
Ambos fueron los deportes más practicados en América Latina el año pasado, acumulando 3,7 millones de reservas.
informe // Jueves 20 de marzo de 2025 | 11:06
El pádel ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, consolidándose como uno de los deportes de mayor expansión a nivel global. Su éxito se debe a múltiples factores, entre los que destacan su accesibilidad, dinamismo y un formato de juego que fomenta la interacción social. Desde Europa hasta Asia y América, ha captado la atención de jugadores de todas las edades, con un notable aumento en la cantidad de canchas y torneos internacionales. Durante la pandemia, su popularidad se disparó, ya que ofrecía una alternativa de ejercicio en espacios controlados, diferenciándose de otras disciplinas de raqueta como el tenis.
El origen del pádel se remonta a la década de 1960 en México, cuando fue creado por Enrique Corcuera. Se trata de un deporte de raqueta que se juega en una pista cerrada con paredes, similar al tenis pero con dimensiones más reducidas y reglas adaptadas. Se practica en parejas y utiliza una pelota parecida a la de tenis, aunque con menor presión, lo que facilita intercambios más largos y dinámicos. Su curva de aprendizaje es accesible, permitiendo a los jugadores disfrutar del juego desde sus primeros encuentros sin necesidad de un alto nivel técnico.
En América Latina, ha logrado consolidarse como una de las actividades deportivas más relevantes, especialmente en países como Argentina, Brasil y Chile. Estas naciones han liderado su expansión mediante la construcción de clubes especializados y la organización de torneos que convocan a miles de participantes. La proliferación de instalaciones de calidad y la creciente presencia de jugadores profesionales en los circuitos internacionales han contribuido a generar un mayor interés en esta disciplina.
Cabe destacar que el desarrollo del pádel en la región comenzó en las décadas de 1980 y 1990, cuando llegó a países como Argentina, Brasil y Uruguay. Su integración en la vida social y deportiva fue inmediata, con la instalación de canchas en clubes y espacios recreativos. En la actualidad, su crecimiento continúa de manera sostenida, con una comunidad de jugadores en constante expansión y una industria en evolución que abarca academias, patrocinadores y eventos de primer nivel.
Si bien América Latina fue la cuna de este deporte en los años 60, su verdadero auge se produjo en los últimos años, impulsado por la creciente demanda de canchas y el interés de nuevos jugadores. Según el World Padel Report 2024 de la Federación Internacional de Pádel (IPF), América del Sur, Central y del Norte representan el 30% de los aproximadamente 30 millones de jugadores amateur en el mundo.
El impacto de esta tendencia también se refleja en los datos de participación. De acuerdo con cifras de la plataforma easycancha, el pádel y el tenis fueron los deportes más practicados en América Latina en 2024, acumulando 3,7 millones de reservas, lo que representa un incremento del 20% respecto al año anterior. En particular, el pádel lideró con 2,2 millones de reservas, superando ampliamente al tenis, que registró 1,5 millones. En contraste, otras disciplinas como el futbolito y el golf quedaron rezagadas, con 823 mil y 542 mil reservas, respectivamente.
Chile se ha posicionado como uno de los países con mayor afición por los deportes de raqueta, alcanzando 2,9 millones de reservas en 2024. Le sigue Colombia con 900 mil reservas y Ecuador con aproximadamente 400 mil. Por su parte, Brasil, Argentina, México, Perú y Panamá registraron en conjunto 500 mil reservas, lo que confirma la creciente popularidad del pádel en toda la región.
Desde una perspectiva económica, el impacto también es significativo. En 2024, las transacciones generadas por las reservas de canchas alcanzaron los 75 millones de dólares a nivel global, lo que supone un incremento sustancial en comparación con los 53 millones registrados en 2023. Este crecimiento ha favorecido el desarrollo de un ecosistema que abarca academias de formación, patrocinadores, marcas deportivas y torneos de alto nivel, consolidando al pádel como una disciplina en auge tanto en términos de práctica deportiva como de negocio.
Lo cierto es que el futuro del pádel en América Latina se vislumbra prometedor, con una expansión que parece no tener techo. La construcción de nuevas instalaciones, la profesionalización del deporte y el creciente interés de los aficionados aseguran que esta disciplina continúe ganando adeptos. Más allá de ser una moda pasajera, el pádel se ha convertido en un fenómeno deportivo y social que sigue atrayendo a más jugadores y generando oportunidades para el desarrollo del sector.
Pero, ¿cuál es el panorama en Argentina? En el país, el pádel no es solo un deporte, sino una auténtica pasión. Su auge comenzó en los años 90 y, hoy, sigue en ascenso y se posiciona entre los deportes con mayor número de practicantes, afianzando al país como una potencia mundial en esta disciplina. Torneos, clubes y una industria en expansión reflejan su impacto, con una demanda creciente de canchas y equipamiento.
Y es que durante el confinamiento, el pádel se convirtió en una de las pocas opciones deportivas viables, atrayendo a nuevos jugadores. Santiago Brito, presidente de la Asociación de Pádel Argentina (APA), destacó en C5N que este período fue crucial para revitalizar el deporte.
La infraestructura también evidencia esta alza. Con más de 4.900 canchas distribuidas en 2.600 clubes, Argentina ocupa el cuarto lugar mundial en cantidad de instalaciones, solo por detrás de España, Italia y Suecia. De hecho, la evolución de estas canchas ha sido notable: un 10% ya cuenta con césped sintético para reducir lesiones y un 5% ha incorporado paredes de acrílico, mejorando la experiencia de juego.
El desarrollo del pádel no se limita a Buenos Aires, sino que se ha extendido al interior del país. Córdoba es un ejemplo destacado, con más de 2.000 canchas distribuidas en distintos puntos. Esteban Biasi, presidente de la Federación de Pádel de la Provincia de Córdoba, resaltó en una entrevista para La Voz el crecimiento acelerado del deporte en la zona. Aunque la capital concentra una gran cantidad de clubes, en las provincias la expansión es significativa, con complejos deportivos que ofrecen no sólo canchas, sino también venta de paletas, calzado y accesorios.
Este auge ha impulsado, incluso, negocios relacionados con el equipamiento de pádel que se expanden en todo el país, con tiendas especializadas que han diversificado su oferta incluyendo productos para deportes afines como tenis, ping pong y bádminton.
En el ámbito competitivo, Argentina se mantiene en la élite mundial. Con aproximadamente 2,1 millones de jugadores, el país se sitúa entre los de mayor número de aficionados, solo superado por España. En 2024, cinco de los diez mejores jugadores del ranking de la Federación Internacional de Pádel (FIP) son argentinos: Agustín Tapia, Martín Di Nenno, Federico Chingotto, Franco Stupaczuk y Fernando Belasteguín. Este último, considerado una leyenda del deporte, ha inspirado a nuevas generaciones.
Así, el pádel en el país ha dejado atrás su auge inicial para consolidarse como una disciplina en constante evolución, con una comunidad sólida y una estructura cada vez más profesionalizada, asegurando su permanencia en el tiempo.