En contra de numerosos testimonios, videos y evidencias, la ministra de Seguridad negó que haya habido represión de los gendarmes a un grupo murguero de chicos en la Villa 1-11-14. Se solidarizó con los oficiales heridos y ninguneó los casos de nenes baleados.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Martes 02 de febrero de 2016 | 13:57
De acuerdo con lo que informó ayer la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), el operativo de las fuerzas de seguridad nacionales dejó al menos 11 heridos con proyectiles de goma, entre los que hay varios menores de edad, uno de ellos con un impacto de bala de plomo.
Sin embargo, desde el Gobierno informaron que los heridos eran sólo dos gendarmes y refutaron la versión al agregar que no hubo murga alguna involucrada en el episodio.
La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, visitó a los gendarmes heridos acusados de reprimir a unos chicos de una mura de la Villa 1-11-14.
"Gabriel y Ezequiel, dos magníficos gendarmes, fueron atacados en la Villa 1-11-14, mientras cumplían su deber en el Operativo Cinturón Sur", afirmó la ministra, que avala la versión de que los oficiales realizaban un operativo en el interior del asentamiento para encontrar cuatro autos robados.
La Procuvin, a cargo del fiscal Miguel Palazzani, tomó declaración testimonial a siete vecinos en la sede del programa de la Agencia Territorial de Acceso a la Justicia (ATAJO) del Bajo Flores, donde hoy continuarán con la tarea. Esos relatos de los hechos son homogéneos.
"Pasadas las nueve de la noche, estábamos con los pibes y las pibas de la murga ensayando sobre la calle Bonorino, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, cuando vimos que venía hacia nosotros un patrullero de Gendarmería, por la calle Charrúa. Al llegar hasta donde estábamos, les pedimos por favor que esperara un ratito y, luego, si podía salir hacia atrás, porque no se podía pasar por ahí, ya que había muchos chicos y chicas bailando. Pero no alcanzó con decirles por favor… Avanzaron, sin importarles que hubiera menores. Y así fue como lastimaron a los dos primeros nenes, rozándolos con el coche, mientras pasaban de prepo por el medio", explicó Gustavo “Marola” González, director de la Murga “Los Auténticos Reyes del Ritmo”.
Su relato continuó así: "Al ver esta reacción de los oficiales, les dije a los chicos de la murga que rápidamente le abrieran paso al patrullero y al camión que lo seguía, pero en cuanto terminaron de pasar, apareció un gendarme desde atrás del camión, conocido en el barrio como “El Polaco”, para increparnos directamente: “¿Acá son todos guapos?”... A eso, yo mismo le respondí otra vez que había muchas criaturas, que no hiciera nada, pero no terminé de decirlo, cuando ya me había empujado. Y sin esperar que cayera al piso, empezó a tirar con su escopeta, tal como pueden ver en la foto, donde me levantan la remera".
Por último, explicó: "Desesperado, mi hijo Jonathan se puso adelante mío. Y le dieron en la pierna, apenas arriba del tobillo, arrancándole la carne con una bala de plomo, sí, una bala de plomo que seguro era para mí. Ahora, ahí tiene un pozo y le pueden ver el hueso. A mí, me llenaron de balas de goma por todos lados, porque me tiraron sin asco. Por eso, en cuanto pude, me levanté y salí a correr para cubrirme, pero entonces ya no había un solo gendarme, sino muchos, que comenzaron a reprimir sin piedad. Así, tal cual, tirándoles a todos como si estuvieran locos, sin importarles que hubiera chicos por doquier. Fue un desastre, un desastre total. Tiraron a mansalva".
Lejos de ese relato, Bullrich optó por ningunear esa versión y apoyar a los gendarmes que reprimieron.