En diálogo con Política Argentina, Ernesto Villanueva alertó sobre un fuerte retraso presupuestario en la Universidad Nacional Arturo Jauretche y, a menos que haya un refuerzo económico, advirtió que no contarán con dinero para pagar los sueldos de noviembre y diciembre.
politicargentina.com // Domingo 19 de agosto de 2018 | 21:38
(Por Carla Pelliza) Esta semana se realizó un multitudinario “abrazo solidario” a la Universidad Nacional Arturo Jauretche, de Florencio Varela, que atraviesa una fuerte crisis presupuestaria y, advierten, no podrá pagar los sueldos de los docentes en noviembre y diciembre. Con la presencia de toda la comunidad educativa, bajo la consigna “Salvemos la UNAJ”, le exigieron al Gobierno una solución para esa institución, que funciona hace casi diez años.
Ernesto Villanueva, rector de la UNAJ, dialogó con Política Argentina y alertó sobre un fuerte atraso presupuestario en relación al crecimiento que tuvo la Universidad de Florencio Varela, por lo que, a menos que haya un refuerzo, no contarán con dinero para abonar los sueldos de los últimos dos meses del año.
Esta semana se realizó un abrazo simbólico a la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), ¿cómo se llegó a esa situación?
Tenemos una dificultad enorme con el pago de sueldos de los últimos dos meses de este año. Nuestro presupuesto no alcanza para pagar esos dos meses. El presupuesto tiene un defecto muy grande, que es que últimamente se nos ha tratado como una Universidad con crecimiento vegetativo y no como una nueva. Año a año necesitamos de la designación de nuevos profesores y tenemos un aumento enorme de estudiantes. En estos ocho años ya tenemos 20.700 alumnos.
En 2017 se nos dio un aumento mayor que al sistema universitario pero menor que nuestro crecimiento y ese año no pudimos pagar los aguinaldos de diciembre. El Gobierno nos adelantó eso con fondos de este año, por lo que empezamos el 2018 con medio mes atrasado. A eso se le agregó que, para el presupuesto de este año, no tuvimos un incremento mucho mayor respecto al sistema universitario y eso generó un retraso mayor que llevó a la falta de recursos para pagar los dos meses que nos faltan.
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¿Qué porcentaje del presupuesto de la Universidad se destina a salarios?
En rigor, lo ideal es que fuera 75% (para salarios) 25% (para infraestructura y otros gastos) pero, en la práctica, en la UNAJ es el 97% del presupuesto en salarios, lo cual es lamentable para una dinámica de una institución de educación superior.
¿Cuál es la respuesta de las autoridades?
Las autoridades del Ministerio de Educación saben de esta situación desde septiembre del año pasado. Cuando se hizo el presupuesto 2018, justo fue la transición de Esteban Bullrich a Alejandro Finocchiaro, y en esa transición no estaba designado el nuevo Secretario de Política Universitaria, entonces se hizo con criterios de darle a cada universidad un incremento equivalente, un poquito más para las nuevas, pero no mucho más, y eso nos ha perjudicado enormemente.
A esto se suma que todos los gobernadores de provincias siempre pelean por sus universidades, independientemente del signo político. En general, a las provincias les conviene tener una política de educación superior, pero en Buenos Aires eso sucede menos. Con la Provincia estamos en una tarea de sensibilización para que hagan lo que hace cualquier provincia, que es preocuparse por sus instituciones de educación superior. Algunas cosas se piensan en términos de signo político, pero los 20.700 estudiantes que están ahí son una responsabilidad de las autoridades de cada provincia.
¿Qué debería pasar para que se revierta la situación?
Debería haber un refuerzo presupuestario, que recién es en noviembre o diciembre, pero hay que firmarlo ahora, y en 2019 un presupuesto acorde con lo que es nuestra Universidad. Por ejemplo, en el sistema universitario, el presupuesto por alumno es de $100, pero en la Jauretche es de $40. La relación cantidad de estudiantes por docente, en la UNAJ es de 16 cuando en el sistema universitario es de 12. La cantidad de estudiantes por personal no docente es de 68 contra 31, o sea que tenemos una situación terrible respecto a la cobertura de nuestra gente. A eso, agregale que no tenemos fondos para renovar los vidrios de nuestro edificio o que no tenemos gas.
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¿Cómo está la Universidad en materia de infraestructura?
Además de los sueldos, tenemos otras dos dificultades. Nosotros tenemos en construcción dos edificios, uno es un colegio universitario ubicado en un barrio muy pobre de Florencio Varela, San Francisco, en donde el Gobierno nacional nos sigue dando los fondos y, hacia noviembre o diciembre, terminaremos el edificio. Sin embargo, nos informaron que no va a haber fondos para su puesta en funcionamiento, entonces estamos haciendo un acuerdo con la Dirección General de Escuelas de la provincia para trasladar un colegio de esa zona para que durante unos años trabaje ahí con nuestra supervisión.
El otro caso es el de la construcción del edificio de Ingeniería, que son unos 17 laboratorios. Esa construcción se financia en un 80% con fondos no reembolsables del Mercosur, gratuitos para Argentina. Para que puedan erogarse, el país tiene que dar un 20% de contraparte. Eso, en general, es para impuestos pero Argentina no está dando los fondos, la construcción está detenida y la empresa ya se retiró. Es muy irracional, porque necesitamos ese edificio. Cuando el Gobierno decida que podemos (y eroge el 20%), tardaremos ocho o diez meses en volver a empezar.
Ante la difusión de esta crisis presupuestaria ¿los convocaron a una reunión desde el Gobierno?
Tenemos relación permanente con el Ministerio de Educación, pero la única dificultad es que haya fondos. Esta es una institución nueva, la gente ha luchado mucho para que exista y la sienten como propia. Es una suerte de símbolo de la posibilidad de ascender socialmente. Cuatro de cada cinco alumnos es la primera generación de universitarios, una proporción importante vive en casas sobre calles de tierra. Hay una sensibilidad fuerte. En general, cuando uno egresa y le dan el diploma, va la familia y se sacan fotos pero en la Jauretche me ha tocado ver que, cuando la persona se inscribe viene con la familia para sacarse la foto. El momento del ingreso, para muchas familias, es una cosa extraordinaria.
¿Qué opinión te merecen las declaraciones de María Eugenia Vidal, que planteó que “nadie que nace en la pobreza hoy llega a la universidad”?
¿Qué pensaría Domingo Faustino Sarmiento de esa frase? Fue un hombre que se tiró a la pileta cuando eran todos analfabetos. La educación es una apuesta a largo plazo, no a corto plazo. La educación no se ve crecer de inmediato, se requiere paciencia y pensar en un país mejor.
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