El INCAA retira su apoyo a un documental

El cine nacional enfrenta una nueva embestida. Esta vez, el blanco de los ataques es el documental “Proyecto Aerolíneas”, una producción que prometía relatar, con material inédito, la historia de la emblemática aerolínea de bandera argentina. El proyecto, que ya contaba con aprobación y actas firmadas bajo la gestión anterior del INCAA, ha sido abruptamente dado de baja por su actual presidente, Carlos Pirovano, un economista sin antecedentes en la industria audiovisual, y con un discurso que prioriza los recortes presupuestarios sobre el desarrollo cultural.

La decisión ha encendido alarmas entre los realizadores y trabajadores del cine. Según Teresa Saporiti, productora ejecutiva del proyecto y presidenta de la Asociación de Documentalistas de Argentina (DOCA), la medida tiene tintes claros de censura. “Es una resolución que no tiene en cuenta que el Instituto estuvo paralizado por meses. Pirovano busca justificar la caducidad de un proyecto aprobado como parte de un ajuste ideológico, pero detrás de esta decisión hay un mensaje político: no quieren que se hable de Aerolíneas Argentinas como símbolo de soberanía”, denuncia Saporiti.

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El argumento oficial para cancelar el documental radica en la falta de inicio de rodaje dentro de los plazos estipulados. Sin embargo, el procedimiento habitual establece que se consulte a los responsables del proyecto antes de tomar una decisión tan drástica. En este caso, la notificación fue enviada sin previo aviso, ignorando que el INCAA había estado acéfalo y con una paralización operativa durante meses, lo que imposibilitó avanzar en la producción.

“Esta película no es sólo una obra audiovisual; es un testimonio de las luchas sindicales contra el desguace de los años 90 y de la recuperación de Aerolíneas en contextos de crisis. Pero esta gestión del INCAA no quiere que se escuchen voces que incomoden el relato privatizador del gobierno de Milei. No pueden permitir que se exalte a una empresa que simboliza resistencia y soberanía”, asegura Saporiti.

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El documental contaba con material exclusivo proporcionado por sindicatos aeronáuticos, que documenta décadas de lucha laboral. Entre otros momentos históricos, incluiría imágenes de las movilizaciones de los trabajadores durante el desmantelamiento neoliberal y los esfuerzos por mantener la aerolínea operativa en los momentos más críticos. Sin embargo, los realizadores enfrentaron múltiples trabas administrativas para comenzar el rodaje, desde la imposición de exigencias burocráticas hasta la falta de respaldo institucional.

La cancelación de “Proyecto Aerolíneas” se produce en un contexto más amplio de debilitamiento de las políticas culturales nacionales. Desde su asunción, el gobierno de Javier Milei ha promovido un discurso que demoniza el cine nacional como una carga presupuestaria. La subejecución del presupuesto del INCAA se presenta como “ahorro”, pero lo que realmente genera es un vaciamiento de la producción audiovisual argentina.

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Pirovano, conocido más por sus habilidades en el tenis que por su conocimiento de la industria del cine, ha impulsado una serie de medidas que paralizan al sector. “El cine documental tiene características únicas que requieren flexibilidad y apoyo constante. Esta gestión no lo entiende o, peor aún, no le importa. El objetivo parece ser desmantelar cualquier iniciativa que no encaje con su visión mercantilista”, señala Saporiti.

La estrategia del gobierno es clara: reducir el cine nacional a una industria de nicho, dependiente de fondos privados y limitada a proyectos “rentables”. Este enfoque ignora el valor cultural y educativo del cine, que trasciende la mera recaudación en taquilla. El caso de “Proyecto Aerolíneas” no es aislado; es parte de un ataque sistemático a todo aquello que represente una narrativa alternativa al discurso oficial.

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En palabras de los realizadores, el documental buscaba aportar al debate sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas, una empresa estatal que ha sido objeto recurrente de intentos de privatización. El film no solo defendía a la aerolínea como un activo estratégico, sino que también denunciaba las políticas cipayas que subordinan los intereses nacionales a los dictados de organismos internacionales y multinacionales.

“Esto es más que una película; es una forma de resistir la colonización cultural y económica que este gobierno fomenta. Privatizar Aerolíneas sería entregar una parte esencial de nuestra soberanía. Este documental buscaba mostrar que las luchas de los trabajadores son las que han mantenido esta empresa viva, pese a los embates del poder”, reflexiona Saporiti.

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Los realizadores no piensan rendirse. En coordinación con sindicatos aeronáuticos y la CTA, planean producir un teaser que permita visibilizar la potencia del proyecto y buscar alternativas de financiamiento. También evalúan apelar legalmente la resolución del INCAA para revertir lo que consideran una decisión injusta y arbitraria.

El caso de “Proyecto Aerolíneas” expone las contradicciones de un gobierno que, mientras promete libertad de mercado, restringe la libertad de expresión. La cancelación del documental es un ataque a la producción cultural independiente y una muestra de cómo las políticas de ajuste no solo afectan la economía, sino también el derecho a narrar historias que reflejan nuestra identidad. En un contexto de privatizaciones y recortes, el cine emerge como un espacio de resistencia, y proyectos como este son fundamentales para defender lo que nos pertenece como nación.

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— En Orsai (@EnOrsai) November 21, 2024