El economista Walter Graziano arroja sombras sobre la aparente prosperidad económica de Argentina, advirtiendo que el actual "veranito financiero" podría ser efímero. En una reciente entrevista en Radio 10, el experto desentrañó los factores que impulsan el crecimiento económico actual y expuso las vulnerabilidades subyacentes que podrían desencadenar una nueva crisis.
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entrevista radial // Viernes 01 de noviembre de 2024 | 08:42
El espejismo de la bonanza: reconocido economista desentraña la farsa detrás del "veranito financiero"
Graziano atribuye el repunte económico a una combinación de factores, entre ellos un exitoso canje de deuda y un aumento en las exportaciones de commodities. Sin embargo, advierte que estos logros son frágiles y podrían desvanecerse rápidamente. El fin del canje de deuda y la posibilidad de una desaceleración económica global se perfilan como riesgos significativos para la estabilidad económica argentina.
"El blanqueo infló los bancos de dólares temporalmente, pero son dólares inestables que podrían huir ante la menor señal de problemas", alertó Graziano, trazando un paralelismo con los primeros años del gobierno de Mauricio Macri.
Un aspecto central del análisis de Graziano es el papel de los bancos en la perpetuación de la alta inflación en Argentina. Argumenta que el sistema bancario argentino se beneficia enormemente de la inflación, obteniendo ganancias exorbitantes a través de préstamos a altas tasas de interés mientras intereses mínimos paganos sobre los depósitos. "La mitad del impuesto inflacionario que debería recaudar el Estado está siendo privatizada por los bancos", denunció Graziano.
El economista también expresó preocupación por la excesiva dependencia de Argentina de las exportaciones de commodities, especialmente soja y maíz. La reciente caída de los precios de los commodities a nivel mundial podría tener un impacto significativo en la balanza de pagos del país y exacerbar la inestabilidad económica.
Graziano concluyó su análisis advirtiendo sobre las posibles consecuencias de una presidencia de Joe Biden o Kamala Harris en los Estados Unidos. Expresó escepticismo sobre la capacidad de una administración de Harris de brindar a Argentina el apoyo económico que necesita.
Política de altas tasas de interés y sus efectos en la economía real.
La política de altas tasas de interés ha sido un instrumento recurrente en la caja de herramientas de los economistas argentinos para combatir la inflación. Sin embargo, esta medida, aunque a corto plazo puede generar ciertos efectos deseables, a largo plazo suele traer consigo consecuencias negativas para la economía real.
Efectos deseados:
Reducción de la demanda agregada: Al encarecer el crédito, se reduce el consumo y la inversión, lo que a su vez disminuye la presión sobre los precios.
Atracción de capitales: Las altas tasas de interés pueden atraer capitales extranjeros, fortaleciendo la moneda local y reduciendo la presión sobre las reservas internacionales.
Efectos no deseados:
Recesión: La contracción de la demanda agregada puede llevar a una recesión económica, con una caída del producto bruto interno y un aumento del desempleo.
Aumento de la deuda: Las empresas y los hogares endeudados se ven afectados por el aumento de las tasas de interés, lo que puede llevar a un incremento de la morosidad ya un mayor endeudamiento.
Desincentivo a la inversión: Las altas tasas de interés encarecen el costo de financiamiento para las empresas, desincentivando la inversión y el crecimiento a largo plazo.
Distorsión del mercado de crédito: Las altas tasas de interés pueden generar una concentración del crédito en sectores de mayor riesgo, como el financiero, en detrimento de sectores productivos.
Desigualdad: Los efectos receptivos de una política de altas tasas de interés suelen impactar de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables de la población.
En el contexto argentino, la política de altas tasas de interés ha sido utilizada de manera recurrente para intentar controlar la inflación. Sin embargo, esta medida no ha logrado de manera sostenida reducir la inflación, y ha generado una serie de costos económicos y sociales.
Ciclo vicioso: La alta inflación genera expectativas de mayor inflación, lo que a su vez presiona alza las tasas de interés. Este ciclo vicioso dificulta la estabilización de los precios.
Desindustrialización: Las altas tasas de interés han contribuido a la desindustrialización del país, al encarecer el financiamiento para las empresas productivas y favorecer a las actividades especulativas.
Débil crecimiento: La economía argentina ha experimentado largos períodos de bajo crecimiento, en parte debido a las políticas monetarias restrictivas.
Es necesario explorar alternativas a la política de altas tasas de interés para controlar la inflación y promover el crecimiento económico. Algunas opciones incluyen:
Políticas de ingresos: Implementar políticas de ingresos que limiten los aumentos de precios y salarios.
Acuerdos de precios: Negociar acuerdos de precios con los principales sectores de la economía para moderar las expectativas inflacionarias.
Reformas estructurales: Implementar reformas estructurales que aumenten la productividad y la competitividad de la economía.
Políticas industriales: Promover el desarrollo de sectores estratégicos y fomentar la inversión productiva.
En conclusión, la política de altas tasas de interés es una herramienta que debe ser utilizada con cautela y en combinación con otras medidas. Es fundamental evaluar los costos y beneficios de esta política en cada contexto específico y buscar alternativas que permitan lograr un crecimiento económico sostenido y una inflación baja.