta de familiaridad de los votantes con la boleta única.
"El sistema de boleta única no está hecho para sistemas de representación proporcional como el de Argentina. No podés pensar la boleta independientemente de cómo es tu sistema electoral".
— Matías (@matialv__) September 13, 2024
???? @odonnellmaria y una clase básica de Ciencia Política sobre la
BUP. pic.twitter.com/8FY65ciDwj
Uno de los puntos más controversiales que Schiavi aborda es la tendencia hacia la personalización extrema de la política. Con la boleta única, la atención se centra en las caras de los candidatos, promoviendo un sistema donde la popularidad personal puede eclipsar a las propuestas partidarias. Este fenómeno, según Schiavi, está en línea con la política actual, caracterizada por el predominio de figuras individuales sobre estructuras partidarias consolidadas.
Este énfasis en la personalización, argumenta Schiavi, podría tener efectos perjudiciales para el sistema de partidos y la representación política. "Estamos viendo un debilitamiento de los partidos políticos tradicionales en favor de figuras mediáticas", señala. La boleta única podría exacerbar esta tendencia, favoreciendo a candidatos que son conocidos por su imagen pública más que por sus propuestas políticas.
El debate sobre la boleta única también toca cuestiones de seguridad y representatividad. Schiavi cuestiona la rapidez con la que se está implementando el cambio sin una consulta adecuada con los actores clave del sistema electoral, como los partidos políticos y los jueces electorales. La falta de coordinación y la apresurada implementación podrían generar problemas en el proceso de escrutinio y en la distribución de boletas, como ya ha sido evidenciado en las elecciones provinciales.
El rostro oculto del ajuste: la verdad detrás del presupuesto 2025 de Javier Milei
Además, Schiavi destaca que, aunque la boleta única podría reducir algunos costos asociados con la impresión de múltiples boletas, también introduce nuevos desafíos. El costo de la boleta única podría no ser significativamente menor que el del sistema actual, especialmente cuando se consideran los gastos adicionales en seguridad y logística. "La boleta única no es necesariamente más barata que las boletas partidarias", aclara, subrayando que la implementación puede conllevar costos adicionales que aún no se han contemplado completamente.
La implementación de la boleta única también plantea preguntas sobre la participación ciudadana. La complejidad del nuevo sistema podría desincentivar la participación de los votantes, especialmente si no reciben la información y capacitación adecuadas. Schiavi advierte sobre el riesgo de que los ciudadanos, especialmente aquellos menos familiarizados con los nuevos procedimientos, puedan verse desalentados o confundidos durante el proceso de votación.
"El principal desafío es garantizar que los votantes entiendan el nuevo sistema y se sientan cómodos usándolo", afirma Schiavi. La capacitación y la información son cruciales para asegurar que el cambio no resulte en una disminución de la participación o en un aumento de votos en blanco y nulos.
El debate sobre la boleta única de papel revela una serie de tensiones y desafíos en el sistema electoral argentino. Aunque la reforma busca simplificar el proceso y reducir costos, la implementación apresurada y la falta de una preparación adecuada podrían poner en riesgo tanto la eficacia del voto como la transparencia del proceso electoral. Las advertencias de Marcos Schiavi ofrecen una visión crítica y esencial para comprender las posibles repercusiones de este cambio radical en el sistema electoral del país.