En los rincones tranquilos de San Pedro, una ciudad ubicada en el norte de la provincia de Buenos Aires, se gestaba en silencio una tormenta. Miles de vecinos, movidos por el boca a boca, comenzaron a invertir sus ahorros en una plataforma llamada RainbowEX, que prometía ganancias diarias del 1,5% sobre el capital invertido. Lo que para muchos parecía la fórmula mágica para prosperar económicamente, terminó revelándose como una compleja estafa piramidal, exponiendo la vulnerabilidad de una comunidad ante los engaños de las finanzas digitales.

La historia de esta ruleta financiera disfrazada de inversión comenzó con promesas inverosímiles, figuras públicas de dudosa procedencia y una sensación de euforia compartida. La plataforma, conocida como “La Monedita” entre sus usuarios, había logrado penetrar en la vida diaria de los sanpedrinos con una facilidad alarmante. “Entré porque una amiga me contó que su hijo había hecho arreglos en la casa con las ganancias. Todo el mundo en la ciudad estaba hablando de esto”, cuenta Ana, una de las tantas víctimas de RainbowEX.

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La naturaleza del esquema era simple: las inversiones parecían crecer como por arte de magia. Pero este sistema dependía de una red constante de nuevos jugadores que mantenían el flujo de dinero en la pirámide. Para quienes ingresaron primero, los beneficios eran reales, pero aquellos que entraron más tarde, atraídos por la expectativa de ganancias fáciles, terminaron atrapados en la caída de la plataforma.

Un casino digital en los bolsillos de los sanpedrinos

La estafa de RainbowEX funcionaba, en esencia, como un casino digital. “El teléfono era como una máquina tragamonedas que te daba pequeñas dosis de emoción. Todos los días veíamos cómo los intereses aumentaban, y eso te hacía sentir que el sistema era confiable. Pero sabíamos, en el fondo, que en algún momento iba a colapsar”, admite Ana.

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Lo que distingue a este caso es la escala de la estafa. En una comunidad pequeña como San Pedro, el impacto fue devastador. Se estima que el 20% de la población participó en la plataforma, una cifra alarmante considerando el carácter rural de la ciudad y su dependencia económica del sector agrícola. Los rumores sobre los beneficios que ofrecía RainbowEX se esparcían con rapidez, alimentados por la confianza que la gente tenía en sus amigos, vecinos y familiares.

Pero mientras el dinero fluía entre cuentas virtuales y casas de cambio locales, la plataforma se iba quedando sin sustento real. “Veía cómo se movía la economía de la ciudad, y me preguntaba cómo, en plena crisis, había tanto consumo. Todo estaba impulsado por La Monedita”, reflexiona Ana. Cuando RainbowEX dejó de cumplir con las promesas de pago, quedó expuesta la fragilidad de una economía inflada por un sistema ficticio.

La justicia llega tarde y el daño ya está hecho

El juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, ordenó bloquear los sitios web de RainbowEX luego de que se desatara el escándalo. A instancias de los fiscales federales Matías Felipe Di Lello y Horacio Azzolin, se inició una investigación que reveló que la plataforma no contaba con autorización legal para operar en el país. Pero, para cuando la justicia actuó, el daño ya estaba hecho.

Miles de sanpedrinos habían invertido sus ahorros en la estafa. Algunos, como Ana, perdieron montos relativamente pequeños, pero otros lo arriesgaron todo. Se han reportado casos de personas que invirtieron indemnizaciones laborales completas o vendieron bienes personales para seguir jugando en la plataforma. Lo que muchos no sabían era que, detrás de los supuestos “directivos” de la empresa, se encontraban actores contratados para representar a los líderes de RainbowEX en eventos promocionales, como se demostró en un simposio en el Hotel Emperador de Buenos Aires.

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El impacto económico es solo una parte del problema. La ilusión de riqueza rápida erosionó la confianza en las relaciones sociales de la comunidad. “Esto fue como una ruleta donde todos apostábamos esperando el giro de la fortuna. Algunos ganaron, pero la mayoría perdió. Y ahora la ciudad está más dividida que nunca”, comenta Ana.

El espejismo de las criptomonedas: una lección no aprendida

Lo ocurrido en San Pedro es parte de un fenómeno global. En tiempos de volatilidad económica, plataformas fraudulentas de criptomonedas y esquemas piramidales proliferan con facilidad, aprovechando la falta de regulación y la desesperación de la gente. En pequeñas comunidades, donde el boca a boca tiene una fuerza particular, estas estafas encuentran terreno fértil.

La Comisión Nacional de Valores (CNV) ha advertido repetidamente sobre los riesgos de estas plataformas, pero la falta de educación financiera y la tentación de obtener ganancias rápidas lleva a que muchas personas caigan en estas trampas. RainbowEX no es la primera ni será la última estafa de este tipo, pero su colapso en San Pedro debe servir como advertencia.

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El sistema financiero global ha abierto nuevas puertas para la inversión digital, pero también ha generado espacios para el fraude masivo. Las promesas de riqueza fácil son, casi siempre, espejismos que desaparecen en cuanto la pirámide colapsa, dejando a las personas sin nada.

San Pedro, ahora herida por esta estafa, tiene que aprender una lección amarga sobre las promesas de las finanzas digitales. Mientras tanto, las investigaciones judiciales continúan, pero el daño ya está hecho. La ciudad, una vez próspera y optimista por las ganancias de RainbowEX, ahora enfrenta una cruda realidad: la riqueza virtual se esfumó, y la comunidad quedó atrapada en una ruleta que nunca debió haber girado.

Fuentes:

https://www.pagina12.com.ar/774231-cada-noche-todos-esperabamos-el-mensaje-de-la-china

https://www.pagina12.com.ar/774076-estafa-piramidal-en-san-pedro-la-justicia-bloqueo-el-sitio-w

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— En Orsai (@EnOrsai) October 12, 2024