No conforme con las bromas que disparó su "entrevista periodística" al presidente electo, su venerado Mauricio Macri, el domingo, en América, Luis Majul se despachó ayer en El Cronista Comercial, sin vergüenza: "Tiene la pretensión de transformarse en un presidente del siglo XXI. Sin aspiraciones fundacionales ni personalismos. Sus colaboradores íntimos piensan en un Arturo Frondizi del presente con una mezcla de Nelson Mandela adaptado a la realidad argentina".
Por Sergio Villone // Martes 01 de diciembre de 2015 | 12:27
El amor de Majul por su Mauricio es de larga data. Pero lo que se vio el domingo en pantalla incomodó hasta al televidente más macrista.
Algunos consideran que el marido de la secretaria privada de Gabriela Michetti está en franca competencia con los Leuco para ver quién es el periodista más oficialista de la nueva etapa que se abre el 10 de diciembre.
Veamos algunas de las incisivas preguntas que le dispensó a Macri, el domingo, en lo que parecía más una charla entre compinches:
*Presidente electo, gracias por cumplir con su promesa. Espero no meterme en su intimidad, pero me importa como presidente. Yo sé que usted va al psicoanalista o al psiquiatra, no sé. ¿Suspendió el tratamiento hasta el 10 de diciembre o...?
*¿Qué va a pasar cuando periodistas como yo o cualquiera empiecen a denunciar a sus ministros por hechos ilícitos? ¿El trato va a ser diferente? Le explico por qué le pregunto. Todos los presidentes que he conocido me han dicho: "¡No, Luis, por favor!". Se lo pregunto y que quede registrado.
*Me contaron una infidencia: que usted a los que tenía como candidatos a ministro les preguntaba dos o tres cosas. Una era si estaban salvados. Si veía en sus ojos una ambición económica más allá del servicio de hacer política.
*Del cepo se va a salir, no importa la fecha....
*Le iba a preguntar por la transición. Marcos Peña contó que le estaban proponiendo un encuentro medio clandestino, sin agenda pública. ¿No tiene miedo de encontrarse con una herencia explosiva, un pozo negro desde las cifras oficiales manipuladas hasta un déficit que por ahí es tres o cuatro veces lo que le dicen? (En ésta, Macri le tuvo que decir: "Tanto, no").
La frutilla del postre fue el intercambio de libros: Majul le regaló... ¡un libro de él! Y Mauricio, uno sobre Mandela.