El diputado reivindica la figura de Antonio Cafiero y sostiene que le gustaría que el expresidente Mauricio Macri se comunique con Cristina Kirchner para repudiar el intento de magnicidio. Considera que para salir del clima de violencia también es necesario hablar con los responsables de los medios de comunicación.
Télam // Domingo 18 de septiembre de 2022 | 16:27
Valoramos mucho la democracia alcanzada en diciembre en 1983.
La figura de Antonio Cafiero como impulsor del diálogo desde la oposición en un contexto de sublevación militar y peligro de desestabilización fue clave porque quiso estar al lado del presidente Raúl Alfonsin, para mostrarle al mundo y a los sublevados que el peronismo no iba a avalar un golpe de Estado.
Ese gesto de Antonio fue muy conmovedor.
Pensando esas cosas que hizo bien el radicalismo, como el Juicio a las Juntas, y esas cosas que hizo bien el peronismo, como ir a la Plaza de Mayo a apoyar a un gobierno ante el cual se sublevaban los militares que no querían ser juzgados pienso también que a la oposición le falta un Cafiero, alguien que se anime.
Celebro el encuentro entre Cristina Fernández de Kirchner con Curas villeros, Curas en Opción por los Pobres y Hermanas religiosas
No me gusta ni lo que le pasó a Cristina, ni que amenacen a alguien que no piensa como yo, como le sucedió a Mauricio Macri, no tengo problema en llamarlo por teléfono y dejarle un mensaje.
Me gustaría que eso sucediera entre él y la Vicepresidenta, que se comunique con ella para repudiar el atentado. Sería bueno que los dueños de los medios, como Héctor Magnetto o Fernán Saguier tengan también esta conducta.
Hay un comportamiento mediático que es inverso al comportamiento al parlamentario. En el Congreso votamos juntos el documento en repudio a la violencia sobre la Vicepresidenta, generamos acuerdos importantes.
¿Por qué cuando se prenden las cámaras hay que salir a invisibilizar al que piensa diferente?
Esto es lo que no debería suceder más, para terminar con esto es necesario trabajar con dueños de los medios y productores televisivos.
Por Eduardo Valdés