El jefe de redacción de Clarín, Kirschbaum, da por terminada la expectativa presidencial del ministro en su nota del domingo, exactamente lo mismo que escribió Morales Solá en La Nación. Además, ambos diarios dieron como título principal del día proyecciones económicas muy pesimistas.

Hasta el domingo 12, la ofensiva mediática había sido centrada en Cristina Kirchner, específicamente en función de una reconfiguración del peronismo, es decir el sueño largamente acariciado por la derecha de un Partido Justicialista sin el kirchnerismo. A esos fines, por segundo fin de semana consecutivo se incluyen notas de promoción del gobernador Schiaretti.

Criticar a Massa no requiere más ingredientes que dar cuenta de la marcha de la inflación, pero los medios de la derecha van por mucho más y coordinan acciones. Las acusaciones al ministro de direccionar la venta de entradas para el partido de la selección argentina a una empresa de allegados, y lo mismo respecto de la compra de elementos químicos para AYSA, que está a cargo de su esposa, se aceleraron fuertemente. Ahora vendrá lo de siempre: Juntos por el Cambio presentará denuncias judiciales y habrá más títulos.

Fue Morales Solá quien le colgó el rótulo de “ministro de los cortes”, por la crisis del servicio en las últimas dos semanas, que por cierto pusieron en evidencia la impotencia del Estado frente a las empresas y el papel de los jefes del ENRE como meros comentaristas del desastre.

En este tema tan sensible para la vida diaria de la población hay en estos medios un total encubrimiento a las empresas distribuidoras. En medio de crónicas que reflejan a medias la magnitud del sufrimiento, Clarín fijó posición oficial el sábado en nota del editor Roa, cuando dice que “el Gobierno encontró en Edesur al responsable”. Morales Solá lo imitó al día siguiente, con las mismas palabras, y reclamó por las tarifas, igual que lo hacen los empresarios.

Infobae, que se jacta de seguir las noticias minuto a minuto, eligió pisar el tema: en uno de los picos de cortes, el jueves, la noticia aparecía varias pantallas abajo. Era el título número 37, después de Wanda Nara y de dos publinotas del festival Lollapalooza, que goza de generosa promoción.

El proyecto de restauración conservadora en el PJ también motiva ataques al gobernador Kicillof. La Nación insistió en ubicar al ministro Aníbal Fernández a la cabeza de la reformulación del peronismo, por sus festejadas frases contra La Cámpora, y agregó que lo acompañan “gobernadores” e “intendentes”. Eso sí, gente que no tiene nombre, porque no incluye uno solo.

A estos fines también da gran servicio a los escribas opositores la crítica pública que Máximo Kirchner pronunció contra el gobernador, repetida en todas las ediciones. Por igual, Clarín y La Nación sueñan con que Kicillof sea candidato presidencial, con la esperanza de que no podrá ganar pero sobre todo porque creen firmemente que si resigna la reelección en la provincia Juntos por el Cambio podrá enfrentar mejor a cualquier otro postulante.

Ambos diarios combinaron publicaciones sobre acciones de fuerzas federales en territorio bonaerense que fueron resueltas, dicen, sin consultar al gobierno provincial. La Nación lo convirtió en título principal el sábado. Clarín lo hizo el lunes 20.

La cobertura de un tema aparentemente no vinculado a la política local, el tembladeral bancario internacional, trasluce una postura editorial que merece atención: no hay en estos medios notas que permitan entender cabalmente la caída de bancos en Estados Unidos y en Suiza. Parecen meros accidentes accionarios, porque un inversor que dijo tal o cual cosa y generó intestabilidad.

El jueves Clarín y La Nación coincidieron en relatar que la crisis del Credit Suisse “obligó” al Banco Central de ese país a ofrecerse como garante de los fondos comprometidos. Parece que si el riesgo es para la corpo financiera y bancaria, todos se vuelven estatistas.

(Reseña de Hugo Muleiro)