Con la Resolución 10/25 y el decreto 70/23, la gestión de Javier Milei oficializó un ajuste feroz contra la ciencia y la educación pública en Argentina. Universidades, investigadores y docentes denuncian un ataque sin precedentes que amenaza con borrar décadas de avances en áreas críticas como el medio ambiente, las ciencias sociales y la tecnología.
Nicolás Valdez // Sábado 11 de enero de 2025 | 07:11
(Por Nicolás Valdez) El gobierno de Javier Milei ha desatado un ataque sistemático contra el sistema científico y tecnológico de Argentina, cuya magnitud ha encendido alarmas en la comunidad académica y en sectores estratégicos. El reciente anuncio de la Resolución 10/25, sumado al polémico decreto 70/23, marca un antes y un después en la política de ajuste neoliberal que impera en el país desde la asunción del actual presidente.
El decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Guillermo Durán, advirtió que el recorte presupuestario “es parejo para todos y todas”, señalando que no se trata de una decisión económica sino política. Durán calificó las medidas como un “desfinanciamiento brutal” que apunta a “destruir el sistema de ciencia y tecnología y las universidades públicas de calidad que siempre distinguieron a Argentina en la región”.
La Resolución 10/25 encomienda a la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología, liderada por Darío Genua, la revisión de programas científicos bajo criterios de “economicidad”. Este eufemismo encubre la eliminación de investigaciones relacionadas con el medio ambiente, el cambio climático y las ciencias sociales, áreas consideradas estratégicas a nivel global, pero que el gobierno libertario descarta como “gastos innecesarios”.
La medida implica un recorte de más de $1.800 millones en programas y convenios científicos, afectando gravemente a universidades como la Nacional de La Plata y otras casas de estudio de renombre. Sin embargo, el problema más grave no radica únicamente en la eliminación de estos fondos, sino en el subejercicio presupuestario de más de $70.000 millones que el propio gobierno no ejecutó, según denunció Roberto Salvarezza, presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC).
Daniela Vilar, ministra de Ambiente bonaerense, describió la situación como un “ataque oscurantista” y resaltó que estos programas eliminados tenían un impacto real con costos marginales. “Lo que realmente les molesta es que las agendas ambientales y sociales se contraponen a su lógica mercantilista”, afirmó.
Por su parte, organizaciones como FEDUN, FESIDUAS y FEDLATCI repudiaron la decisión gubernamental, señalando que refleja “una postura negacionista que desconoce la importancia estratégica de la ciencia y la tecnología”.
El desmantelamiento de programas relacionados con el cambio climático y el medio ambiente no solo deja a la Argentina desprotegida ante uno de los desafíos más grandes del siglo XXI, sino que también aísla al país de los avances internacionales en tecnología verde. La decisión del gobierno Milei pone de manifiesto su negacionismo ambiental, alineándose con discursos ultraconservadores que priorizan el lucro inmediato sobre la sostenibilidad a largo plazo.
Guillermo Durán fue contundente: “Nos condena al fracaso absoluto como país”. Este diagnóstico, compartido por gran parte de la comunidad científica, se suma a la preocupación por la pérdida de talento que estas políticas están fomentando. Con salarios devaluados entre un 25% y un 30% en términos reales, muchos investigadores y docentes están abandonando el sistema científico argentino, debilitando aún más su ya frágil estructura.
La eliminación de más de 70 programas científicos no solo representa un golpe al presente, sino que compromete el futuro del país. Sin inversión en ciencia, tecnología y educación, Argentina perderá competitividad en un mundo que avanza hacia la automatización y la inteligencia artificial. Además, el recorte en áreas como las ciencias sociales dificulta el análisis crítico de las profundas desigualdades que atraviesan la sociedad argentina.
El ajuste que promueve el gobierno Milei no es simplemente un recorte presupuestario; es un ataque ideológico que busca desmantelar un modelo de desarrollo inclusivo y soberano. Al desfinanciar la ciencia y las universidades públicas, el gobierno condena a millones de jóvenes a un futuro sin oportunidades, donde la educación de calidad será un privilegio reservado para unos pocos.
La comunidad científica, académica y social se encuentra en pie de lucha, denunciando el impacto devastador de estas políticas. Sin embargo, el camino para revertir este daño será largo y difícil. Como bien advirtió Salvarezza, “el daño que están haciendo puede llevar muchos años recuperarlo”.
Argentina enfrenta un momento crítico. La defensa de la ciencia, la tecnología y la educación pública no es solo una cuestión de justicia social, sino una inversión en el futuro del país. Permitir que el ajuste libertario siga avanzando sin resistencia sería aceptar la condena al atraso y la dependencia.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/796055-cientificos-en-alerta-tras-el-recorte-anunciado-por-el-gobie
https://www.pagina12.com.ar/796060-hay-una-decision-politica-de-terminar-con-el-sistema-de-cien