Una economía en descenso es el resultado de la gestión durante los primeros ocho meses de gobierno del “mejor equipo de los últimos 50 años”. En los últimos 8 meses estos fueron los resultados de la política económica: El 31% de la población económicamente activa, o sea las personas en condiciones de trabajar, tienen problemas de empleo (3,9 millones de personas).
Por Clara Razu para La Nave Comunicación // Martes 30 de agosto de 2016 | 10:51
Aumentaron las importaciones de bienes de consumo a saber: indumentaria 23%, marroquinería 83%, calzado 46%, juguetes 53%, alimentos y bebidas 45%, dentro de este último rubro hoy abundan no sólo en las góndolas de las grandes cadenas de hipermercados, manzanas y dulce de leche de Chile, carne de cerdo de Dinamarca, cebollas de Brasil y Ecuador. Las importaciones de la línea blanca (artículos para el hogar) aumentaron en un 10%.
Disminuyó del poder de compra de los salarios. El poder de compra de los salarios, se mide en la cantidad de bienes y servicios que se pueden comprar, si se mide a partir del salario mínimo vital y móvil ese poder de compra ha caído un 20%.
El déficit fiscal del primer semestre del 2016 aumento un 39,5% con respecto al mismo período del año 2015.
En el primer trimestre del 2016 la deuda externa argentina aumentó en 16.195 millones de dólares, siendo el sector público el principal tomador de estos préstamos.
La actividad económica disminuyó, la caída de ventas, sólo en el área metropolitana durante el primer semestre fue del 25%.
La pobreza aumentó en 5 puntos con respecto a diciembre de 2015, y hacia fin del primer trimestre de 2016 era del 34,5%.
Estos son algunos de los datos que puede exhibir hoy el gobierno de la Alianza Cambiemos. Cómo se podrá observar, lejos están estos resultados de las promesas de campaña, donde el slogan era “Sí se puede vivir mejor”.
Resultaría erróneo decir que estos números responden a “daños colaterales”, o “consecuencias no deseadas del sinceramiento económico”. En realidad, responden a un necesario disciplinamiento de una sociedad que creció y ganó en conciencia de sus derechos a partir de un modelo de inclusión.
Una tasa de desempleo alta empuja a negociar salarios a la baja, el “ejército industrial de reserva”, lo llamaba Karl Marx. Por otra parte, los conflictos económicos y el miedo elevan la alienación en los trabajadores empleados. Los problemas de empleo y los salarios, por debajo de los necesarios para mantener la satisfacción de las necesidades, empujan a un sector de los trabajadores al sobreempleo y agrava la situación de alienación. Sociedades alienadas son más fáciles de dominar.
Los hechos sin embargo muestran una sociedad que no se deja doblegar, que defiende sus derechos, derecho a trabajar, a estudiar, a expresar sus ideas libremente, y esta defensa se muestra organizada, articulada, no por un partido en particular sino por sujetos que aprendieron que los derechos se defienden…”en la calle codo a codo, somos mucho más que dos”…grita el poeta Benedetti, clama la “gente”, canta el pueblo.
La protesta social es hija de una política económica implementada desde el 10 de diciembre de de 2015, si hay que buscar a los responsables y organizadores, habría que buscar en “el mejor equipo de los últimos 50 años”.