Desde las calles, miles de estudiantes alzan su voz contra un ajuste que amenaza la educación pública. Isabel González Puente, presidenta del Centro de Estudiantes , explica cómo la toma busca frenar el veto del gobierno y defender un derecho esencial: el acceso a una universidad pública y gratuita. La protesta se expande, y los jóvenes muestran que la indiferencia no es una opción.

La lucha por la educación pública en Argentina ha encontrado un nuevo capítulo en las aulas tomadas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Desde el lunes, los pasillos vacíos de Puan y las clases trasladadas a la calle representan más que una protesta simbólica. "La facultad está bajo control de los estudiantes", explica Isabel González Puente, presidenta del Centro de Estudiantes, durante una entrevista en De acá en más de Urbana Play. El motivo de la medida es claro: el veto a la ley de financiamiento universitario que impulsa el gobierno de Javier Milei y la necesidad de que los diputados se pongan del lado del pueblo y no del ajuste.

La Asamblea de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA vota masivamente la toma contra el veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario pic.twitter.com/fhRmtC0vwz

— Christian Castillo (@chipicastillo) 9 de octubre de 2024

La imagen de una facultad cerrada y clases públicas en la calle refleja una realidad que el gobierno prefiere ignorar. El ataque directo a la universidad pública a través de la reducción presupuestaria ha encendido la alarma en todo el país, y los estudiantes no han tardado en reaccionar. "Nosotros ya nos manifestamos pacíficamente, con movilizaciones, pero el veto es un límite que no podemos dejar pasar", afirma González Puente. La masiva asamblea que decidió la toma contó con la participación de más de mil estudiantes, lo que deja en claro que la lucha no es aislada, sino que responde a un descontento generalizado que resuena en cada rincón de la Argentina.

¿La educación en manos de quién?

La toma de la facultad no es una medida caprichosa ni aislada. Es el resultado de un proceso de lucha que se ha extendido en el tiempo, con movilizaciones y reclamos que han sido sistemáticamente ignorados por el oficialismo. "Lo que buscamos es dar un mensaje claro: queremos que nuestros diputados defiendan los derechos del pueblo", subraya González Puente. Para los estudiantes, el veto de Milei no es solo un ataque al presupuesto universitario, sino un ataque a un derecho que costó décadas de lucha conquistar: la universidad pública, gratuita y de calidad.

Lo que se vive hoy en las facultades como Filosofía y Letras es la consecuencia de políticas que buscan desmantelar la educación como un bien público y transformarlo en un privilegio. La presidenta del Centro de Estudiantes recuerda que las movilizaciones que se vienen realizando desde hace meses reunieron a más de un millón de personas en todo el país, una cifra que el gobierno no puede ignorar sin enfrentar las consecuencias. Sin embargo, la respuesta ha sido el silencio, seguido de medidas que profundizan el ajuste y precarizan aún más la educación pública.

Clases en la calle: Un gesto de resistencia

La toma de la facultad no solo significa la suspensión de las clases dentro del edificio, sino que traslada la educación al espacio público. Las clases que se están dando en la calle de Puan buscan hacer visible la crisis que atraviesa la universidad. "No es un día normal, no es que no está pasando nada", aclara González Puente, quien destaca la participación activa de los docentes en estas jornadas de clases públicas. "Es un mensaje claro: la normalidad no existe mientras el gobierno pretenda desmantelar la universidad", insiste.

Esta metodología de protesta no es nueva, pero cobra un nuevo significado en el contexto actual. Las clases en la calle no son solo un símbolo de resistencia, sino una reafirmación de que la educación es un bien común que debe ser defendido a cualquier costo. "Lo que queremos es mostrar que estamos dispuestos a luchar por lo que nos corresponde", declara el dirigente estudiantil.

La respuesta de los medios y el estigma sobre los estudiantes

Las manifestaciones estudiantiles, particularmente las tomas, han sido objeto de duras críticas en ciertos sectores de la prensa y en programas de televisión donde el sensacionalismo y la chicana política suelen eclipsar el debate de fondo. González Puente no esquiva el tema: "Los medios construyen una imagen de nosotros como si fuéramos jóvenes que no queremos estudiar, que solo hacemos política, cuando en realidad defendemos la universidad en la que estudiamos y en la que creemos", critica. Para ella, la cobertura mediática que se enfoca en caricaturizar al movimiento estudiantil resta seriedad a un reclamo legítimo y urgente.

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El fenómeno no es nuevo. Desde las tomas del Colegio Nacional de Buenos Aires hasta los debates televisados ??con dirigentes estudiantiles como Ofelia Fernández, la confrontación entre los medios y los estudiantes ha sido una constante. Pero para González Puente, lo importante es no caer en el juego de las chicanas: "Es importante dar el debate y explicar por qué tomamos esta medida, porque hay gente que realmente no entiende el sentido de la protesta. Nuestra tarea es aclararlo".

El ajuste de Milei y la lucha por el futuro

La toma de la facultad es solo una de las tantas expresiones de descontento que se vienen manifestando contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. La reducción del presupuesto universitario no solo afecta a los estudiantes, sino que pone en peligro todo el sistema educativo público, desde los docentes hasta los trabajadores no docentes que hacen posible el funcionamiento de las universidades.

La frase que lanzó la diputada Lilia Lemoine, afirmando que "el país puede seguir funcionando sin la Facultad de Filosofía y Letras", revela una postura peligrosa que subestima el papel de la educación en la construcción de una sociedad democrática y equitativa. "Formamos a geógrafos, a lingüistas, a profesionales que son fundamentales para el desarrollo del país", responde tajante González Puente, desmontando la falacia de que solo las ciencias duras son esenciales.

Mientras tanto, la movilización estudiantil no cesa. Hoy, los estudiantes de la UBA, junto con otros centros de la universidad, marcharán hacia el Congreso para exigir a los legisladores que voten a favor de la universidad pública y en contra del ajuste. "No descartamos continuar con las medidas de fuerza si el veto es aprobado", advierte González Puente.