CRISIS LABORAL

Avon cierra su planta de San Fernando: El brutal despido de casi 300 trabajadores a manos de Natura

La histórica planta de Avon en San Fernando, que empleó a cientos de vecinos por décadas, cierra sus puertas en un contexto de ajuste y despidos masivos que se enmarcan en una estrategia empresarial insensible.

Avon cierra su planta de San Fernando: El brutal despido de casi 300 trabajadores a manos de Natura

Redacción EnOrsai // Lunes 09 de diciembre de 2024 | 18:52

El cierre de la planta de Avon en San Fernando es más que una decisión empresarial; es el reflejo de un modelo económico que prioriza la eficiencia corporativa sobre la dignidad humana. Con una llamada telefónica anónima, Natura, propietaria de Avon desde 2020, despidió a 293 trabajadores, dejando a familias enteras en la incertidumbre. Este desenlace, envuelto en una narrativa de "reestructuración logística", expone las consecuencias devastadoras de la concentración empresarial y la falta de regulaciones laborales en un sistema cada vez más deshumanizado.

Desde 1980, la planta de San Fernando fue un pilar para la comunidad local. Su cierre no solo marca el fin de una era, sino que también pone en evidencia cómo las fusiones empresariales pueden desmantelar economías regionales. Natura justificó la decisión afirmando que buscaba replicar un "modelo simplificado" implementado en otros mercados, centralizando operaciones en Garín. Sin embargo, para los casi 300 empleados despedidos, la narrativa empresarial de "cumplimiento legal" y "acompañamiento" suena hueca frente a la realidad de haber sido desalojados de su lugar de trabajo sin previo aviso.

En 2021, el intendente de San Fernando, Juan Andreotti, celebraba la importancia de Avon como motor económico local, destacando sus 800 empleados. Tres años después, el achicamiento progresivo culminó en la desaparición de la planta. Las señales del ajuste ya eran evidentes: planes de retiros voluntarios y reducción de personal que ahora culminan en una decisión final que deja sin sustento a familias que dedicaron décadas a la empresa.

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Trabajadores con más de 20 años en la planta expresaron su indignación y dolor. Una mujer cercana a jubilarse describió la situación como un acto de "desprecio humano". Otros lamentaron cómo sus vidas fueron puestas en pausa sin explicación clara ni un plan de indemnización inmediato que brinde garantías.

Mientras Natura asegura que la planta de producción en Moreno continuará operando y que las actividades de las 200.000 revendedoras de Avon no se verán afectadas, el cierre del centro de distribución en San Fernando genera dudas sobre la sostenibilidad de esta promesa. Avon, una marca que alguna vez representó una oportunidad laboral para mujeres en Argentina, ahora parece alejarse de su propósito original.

 

 

El modelo de negocio que asegura "proximidad" a su red de revendedoras, contrasta con la desconexión total hacia quienes eran el corazón operativo de la empresa. El caso evidencia cómo las corporaciones globales usan estrategias de marketing para maquillar decisiones que generan daño social irreparable.

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El desarraigo laboral en Avon no es un caso aislado. En un país donde las políticas económicas neoliberales del gobierno de Javier Milei amplifican la precarización laboral, el cierre de la planta de San Fernando resuena como un ejemplo más de las prioridades del modelo económico actual. El gobierno, lejos de ofrecer un marco regulatorio que proteja a los trabajadores, favorece el avance de corporaciones que operan con total impunidad, despojando a comunidades enteras de sus fuentes de ingreso.

El discurso oficial de Milei, basado en la desregulación del mercado y la minimización del Estado, habilita prácticas como estas, donde las empresas deciden el destino de cientos de familias sin contemplar el impacto humano. Este desenlace pone en el centro de la escena la necesidad de políticas públicas que prioricen la estabilidad laboral frente a la codicia corporativa.

 

 

A pesar de la magnitud del impacto social de este cierre, la ausencia de un posicionamiento claro del gobierno resulta alarmante. No se ha planteado ninguna medida para intervenir en la situación, dejando a los trabajadores despedidos en un limbo de incertidumbre. Esta falta de acción resalta la desconexión entre las prioridades gubernamentales y las necesidades de la población.

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El cierre de la planta de Avon en San Fernando debería encender las alarmas sobre el impacto de las decisiones empresariales en un contexto político que las favorece. Los trabajadores, que alguna vez fueron el motor de esta industria, son ahora las víctimas de un sistema que prioriza la eficiencia económica por encima de la dignidad humana. Este caso invita a repensar la relación entre Estado, mercado y ciudadanía, exigiendo un modelo donde las personas no sean descartables.

 

Fuente:

https://www.eldiarioar.com/economia/avon-cerro-planta-san-fernando-despidio-300-trabajadores_1_11887903.html

https://www.canal26.com/economia/avon-cerro-su-planta-de-san-fernando-y-despidio-a-300-trabajadores-con-un-llamado-telefonico-desconocido--403163

https://www.baenegocios.com/negocios/Avon-cerro-su-planta-de-San-Fernando-y-despidio-a-300-trabajadores-por-telefono-20241209-0039.html

 

 

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