El País Digital dialogó con el artista Daniel Santoro, figura indispensable para pensar el peronismo en todo momento, sobre todo en la actualidad. A través de la estrategia y de las imágenes, habla del arte, del gobierno, de la pandemia, de la economía y de la oposición, entre otros temas.
Domingo 12 de julio de 2020 | 09:44
(Por: Sol Mircovich) El País Digital dialogó con el artista Daniel Santoro, figura indispensable para pensar el peronismo en todo momento, sobre todo en la actualidad, quien mediante la estrategia y las imágenes toca todos los temas. El arte y los artistas, el peronismo en el Gobierno, la imagen de Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta, la pandemia, la economía y una oposición que, según sus palabras, está "en un momento de desesperación simbólica".
Se aleja de aquellos que hacen arte político subsidiario a las necesidades ideológicas, no teme pelearse tanto con la izquierda como con la derecha, sabe que su arte no cumple con las necesidades políticas porque considera que "el deber ser es letal para el arte".
Además, sostiene que CFK generó un corrimiento de la escena que permitió que el peronismo vuelva al poder, y que la oposición está radicalizada porque "se les está quemando el rancho".
Apoya la política que lleva a cabo Alberto que, según su expresión, "practica un peronismo más social demócrata", que considera que es lo que hay que hacer.
La entrevista completa:
EPD: Se podría decir que has convertido al peronismo en arte, y en ese sentido te pregunto cómo es el cuadro que harías ahora. ¿Cómo lo ves al peronismo en la pandemia? ¿Cuál sería la imagen que representarías?
DS: Creo que el tema de la pandemia es mucho más amplio que el tema específico del peronismo. Yo no ilustro eventos, exactamente, quizá sí puntuales, como los bombardeos a la Plaza de Mayo.
Trato de sublimarlos a través de una imagen, convertir imágenes emblemáticas con lógicas propias y no con datos históricos, que sería como una ilustración del momento.
No soy parte del arte político subsidiario a las necesidades ideológicas o doctrinarias. Yo debato mucho tanto con el imaginario de la izquierda como con los de la derecha. Dejo insatisfecho a todo el mundo. Hago a Eva Perón comiéndole las entrañas al Che Guevara y hago una catástrofe.
Me encanta eso, ponerme en los lugares oscuros, en los que no hay respuesta, digamos que ese es el lugar del arte. Si no, serían derivas del arte, como el realismo socialista, que son lugares de castración absoluta, donde no hay salida, donde lo único que tenés que hacer es representar el sujeto histórico, siempre en una imagen de celebración de las cosas.
Yo nunca celebro nada, y sirve si se resuelve desde el lenguaje artístico. Si se resuelve por fuera, en las necesidades de la política, a mí no me interesa mucho. Lo mío no cumple las reglas de las necesidades del uso político. Yo estoy en otra etapa del uso de las imágenes de la política. Las pongo complejas. Eva Perón me encanta en una relación lésbica con Victoria Ocampo y no me interesa si después me saltan al cuello los compañeros más duros en ese tema. No respeto cánones, y me parece fundamental para que esté en el territorio del arte, si no estaría en el territorio de la propaganda política y no es lo mío.
Entonces, no hago ilustraciones, salvo algunas excepciones, como los bombardeos a la Plaza de Mayo, porque me interesa que el arte pueda cumplir ahí una función de dar a conocer, pero tampoco lo hago como un dato histórico solamente, tiene una lógica en la plástica.
Por eso, en cuanto a la pandemia, no tengo imágenes, no sé cómo resolverlo desde mi lugar. Estamos en el medio de la catásfrofe. Tal vez más adelante los efectos de esto sí sean interesantes para plasmarlos en imágenes.
EPD: ¿Cuál te parece que debería ser la relación de los artistas y de los intelectuales en relación con la responsabilidad social actual?
DS: Yo colaboré con algunos dibujos que me pidieron, con los cuidados que cada uno debe llevar a cabo.
De todas maneras, no tengo una respuesta clara, yo no sé si hay una correlación exacta entre la obra de un artista y la adhesión política, o si hay un corrimiento. Hay artistas que tienen un compromiso que lo ponen por delante. Yo lo tengo, pero corrido de las necesidades del uso político.
