El gobierno de Macri, desde antes de asumir, insistió y afirmó que el fiscal de la causa Amia Alberto Nisman fue víctima de un asesinato producido por un presunto comando que nunca apareció e hizo campaña en el 2015 sobre el cadáver del funcionario para llegar al gobierno.

En ese marco, desestimó desde el principio la autopsia del Cuerpo Médico Forense de la Corte y en cambio tomó como válida una hecha por la Gendarmería que no tiene ni formación ni experiencia en ese tipo de especialidad médica que arrojó el resultado que al gobierno le convenía esgrimir.

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Durante casi cuatro años se argumentó que el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, manipuló la autopsia de Alberto Nisman y que la mejor prueba era que la autopsia se fotografió y se grabó en video, pero sin audio.

Sin embargo, el audio está en la causa judicial: la defensa del informático Diego Lagomarsino, al volver a estudiar el video, se encontró con que el audio está normalmente en la grabación.

Durante la semana que pasó, los abogados de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, le pidieron al fiscal y al juez que manden a trabajar técnicamente el video, limpien el audio de ruidos y lo incorporen en la causa judicial.

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En el video con el audio incluído queda absolutamente claro que los peritos forenses ratifican, mientras exainan el cuerpo del malogrado fiscal, lo que se sabía desde un principio: que el fiscal Nismam no fue objeto de ningun ataque sino que suicidó.

Los peritos detallan, según el audio, que no hay elementos ni rastros en el cuerpo de Nisman que demuestran ataques físicos previos como señaló gendarmería y que el disparo que le atravesó el cráneo es la única causa de su muerte, por el mismo provocada.

De modo que se acaba de caer otro de los fantasmas judiciales con el que pretendieron durante cuatro años inculpar al kirchnerismo y a su asesor informático Diego Lagomarsino de su muerte.