Un relevamiento realizado durante el primer semestre del presente año sobre un total de 1.278 niños y adolescentes de 0 a 19 años, que habitan en diversos barrios y localidades de alta vulnerabilidad socio-sanitaria de Córdoba, reflejó con particular crudeza el fuerte impacto que las medidas de gobierno tienen en la cobertura de las necesidades nutricionales más básicas de la población.
Lunes 14 de octubre de 2019 | 06:24
(Por Sergio Villone) El Indicador Barrial de Situación Nutricional llevado a cabo por la organización Barrios de Pie de Córdoba, en conjunto con el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), constató que la mitad de los niños y adolescentes de 2 a 19 años, “se encuentra en alta vulnerabilidad nutricional”.
Sobre un total de 1.150 menores, 578, es decir el 50,26%, está en “alguna de las variantes de malnutrición, sin discriminar grupo etario, destacando la preeminencia de los indicadores por exceso, sobrepeso y obesidad, que superan significativamente al indicador por déficit alimentario”. En tanto, la baja talla se ubica en un 6,66%. Se trata de 77 niños que presentan acortamiento para su edad. Al analizar los grupos etarios, cinco de cada 10 de estos chicos no estarían recibiendo una alimentación acorde a sus requerimientos nutricionales.
Los promotores de salud que concretaron el sondeo en comedores sociales confirmaron la tendencia de “un incremento de la malnutrición en la segunda infancia”, correspondiente a los niños de 6 a 10 años, todos ellos escolarizados, donde la malnutrición alcanza al 55,97%. Con porcentajes más bajos pero significativos se registró además un 47,62% de malnutrición en la primera infancia (niños de 2 a 6 años), y un 46,80% en los adolescentes (de 10 a 19 años). En todos los casos, es alta la preeminencia del sobrepeso y la obesidad, por sobre los indicadores de déficit por bajo peso.
“El presente de estos niños está comprometido por una alimentación inadecuada para su edad, lo cual de no modificarse, abre las puertas a enfermedades tanto en lo inmediato como en la edad adulta. Limitando su crecimiento y desarrollo integral tanto físico como psicosocial, deteriorando su calidad de vida”, alertaron Isaac Rudnik, director del ISEPCI, y de Marisa Caridi, coordinadora provincial de Barrios de Pie (foto).
“Las consecuencias de la escalada en los aumentos de los precios de los productos frescos como carnes, lácteos, frutas y verduras agravan cada vez más, la tendencia que ya veníamos observando del reemplazo de alimentos nutritivos por alimentos rendidores en las mesas de los hogares más humildes. Así, mientras baja la ingesta de proteínas, hierro, calcio y vitaminas, sube la de hidratos de carbono y grasas”, puntualizaron.