Vladimir Putin anunció que Crimea ha sido definitivamente anexada a Rusia. Mientras tanto, Ucrania denuncia un ataque ruso que derivó en el primer muerto de un conflicto que ya es armado.
Martes 18 de marzo de 2014 | 14:01
Tras el anuncio oficial de Vladimir Putin en el que confirmó que el Estado ruso considera a Crimea una parte de su territorio, la tensión llegó a su punto máximo en Europa. Ucrania denuncia un ataque ruso que culminó con un muerto; en ese contexto el Primer Ministro como el Presidente se movilizaron al cuartel del mando de las Fuerzas Armadas.
"Crimea era y es una parte inseparable de Rusia en el corazón de los rusos", consideró Putin en un discurso que elevó la alarma en el viejo continente ante la posibilidad de un conflicto armado de gran escala.
Al mismo tiempo, el líder ruso consideró que Crimea es "tierra santa" para el país más grande del mundo y denunció la injerencia de Estados Unidos en Ucrania: consideró que Washington "traspasó" un límite.
"Nuestros socios occidentales encabezados por Estados Unidos prefieren guiarse en política internacional por el derecho del más fuerte, creen que solo ellos pueden tener la razón. Aquí y allá utilizan la fuerza contra países independientes, hacen aprobar las resoluciones que necesitan de las instituciones internacionales o simplemente las ignoran, como lo hicieron en Yugoslavia", agregó Putin.
Estados Unidos, que aplicó las sanciones más severas a la Federación Rusa desde la Guerra Fría, hizo trascender que no reconocerá el acto de Putin y convocó a una reunión del G7 en la que se espera la expulsión del país más grande del planeta. En simultaneo, Angela Merkel le dijo a los periodistas en Berlin que las acciones de Rusia están "en contra de la legislación internacional".
Las novedades recorren el mundo a la velocidad de la luz y según la prensa ucraniana, el Estado autorizó a los oficiales del ejército del mencionado país a utilizar las armas contra las agresiones.
En este contexto, Ucrania solicita el apoyo de Estados Unidos y el Reino Unido quienes, a cambio del desarme nuclear, se comprometieron a garantizar la unidad territorial del país de Europa del este. El "tratado de Budapest", también fue rubricado por Rusia, pero su condición de "agresor" lo deja fuera del escenario.