El default de la empresa "Campo de Avanzada", junto a otros gigantes del agro, marca un hito en la crisis del sector productivo. Entre sequías devastadoras, plagas incontrolables y una macroeconomía cada vez más adversa, el modelo económico del gobierno de Javier Milei expone a productores y empresas a un colapso sistémico. Recordemos que por mucho menos en otros gobiernos ya hubieran cortado rutas.
Walter Onorato // Miercoles 15 de enero de 2025 | 07:18
(Por Walter Onorato) La caída de Campo de Avanzada, una pyme agropecuaria con sede en Córdoba y operaciones en Entre Ríos, no es un hecho aislado. En medio de un panorama que algunos describen como una tormenta perfecta, esta empresa, que solía sembrar alrededor de 7.000 hectáreas de maíz, trigo y soja, anunció que no pagará la última cuota de sus Obligaciones Negociables (ON) Pyme, un monto que asciende a $7,5 millones. Esta cesación de pagos no es la primera en el sector, y las señales de un efecto dominó son imposibles de ignorar.
El agro, considerado el motor económico de Argentina, se encuentra asfixiado por múltiples frentes. Campo de Avanzada no solo sufrió las devastadoras sequías de los últimos tres años, sino que también enfrentó la plaga de la chicharrita, que diezmó los cultivos de maíz. Estos problemas estructurales, combinados con la incertidumbre macroeconómica y la ausencia de políticas de alivio por parte del gobierno, han llevado al sector al borde del abismo.
El gobierno de Javier Milei, centrado en una política de liberalización económica, ha desmantelado los mecanismos de protección que permitían a las pequeñas y medianas empresas amortiguar el impacto de crisis como estas. Mientras tanto, grandes nombres del sector agroindustrial, como Surcos, Los Grobo Agropecuaria y Agrofina, han seguido el mismo camino hacia el default, acumulando deudas multimillonarias y cheques sin fondos.
Surcos, por ejemplo, acumula siete impagos de ON por un total de US$ 69.025, además de haber defaulteado US$ 3,5 millones y $9.364 millones en diciembre. Por su parte, Los Grobo registró cheques sin fondos por más de $1.300 millones en la primera semana de enero, y Agrofina tuvo tres cheques rechazados que suman $450 millones. Las cifras son alarmantes, pero más preocupante aún es la falta de acción por parte del gobierno para detener esta sangría financiera.
Campo de Avanzada, ahora en un "pequeño concurso" preventivo, intentó justificar su caída aludiendo a factores extraordinarios. Sin embargo, detrás de estos eventos climáticos y biológicos se oculta una verdad más profunda: el sistema económico que Milei promueve favorece a las grandes corporaciones financieras mientras deja al agro productivo a merced del mercado y la especulación.
El impacto de la política económica
Bajo el gobierno actual, la ausencia de subsidios estratégicos y la alta presión impositiva han puesto a los pequeños y medianos productores en una desventaja estructural frente a competidores de países como Brasil. Mientras los productores locales enfrentan costos más altos y precios internacionales fluctuantes, las promesas de un "shock de mercado" que beneficie al agro no han hecho más que aumentar la incertidumbre.
El modelo de Milei se presenta como una solución tecnocrática que prioriza las ganancias inmediatas de los sectores concentrados sobre la sostenibilidad del sector productivo. Las empresas del agro, que deberían ser el corazón del desarrollo económico argentino, han sido abandonadas a su suerte en un entorno donde las reglas del juego son cada vez más desfavorables.
¿Es este el comienzo de una crisis sistémica?
La pregunta que hoy recorre las redes y los debates en los círculos económicos es si esta serie de defaults es solo la punta del iceberg. Según un reciente informe de la Fundación Mediterránea, el sector agropecuario cerró 2024 con niveles de incertidumbre sin precedentes. Si bien el gobierno de Milei culpa al cambio climático y a la "incompetencia de los gestores", la falta de políticas estructurales para mitigar estas crisis parece ser el verdadero detonante.
En un país donde el agro es mucho más que una industria, sino un motor cultural y económico, el abandono de políticas que garanticen su estabilidad es un error estratégico de magnitudes históricas. Mientras tanto, las empresas que sobreviven lo hacen a duras penas, con líneas de crédito cada vez más restringidas y una inflación descontrolada que las ahoga.
La historia de "Campo de Avanzada" y otras empresas del sector no es solo un llamado de atención para los productores, sino también para la sociedad en su conjunto. Si el modelo Milei continúa desarticulando los pilares productivos del país, el costo será mucho más alto que el de unos millones de pesos impagos: será el de una nación que se desmorona sobre sus propias contradicciones.
Fuentes: