El consumo de carne vacuna en Argentina cayó a 47,2 kg per cápita, el nivel más bajo en 28 años. La inflación y la pérdida de ingresos fueron determinantes.
Por Grupo La Provincia // Miercoles 20 de noviembre de 2024 | 08:11
El consumo per cápita de carne vacuna en Argentina se desplomó a 47,2 kilos por persona al año, marcando su nivel más bajo desde 1996. Este dato, relevado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (CICCRA), corresponde al período de enero a octubre de 2024 y representa una caída del 11,2% en comparación con el mismo período del año anterior.
El impacto de la inflación en la mesa de los argentinos
La fuerte suba de precios y la pérdida de poder adquisitivo son los principales factores detrás de este descenso. Según datos del IPCVA, mientras que el precio de la carne vacuna aumentó un 33%, el pollo y el cerdo experimentaron incrementos del 176% y 173%, respectivamente. Estas opciones más económicas se convirtieron en las preferidas por los consumidores.
Producción en alza, pero consumo interno en retroceso
A pesar del aumento en la producción durante octubre, con 290.000 toneladas de res con hueso y la faena más alta en 15 meses, el consumo interno sigue en caída. La absorción doméstica fue de 1,848 millones de toneladas, un 10,2% menos que el año pasado.
Exportaciones en su mejor momento
Mientras el mercado interno se contrae, las exportaciones de carne vacuna crecen a niveles récord. En los primeros diez meses de 2024, las exportaciones alcanzaron 784.000 toneladas, un aumento del 12% interanual. China sigue siendo el principal destino, aunque con una leve caída en su participación, mientras que mercados como Israel y Estados Unidos incrementaron sus compras en un 10,1% y 40,9%, respectivamente.
Perspectivas para 2025
La industria espera que una recuperación en los ingresos de los consumidores reactive el mercado interno, aunque no se anticipa un repunte significativo hasta febrero o marzo de 2025. Mientras tanto, el sector apuesta por mantener el dinamismo de las exportaciones para compensar la baja en el consumo doméstico.