Tras la muerte de cinco chicos en una fiesta electrónica, en un episodio que reveló complicidad o desidia estatal, Rodríguez Larreta hizo un largo silencio. Ahora, en cambio, tras una cautelar que suspende temporalmente fiestas de ese tipo, el alcalde salió en el acto.
Redacción En Orsai // Viernes 29 de abril de 2016 | 15:19
El jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta no demoró en reaccionar a la disposición que ordenó Roberto Gallardo que prohíbe "toda actividad comercial de baile con música" en la Ciudad. Sin medias tintas, no vaciló en calificarla de "disparate".
La actitud y reacción del alcalde dista de la que tuvo tras la muerte de cinco chicos en una fiesta de Costa Salguero: durante ocho días, no volvió de Estados Unidos, no envió un pésame, no explicó nada por teléfono.
En Time Warp entraban 10 mil asistentes, pero el día de las muertes había más de veinte mil. Los funcionarios del gobierno porteño mintieron sobre la cifra real, que fue revelada por los primeros pasos de la investigación judicial. Las fuerzas de seguridad del gobierno nacional intentaron derivar la causa hacia la justicia ordinaria, ocultando ?o, al menos, omitiendo? la existencia de drogas en el lugar. Pero, lo central del hecho, es que desde hace mucho tiempo, era vox populi que en esas fiestas, cuatro noches por semana, miles de jóvenes se reunían a consumir pastillas.
Tras las muertes, la Legislatura porteña aprobó un pedido de informes al Ejecutivo en torno de la fiesta trágica, pero el macrismo impidió la interpelación del jefe de Gobierno, como reclamó la oposición. También bloqueó la iniciativa de crear una comisión investigadora sobre el hecho.