El gobierno de la Ciudad se sigue plagando de funcionarios cercanos al expresidente.
Noticias La Insuperable // Viernes 26 de marzo de 2021 | 18:44
(Por Tomás Palazzo) Todas las semanas algún exfuncionario cercano a Mauricio Macri se suma al plantes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora es el caso del ex Titular de la Unidad de Coordinación General de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, Mariano Delorenzi, mano derecha del mimado de Macri, Fernando De Andreis.
Delorenzi, según dio a conocer el Boletín Oficial porteño de la fecha por intermedio de la RESOLUCIÓN N.° 55/SECDU/20, acaba de ser contratado para “realizar tareas” en la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Delorenzi, quien cuenta con título de bachiller, cobrará un sueldo de 90.000 pesos.
Lo curioso es que esta resolución se publicó con un año de demora, dado que según consta en el anexo, Delorenzi presta servicios desde el 4 de marzo del año pasado como Asesor, lo cual es no solo irregular, sino sencillamente incomprobable.
Hace unos años, Delorenzi, por una denuncia de Graciela Ocaña, “quedó pegado” en la causa que investigaba presuntas irregularidades en los fondos del programa Fútbol para Todos, dado que en 2012 había trabajado con Abal Medina. Pero apenas nombrado en la Secreataría presdencial de Macri, fue rápidamente sobreseído por la jueza Servini.
Según cuenta el periodista Néstor Espósito, el sobreseimiento logrado por Delorenzi fue bastante llamativo: “dos grupos comían en el Restaurante Marcelo, de La Recoleta. De una mesa se levantó uno de los tres veedores designados por Servini en AFA, el ex juez Alberto “el Tano” Piotti. Fue a saludar a los comensales de una mesa larga en la que estaba De Andreis. Surgió inevitable el tema AFA, y Piotti recibió un reproche por sus informes sobre Delorenzi. “¿Lo conocés? Mirá, es él”, dijo el dirigente radical Enrique “Coti” Nosiglia, señalando al funcionario que estaba sentado próximo a De Andreis. Piotti quedó petrificado. Del otro lado de la mesa se escuchó una voz ronca que decía: “Andá, Tano, andá.” Era el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo”.