En menos de dos meses, Patricia Bullrich volvió a ser el eje de una crisis interna del Gobierno por la represión a niños de una murga en el Bajo Flores. Primero la Ministra negó que haya habido un accionar contra los jóvenes, pero el Jefe de Gabinete la cruzó y se tuvo que abrir una investigación interna.
Pep - Redacción En Orsai // Miercoles 03 de febrero de 2016 | 08:04
La ministra de seguridad, Patricia Bullrich, volvió a quedar en evidencia por la absoluta falta de gestión en la cartera que encabeza. Esta vez fue ante la represión de la Gendarmería a unos chicos de la villa 1.11.14, en el Bajo Flores. La funcionaria había negado que el hecho ocurriera y resaltó que dos uniformados estaban heridos.
Sin embargo, ante la evidencia de los testimonios de las víctimas, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, reconoció lo sucedido y manifestó su preocupación ante lo sucedido y se puso a disposición de la Justicia. La tímida aceptación de lo ocurrido fue un revés para la Ministra de Seguridad.
Ante el reconocimiento del Gabinete por lo ocurrido, a Bullrich no le quedó más remedio que comenzar una investigación interna sobre el hecho que había negado en primer lugar.
Mientras todo esto ocurría los fiscales del Ministerio Público Fiscal, de parte de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), tomaron testimonios a los niños que fueron baleados por los uniformados. Allí pudieron recolectar varios testimonios de mujeres con niños en brazos que recibieron disparos y amenazas de la Gendarmería.
La denuncia presentada por la Procuvin solicitó que los gendarmes sean investigados bajo la figura de tentativa de homicidio en abuso de sus funciones.
Lo que vuelve a quedar claro en medio de la brutal situación para las familias del Bajo Flores es la inoperancia de Bullrich al frente del ministerio, al mismo tiempo que desde el propio Gabinete ya le marcan el ritmo por los medios de comunicación.
Además, una vez más la versión que emana de la funcionaria es la propia de las fuerzas de seguridad que manipulan la información para proteger a sus mismos integrantes. En ese escenario, Bullrich parece no tener claridad sobre la información que recibe.