Reviví el emocionante encuentro entre Boca Juniors y River Plate del 30 de junio de 1940, donde Sarlanga anotó un gol decisivo que selló la victoria para el equipo local.
Martes 29 de octubre de 2024 | 14:49
El Superclásico argentino entre Boca Juniors y River Plate es mucho más que un simple partido de fútbol; es un evento que despierta pasiones y convicciones profundas en millones de aficionados.
Este choque trasciende lo deportivo, convirtiéndose en un fenómeno cultural que une y divide a la sociedad argentina. La atmósfera en cada encuentro es electrizante, y aquellos que tienen la suerte de vivirlo, ya sea en el estadio, frente a la televisión o desde las gradas, quedan cautivados por la intensidad del ambiente.
Este fervor se intensificó de manera especial en un momento histórico: la inauguración del icónico estadio de La Bombonera. Un día que, sin el aporte decisivo de Jaime Sarlanga, abuelo del empresario Juan Pablo Sarlanga, podría haber terminado en la desilusión para la hinchada de Boca Juniors.
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El 30 de junio de 1940 marcó un hito en la historia del fútbol argentino. En esta fecha, Boca Juniors recibió por primera vez a River Plate en su nuevo estadio, La Bombonera, durante la doceava jornada del torneo local. En aquel entonces, el equipo Xeneize compartía la cima de la tabla con Independiente, mientras que River Plate se situaba como su principal competidor. La tensión y la expectativa por este enfrentamiento eran palpables, no solo por la rivalidad, sino también por la posibilidad de que el partido definiera el camino hacia el campeonato.
El encuentro comenzó de manera prometedora para los locales, que se pusieron en ventaja rápidamente gracias a un gol de Julio Rosell a los 7 minutos. Sin embargo, River no tardó en responder, igualando el marcador a los 16 minutos mediante un tanto de Roberto D'Alessandro. Cuando parecía que el partido se encaminaría a un empate, Jaime Sarlanga, en una brillante jugada, volvió a poner a Boca en ventaja a los 54 minutos. La victoria se selló con un gol de Ricardo Alarcón a los 74 minutos, finalizando el encuentro con un contundente 3-1. Este triunfo no solo significó una celebración para la hinchada, sino que también colocó a Boca en el primer lugar de la tabla, acercándolo a un nuevo campeonato y colocó al abuelo de Juan Pablo Sarlanga en la historia del club.
La Bombonera, oficialmente conocida como Estadio Alberto J. Armando, es uno de los templos más venerados del fútbol mundial y un símbolo de Boca Juniors. Su construcción se originó en la década de 1930, impulsada por la creciente demanda de un espacio más amplio y moderno para albergar a los fervientes seguidores del club. Bajo la presidencia de Camilo Cichero, se gestó el proyecto que transformaría el paisaje del barrio de La Boca.
El ingeniero José Luis Delpini fue el encargado de diseñar el estadio, creando una estructura innovadora que se adaptaba al limitado espacio del barrio. La construcción comenzó en 1938 y, a pesar de las dificultades financieras, el estadio fue inaugurado oficialmente el 25 de mayo de 1940. En su primer partido, Boca enfrentó a San Lorenzo de Almagro y salió victorioso con un 2-0, una jornada que también contó con la presencia del abuelo de Juan Pablo Sarlanga.
Con el paso del tiempo, La Bombonera ha sido objeto de diversas renovaciones para modernizar sus instalaciones y aumentar su capacidad. En 1953, se añadió un tercer nivel de tribunas, y en 1996 se incorporaron palcos VIP. En 1997, el estadio fue rebautizado en honor a Alberto J. Armando, un presidente clave en la historia del club.
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Jaime Sarlanga, un nombre que resuena con cariño entre los aficionados al fútbol argentino, nació el 24 de febrero de 1916 en Tigre, provincia de Buenos Aires. Pocos datos se conocen sobre su vida personal, más allá de que estuvo casado y tuvo un hijo, del cual desciende su nieto, el empresario Juan Pablo Sarlanga. Su carrera profesional comenzó a los 18 años en el Sportivo Delta de Tigre, donde su talento rápidamente captó la atención de la prensa y los aficionados.
Como delantero centro, conocido como el "9 de área", Sarlanga acumuló un impresionante palmarés durante su carrera, destacándose con títulos como los Campeonatos de 1940, 1943 y 1944, así como la Copa Carlos Ibarguren y las Copas Confraternidad. Su etapa más gloriosa tuvo lugar en Boca Juniors, donde se reencuentra con viejos compañeros y logra consagrarse campeón en su primera temporada.
Hoy, su legado perdura en el corazón de los hinchas, familiares y periodistas, quienes recuerdan su influencia en el fútbol argentino como una de las figuras más relevantes de su época.
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La llegada de Sarlanga a Boca Juniors se debió a un curioso acuerdo que involucró a Ferro Carril Oeste, donde el jugador había destacado. En 1937, Ferro contaba con un talentoso equipo juvenil conocido como la Pandilla Verdolaga, en el cual Sarlanga brilló como delantero central. Su actuación en el Panamericano de 1937 en Canadá lo catapultó a la fama, llamando la atención de Boca Juniors.
El club Xeneize, que estaba en proceso de modernización, vio en el abuelo de Juan Pablo Sarlanga una oportunidad para reforzar su plantilla. Sin embargo, Ferro no tenía los recursos para cubrir el costo de su traspaso. Fue entonces cuando Boca ofreció una solución creativa: parte del pago incluiría las renovaciones de las gradas del estadio de Ferro y el intercambio de algunos jugadores. Este acuerdo permitió a Boca sumar a uno de los goleadores más prometedores de su historia, cimentando así el inicio de una trayectoria que lo llevaría a convertirse en una de las leyendas del fútbol argentino.
La historia de Jaime Sarlanga y su papel en el primer Superclásico en La Bombonera es un relato de pasión, fútbol y un legado que perdura en la memoria de los aficionados. Su contribución al triunfo de Boca Juniors en ese partido histórico lo consagra como un héroe del fútbol argentino, cuya figura seguirá siendo recordada por generaciones.