Cinthia Nikolov, presidenta del Club Deportivo San Andrés, revela cómo el ajuste del gobierno golpea a los clubes de barrio y a las familias. A pesar de las refinanciaciones, la deuda crece y las facturas se asfixian. La multisectorial busca organizar una respuesta contundente: un pago nacional y acciones judiciales para frenar los cortes.

El ajuste tarifario del gobierno de Javier Milei sigue haciendo estragos en la vida cotidiana de los argentinos, y una de sus víctimas más afectadas son los clubes de barrio. Estas instituciones, que suelen ser un refugio para las familias, ahora luchan por sobrevivir bajo el peso de facturas de servicios que aumentan de forma descontrolada. Un caso emblemático es el del Club Deportivo San Andrés, en San Martín, cuya presidenta, Cinthia Nikolov, no oculta su desesperación ante una deuda que parece imposible de salir. "Estamos peor que antes", afirma Nikolov en diálogo con Radio 10, mientras describe un panorama sombrío.

Milei lo hizo: "En lo que va del año, 11.200 Pymes han bajado sus persianas, dejando a 250.000 personas sin trabajo"

La historia del club San Andrés es la historia de muchas otras instituciones que, tras la pandemia, experimentaron una explosión en la cantidad de socios y actividades. Sin embargo, el golpe del ajuste tarifario ha truncado ese crecimiento. "Recibimos una tarifa de 3.200.000 pesos, logramos refinanciarla, pero ahora estamos endeudados. La segunda cuota nos vino junto con la factura del mes siguiente, y así seguimos", explica Nikolov con una mezcla de frustración y resignación. Ante esta situación, el club se vio obligado a organizar rifas y suspender proyectos de mantenimiento esenciales, como la compra de pintura y cerámica, que permitan sostener las instalaciones. "Lo que estamos es peor, no estamos mejor", sentencia Nikolov.

Clubes de barrio, PyMEs, usuarios, consumidores, comerciantes, jubilados, sindicatos, inquilinos, universidades y cooperativas de todo el país convocan a todos los argentinos y argentinas a un #ApagónNacional contra los tarifazos de Milei y Caputo.

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— Gabriel Katopodis (@gkatopodis) 8 de octubre de 2024

El aumento en las tarifas no solo afecta a los clubes de barrio, sino también a las familias y las pequeñas y medianas empresas, generando un escenario de incertidumbre generalizado. "Nos han desorganizado la vida", dice Nikolov, quien apunta directamente a la falta de sensibilidad del gobierno de Javier Milei para entender el impacto devastador de estas políticas. "No vemos que haya ninguna intención de revertir la situación. Esto nos afecta a todos", agrega.

Frente a este contexto, la multisectorial que agrupa a instituciones como el club San Andrés, pymes, centros de jubilados y organizaciones barriales, ha decidido tomar medidas. Liderada en parte por el ex intendente de San Martín y el actual ministro Gabriel Katopodis, la multisectorial ha convocado a un apagón nacional el próximo 31 de octubre. La idea es simple pero poderosa: apagar las luces durante una jornada para visibilizar el malestar y generar presión sobre el gobierno y las empresas de servicios. "Es una muestra de lo que tenemos que hacer", dice Nikolov, quien destaca que esta acción no implica solo apagar las luces, sino también movilizarse judicial y mediáticamente para frenar los cortes y refinanciaciones abusivas.

El apagón del 31 de octubre es visto como el primer paso de una serie de acciones que la multisectorial tiene en mente para combatir el ajuste tarifario. Sin embargo, Nikolov reconoce que la lucha no será fácil. "Nosotros lo que hacemos es generar políticas de ahorro, suspendiendo determinadas actividades, pero lo esencial es pagar los servicios y los sueldos de nuestros empleados", afirma. El club, como muchas otras instituciones, no tiene la posibilidad de trasladar los aumentos a la cuota social de sus socios, ya que "no hay manera", explica. Además, el club también da trabajo a más de 100 familias entre empleados y profesores, lo que convierte a estas instituciones en pequeñas pymes que dependen de su capacidad de subsistir.

La situación económica en el país ha golpeado con fuerza a los sectores más vulnerables, y las instituciones que dependen de las comunidades locales no son la excepción. Nikolov describe cómo la pospandemia había generado un repunte en la participación de los socios, pero ahora esa tendencia se ha revertido debido a la crisis económica. "Hay una retracción. Hace tres meses que no compramos un tacho de pintura", lamenta.

El apagón del 31 de octubre, convocado por la multisectorial, se presenta como una oportunidad para que la población participe sin tener que movilizarse. "Desde su casa, cada uno puede sumarse", dice Nikolov, quien insta a que la medida sea masiva y sirva como un grito de alerta para visibilizar el drama que viven millas de familias e instituciones. "Nosotros desde el club vamos a apagar las luces, pero cada uno desde su casa puede hacerlo también", concluye.

El problema tarifario es una herida abierta que el gobierno de Milei parece no estar dispuesto a sanar. Mientras tanto, la multisectorial se prepara para continuar la lucha, con la esperanza de que las medidas de fuerza, el apagón y las acciones judiciales puedan frenar el avance de una política que amenaza con destruir el tejido social y económico de la Argentina.