En un contexto donde la industria nacional atraviesa uno de sus momentos más críticos, el cierre de la histórica fábrica Fabio Hermanos en Florencio Varela no es solo una noticia lamentable, sino un símbolo del colapso económico y la falta de acción efectiva para revertir la situación. Adrián Pérez, secretario general de la UOM en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, expresa su frustración ante la pasividad empresarial y las políticas gubernamentales que, según él, están acelerando el “industricidio” en Argentina.

El cierre de la fábrica Fabio Hermanos en Florencio Varela es el último capítulo de una larga saga de deterioro industrial en Argentina. Esta histórica empresa, especializada en la producción de bulones, tuercas y arandelas, ha anunciado su cierre, dejando a 76 trabajadores y sus familias sin empleo. La situación es descrita por Adrián Pérez, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en la región, como una tragedia anunciada que refleja la profunda crisis económica y la inacción frente a la destrucción del tejido industrial nacional.**

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Pérez no escatima en críticas hacia los empresarios que, en su opinión, han mostrado una preocupante falta de interés en defender sus fábricas. “Lo que no entiendo es la pasividad de los empresarios que han construido su vida alrededor de estas fábricas y ahora las abandonan sin luchar”, señala. Según él, muchos empresarios parecen más enfocados en la ideología que en proteger los activos que les han dado de comer durante años. Esta actitud, argumenta, es alarmante y recuerda a los tiempos de crisis económica de la década de los 90, donde el país vivió un proceso similar que terminó con una devastadora pérdida de empleo y capacidad industrial.

El cierre de Fabio Hermanos no es un caso aislado. Pérez alerta que muchas otras fábricas se encuentran al borde de la quiebra, especialmente en un sector que tradicionalmente ha sido la columna vertebral de la industria argentina. “Estamos hablando de pequeñas y medianas empresas que, en su mayoría, no cuentan con el tamaño ni el respaldo necesario para enfrentar la crisis actual. La situación es crítica y se agravará si las medidas económicas no cambian”, advierte Pérez.

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La situación se complica aún más cuando se consideran las políticas del gobierno de Javier Milei, que, según Pérez, están acelerando la crisis. La falta de inversión en la industria y el desdén hacia la protección de las fábricas locales han generado un ambiente hostil para la producción nacional. “El modelo económico actual no parece tener en cuenta la importancia de la industria para el desarrollo del país. La pasividad del gobierno y la falta de apoyo concreto están llevando a un industricidio que podría tener consecuencias devastadoras”, sostiene Pérez.

Además, la falta de reacción de los empresarios ante esta crisis es motivo de preocupación. Según Pérez, muchos de ellos parecen haber aceptado el cierre de sus fábricas como un mal inevitable, en lugar de luchar por salvarlas. Esta falta de acción y compromiso, junto con la ineficacia de las políticas gubernamentales, contribuyen a un escenario sombrío para el futuro de la industria argentina.

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En el Día de la Industria, la ausencia de un discurso claro y comprometido por parte de los empresarios resalta aún más la gravedad de la situación. Pérez cuestiona si los empresarios realmente están preocupados por la crisis o si, por el contrario, están más enfocados en apoyar al gobierno actual. “Es preocupante ver cómo algunos aplauden al Presidente mientras las fábricas siguen cerrando. Este es un momento crítico para la industria, y necesitamos que todos, desde el gobierno hasta los empresarios, tomen medidas urgentes para revertir esta situación”, exige Pérez.

Finalmente, Pérez recuerda que el futuro de Argentina está íntimamente ligado a su capacidad industrial. “Sin industria, el país no tendrá futuro. Hay solo dos modelos posibles en Argentina: uno con industria y otro sin ella. Si seguimos por el camino actual, seremos un país en el que sobra gente”, concluye Pérez, advirtiendo sobre las graves implicaciones de no tomar acciones decisivas para salvar el sector industrial.

El cierre de Fabio Hermanos es una muestra más de un panorama industrial en crisis, donde la falta de acción efectiva tanto de empresarios como del gobierno está acelerando el colapso del sector. Con la industria en jaque y las políticas económicas en el centro de la controversia, el futuro de la producción nacional parece cada vez más incierto.

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— Hernán Letcher (@hernanletcher) August 28, 2024