La consigna es clara: "Esta vez hay que ir". Un clamor que resuena en todos los rincones, presenciales, virtuales y en las redes sociales, convocando a enfrentar el régimen de decretos monumentales que, sin escrúpulos, instaura la crueldad y el hambre en la sociedad. En este 8 de Marzo, primera vez en la era Milei, la Plaza del Congreso en Buenos Aires se convertirá en el epicentro de una movilización masiva que se replicará en diversos puntos del país.

En el marco del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, esta fecha se alza como un bastión de resistencia contra los embates del gobierno, dirigidos con especial virulencia hacia los feminismos, las mujeres y las diversidades. Un ataque que socava los derechos y leyes conquistados en los últimos años, así como la institucionalidad de las problemáticas de género. Desde el Colectivo NiunaMenos, una de las organizaciones convocantes, afirman: "No aguantamos más de estas políticas, no damos más en términos anímicos, afectivos, económicos y políticos. Necesitamos que cambie el rumbo ya. Y también que el Congreso rechace el DNU y que no se siga gobernando sin pasar por el Congreso".

A pesar de los intentos del gobierno por silenciar la movilización del 8 de Marzo, la concentración masiva se vislumbra en el horizonte. En Buenos Aires, la asamblea del 8M convoca a concentrarse en la Plaza del Congreso desde las 16 horas. Actividades organizadas por colectivas, sindicatos, asambleas vecinales, organizaciones sociales y partidos políticos se entrelazarán en este espacio de resistencia. La marcha que partirá desde la Avenida de Mayo y 9 de Julio promete ser el testimonio gráfico de la indignación popular.

Entre intervenciones gráficas, performances, música y batucada, el escenario central será testigo de la lectura de un documento consensuado a las seis de la tarde. A las siete, la desconcentración rápida será la estrategia para evitar la intimidación gubernamental apelando al protocolo represivo. La movilización no estará desprotegida; una guardia jurídica, postas sanitarias y una comunicación constante entre todos serán las estrategias necesarias en un año marcado por la potencial aplicación de un protocolo represivo.

Este 8M adquiere un carácter excepcional al desarrollarse en medio de una guerra económica sin precedentes, que golpea especialmente a mujeres, lesbianas, travestis y trans, responsables de sostener las economías domésticas. La inflación, el congelamiento de salarios, la baja indiscriminada del Potenciar trabajo y otros desmantelamientos gubernamentales configuran el escenario de una lucha que va más allá de las cuestiones de género.

La respuesta feminista no se limita a la defensa de los derechos conquistados, sino que se erige como un rechazo contundente a las políticas económicas y sociales que sumen a la población en la desesperación del hambre. "Estamos en un 8M histórico contra la ultraderecha encarnada en el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel. Estamos frente a un gobierno autoritario que celebra un plan sistemático de saqueo y hambre, destruyendo los derechos de la clase trabajadora y del pueblo", afirma el documento.

Las mujeres y diversidades se alzan no solo contra la marcada posición antiderechos del gobierno, sino también contra la misoginia desatada en días recientes. El desmantelamiento del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades, el freno del plan Acompañar para Víctimas, el cierre del Inadi y los intentos de revertir la ley de aborto legal se suman a la prohibición del lenguaje inclusivo y el enfoque de género en el Estado. El gobierno define el aborto como un asesinato agravado por el vínculo, alimentando la retórica regresiva.

La crisis alimentaria y habitacional que azota a la población, agravada por las políticas de ajuste y represión, será el eje central de la protesta. Luci Cavallero del Colectivo NiunaMenos señala: "Cuando hablamos de anarco capitalismo, tenemos que hablar de una política de la destrucción y la crueldad. Hemos identificado que las mujeres, lesbianas y trans son las primeras afectadas por modelos neoliberales. Hay una economía de la violencia y la crueldad cuando la precariedad se impone como norma".

Felicitas Fuertes, de la Organización de Base Rodolfo Walsh, destaca la violencia e intolerancia del gobierno, especialmente dirigida hacia mujeres y diversidades. En este contexto de propuestas que desgarran el tejido social y promueven el hambre, las mujeres, sostenedoras de tareas de cuidado, enfrentan múltiples violencias, económicas y domésticas.

Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se advierte que el derecho al aborto es ley y cualquier intento de obstrucción será resistido activamente. Exigen garantías de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, métodos anticonceptivos, atención posaborto y Educación Sexual Integral.

En cuanto a las expectativas de la concentración frente al Congreso, Fuertes recuerda la historia de resistencia de las mujeres, afirmando que, a pesar de la complejidad del escenario, están convencidas de que la organización es su mayor fortaleza frente al gobierno de Milei.

La asamblea que se gestó durante todo febrero dejó claro el tono de la movilización: "orgullosamente feministas". El documento finaliza con un grito colectivo y transversal: "Decimos

Ni un paso atrás. A Milei no le tenemos miedo. ¡Fuimos marea y seremos tsunami!". Un llamado a la unidad y la resistencia que resonará el 8 de Marzo en las calles de todo el país.