Tras la aparición del flagelo del coronavirus, la crisis económica se agravó y redundó en una profundización de la recesión. En esta coyuntura, las importaciones de productos y servicios, y un crecimiento moderado de las exportaciones de bienes significaron un mejoramiento de la balanza comercial.
De igual modo, el turismo se vio afectado de sobremanera por las restricciones impuestas por los diferentes gobiernos con el objetivo de reducir los contagios, lo que implicó un marcado descenso de ingresos por este concepto. Sin embargo, es menester destacar que, a pesar del escenario adverso para el intercambio comercial, la balanza comercial argentina durante el año pasado presentó superávit, lo que posibilitó el fortalecimiento de las reservas internacionales para hacer frente principalmente al repago de las deudas contraídas por el sector privado durante el cuatrienio gobernado por la alianza Cambiemos.
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