(Por Juan Alonso) En el texto de Shelley, el monstruo padece la condición humana: sufre ser discriminado al resultar abandonado en un comienzo por su propio creador que usó el cerebro de un genio y algunas partes de cuerpos de criminales. El monstruo ya desamparado comienza refugiándose en el bosque y se alimenta de frutos, nueces, y plantas; es un vegetariano.

Pero pronto se acerca a un pueblo –necesita de los otros-, resulta golpeado y casi asesinado por los seres humanos. Entonces, el monstruo no comprende el desasosiego y la orfandad, su profundo rencor por su creador crece como el odio desde su alma atormentada. Se da cuenta de que no alcanza con salvar a una niña de ahogarse en un arroyo, porque las personas son extremadamente crueles y lo rechazan a golpes y amenazas de disparos de escopeta.

El monstruo lee francés e inglés y habla la lengua de sus vecinos odiosos pero lo humillan constantemente. Vuelve en fuga al bosque y planifica su venganza redentora. La venganza contra la familia de Víctor Frankenstein y su mujer enamorada.

OPINIÓN Y DATOS Fractura expuesta / Por Juan Alonso

Lo encuentra en otro país y le propone un chantaje: si él acepta crear a una especie de mujer monstruosa que sirva para acompañarlo en su huída de la humanidad, se comprometerá a alejarse para siempre de su vida. Si la respuesta es negativa, asegura que iniciará un infierno contra su creador. Y así fue.

El monstruo va al casamiento de Víctor Frankenstein y mata a su prometida, poco antes estrangula al ayudante de Frankenstein que iba a participar de la creación de su engendro de mujer monstruosa.

El creador del monstruo de esa forma inicia el oscuro y profundo camino de la locura. Nada es verdadero porque la muerte lo acecha tal como le sucedió en la vida real a la escritora Mary Shelley: su marido filósofo y poeta murió ahogado, dos de sus hijos nacieron muertos, un amigo médico y escritor, pareja circunstancial de Lord Byron se suicidó con un veneno mortífero, y ella misma enfermó de un tumor cerebral después de los 50 años.

ANÁLISIS Y OPINIÓN Los derrotados / Por Juan Alonso

Pese a ello, Mary Shelley dejó una obra exquisita: El último hombre en la tierra narra la saga de la descomposición social tras una plaga en el mundo, y Caminatas en Alemania e Italia da testimonio del amor y el desamor en paraísos tan humanos como inasibles y perecederos.

Javier Milei fue engendrado como actor político por algunas corporaciones empresariales que viven del Estado y por los medios hegemónicos que están asociados a fondos buitres de Londres y Nueva York. Su devoción liberal libertaria se funda en la obra de un tipo que creció en el siglo XIX y murió en 1921.

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La idea de lo real de Milei no existe en el planeta. Carece de anclaje en la realidad. Propone anular todos los subsidios del Estado a los servicios de luz, gas, agua y trasporte de pasajeros (trenes, colectivos, subtes y aviones) y desmantelar el pacto democrático desde 1983 con una férrea defensa a los genocidas de la dictadura y los ladrones de 400 bebés con sus torturadores amigos de la soldadesca asesina.

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En su lógica alienada está a favor de la venta de órganos y de la compra de armas para los civiles como sucede en EE UU donde ayer un hombre mató a 18 personas en Lewiston.

El Frankenstein de Javier Milei es Mauricio Macri. Él mismo sufrió el desprecio de su progenitor, Franco, a quien demandó en vida por presunta insania (locura) para despojarlo y humillarlo en sociedad.

Milei, el monstruo de Frankenstein [Macri] tuvo un padre violento que fundó varias empresas con la obsesión de la acumulación de dinero sin intervención del Fisco. Según la trama ilógica de Milei, el Estado es el padre. Desde allí odia el control. Porque el sueño de la razón produce monstruos imposibles.

Víctor Frankenstein y su monstruo

Por Juan Alonso

La realidad política argentina supera a la literatura de terror. Mauricio Macri aparece como el creador del monstruo de Javier Milei al igual que Víctor Frankenstein en la novela de Mary Shelley.

En el texto de Shelley, el… pic.twitter.com/XJZoZsNCRl

— Juan Alonso (@jotaalonso) October 26, 2023