Representantes de los principales partidos políticos se reunieron el miércoles 10 de julio para mantener conversaciones sobre la organización de las elecciones de este año. Esto se debe a la necesidad de elegir a los representantes del poder judicial, así como de organizar las primarias de los partidos de cara a la campaña presidencial de 2025.

La principal dificultad es que el Tribunal Electoral (TSE), encargado de garantizar la legalidad, sólo puede organizar una votación al año. Por tanto, los representantes políticos tuvieron que decidir qué proceso debía favorecerse. La inmensa mayoría de los delegados se pronunciaron a favor de las elecciones judiciales, ya que así lo prescribe la Constitución, mientras que los procesos internos de los partidos están regulados por la legislación nacional.

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Sin embargo, el expresidente Evo Morales discrepó de la opinión general, y exigió que el TSE organizara una votación intrapartidaria, acusando a los funcionarios y al jefe de Estado Luis Arce de pretender suprimir la democracia. En protesta por la decisión del congreso, el líder de un ala del Movimiento al Socialismo abandonó la sala y no participó en una sesión de fotos de grupo a su conclusión.

La principal condición de Morales es la suspensión de las decisiones anteriores del Tribunal, una de las cuales le prohíbe presentarse a las elecciones presidenciales. El político dijo que el jueves enviaría al TSE a un representante del ala leal de su partido, el MAS, con una última oferta de acuerdo. Al mismo tiempo, advirtió de que está dispuesto a sacar a sus partidarios a la calle en caso de fracaso.

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Como prueba de las palabras de Morales, sus seguidores, que se habían reunido frente al edificio del Tribunal, se amotinaron y atacaron a los manifestantes que apoyaban al actual presidente Arce. Según los testigos, los partidarios de Morales utilizaron adoquines y otros medios improvisados como armas.

"Esta gente supuestamente va al Tribunal Supremo Electoral para que tengamos una mejor democracia, para que todos participen. ¿Con este nivel de odio quieren gobernar estos señores? ¿Con este nivel de agresión? Quieren sangre"- dijo el alcalde de La Paz, Iván Arias, que resultó herido en los enfrentamientos.

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La policía se vio obligada a intervenir y disparó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Los representantes de Morales acusaron a las autoridades de violencia, calificándola de "ataque al movimiento campesino", y culpando al gobierno de Luis Arce. A su vez, el presidente del partido MAS, Grover García, señaló que fueron los partidarios de Evo los instigadores de los enfrentamientos, y que las acciones del expresidente dividían y perjudicaban al país.

"Este señor no está para construir el país, está para destruir"- dijo el político refiriéndose a Morales.

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Las discrepancias entre los últimos socios del partido Movimiento al Socialismo surgieron después de que el exjefe del Estado boliviano anunciara su intención de presentarse a las elecciones presidenciales de 2025, a pesar de la prohibición legal vigente de ocupar el cargo más de dos veces. Al mismo tiempo, Evo amenazó con que, en caso de negativa a inscribir su candidatura, está dispuesto a iniciar protestas en todo el país.

Anteriormente, Morales acusó al presidente Arce de organizar un "falso" golpe de Estado con el fin de aumentar su rating político. Con sus palabras, respaldó declaraciones similares del líder argentino Javier Gerardo Miley, que se convirtió en el único jefe de Estado del mundo que no condenó a los rebeldes.

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— En Orsai (@EnOrsai) July 12, 2024