Siempre hay una falla entre el arte y las necesidades de la política. Siempre el arte se toma libertades con las que la política queda medio insatisfecha. Es una relación como de histérico, cuando el histérico es el político es una catástrofe, es Stalin, que le reclama al arte: “Ustedes, artistas, tienen que hacer el obrero pintado de determinada manera, contento, siempre mirando para arriba, en diagonal a la izquierda, porque desde ahí viene la revolución”. Ese es el histérico político, que si no hacés eso siente que lo estás estafando. Ese es el realismo socialista, finalmente, que es el invento de Stalin. Y reprimió a los artistas que no hacían el sujeto histórico como él pretendía.
Ese deber ser es letal para el arte. No hay un deber ser. Yo no le voy a pedir nunca a Borges que rechace su adhesión política, no me interesa Borges como político, me encanta como artista. Me gusta más que Marechal, que era peronista. Así de complejo es el tema del arte y la política. Borges es arte nacional y popular, Marechal es arte nacional y popular. No es mejor el segundo porque fuera peronista. Esa es una de las cosas que discuto mucho y también nos ponemos de acuerdo con Dolina y con Horacio González. Y muchos compañeros me odian también por eso.
EPD: Separar a la obra del artista.
DS: Sí, se separa de una manera misteriosa. No es que se separa al estilo liberal, que no importa. Hay algo ahí adentro oscuro, que retroalimenta la obra, que es complejo. Es un mundo complejo. Desde la política se lo quiere hacer sencillo y no. Siempre es oscuro, nunca encaja. Una obra de arte es un evento, y se necesita todo el respeto para con eso. No se le puede imponer histéricamente algún deber ser, alguna conducta, alguna moral, incluso.
Esto lo decía muy bien Lacan, que al arte no hay que analizarlo, solamente hay que aprender de él. En contra de Freud también, que pretendía analizarlo y ahí es donde más se equivocó, creyendo que estaba dilucidando de dónde venía el arte, y el arte nunca se sabe de dónde viene. De vez en cuando sucede algo y hay que festejarlo como una epifanía.
EPD: En una entrevista en el 2018 decís que con CFK no alcanza, pero sin ella se pierde, y ahora acá estamos. ¿Cómo ves el rol que está cumpliendo? ¿Cómo ves la dinámica con Alberto?
DS: Muy bien. Ella cuando tomó esa decisión, que todos estábamos muy angustiados porque sabíamos que las cosas no estaban bien, estuvo muy atenta al territorio, lo cual es sorprendente porque ella nunca había estado tan atenta a los acontecimientos inmediatos del territorio. Ella se movía más a partir de una conducción desde el discurso. En la práctica, ella nunca demostró tener un feeling tan fino como el que tuvo. En un momento delicado y de mucha precisión lo hizo muy bien.
Activó una especie de bomba de vacío, con lo cual atrajo todo lo que estaba alrededor que todavía se negaba a venir, y ese corrimiento generó un vacío que se llenó con los compañeros que necesitábamos para ganar.
Me parece muy bien cómo está actuando ahora, con mucha atención, sigue corrida del eje, el enemigo siempre espera que ella se presente y ahora creo que perdieron toda esperanza de tener una oportunidad de tener una némesis.
Encontraron esto del asesinato de Fabián Gutiérrez como una oportunidad desesperada, salieron a jugar todas las fichas que pudieron ahí, porque la necesitaban a ella. La quisieron poner en el centro de la escena, les falló y ahora se dan cuenta de que no la tienen.
Y eso es fantástico, generar ese vacío es una maniobra digna de Clausewitz, de los grandes estrategas políticos militares, que es no presentarse en el campo de batalla que propone el enemigo, la estrategia de aproximación indirecta. El enemigo propone un lugar para la batalla y vos lo dejás ahí, esperando, y a la batalla la das de otra manera, inesperada, y eso es lo que está haciendo Cristina ahora.
Después se verá, ahora lo que hay que mantener es la unidad absoluta, los compañeros que hacen fuego amigo tendrían que calmarse un poco, y bancar como hay que bancar. Algunos salen a pedir más peronismo, hablan de la social democracia.
EPD: En ese aspecto, ¿cómo lo ves al gobierno de Alberto, con todos los cuestionamientos que le están haciendo?
Bien, muy bien. Practica un peronismo más social demócrata, para satisfacer algunas críticas, y es exactamente lo que hay que hacer. Con el tono exacto con el que hay que hacerlo, y esos son los momentos en los que las cosas salen bien, con todas las contradicciones, llevándolas, bastante bien.
Siempre tenemos el trauma de la seguridad nosotros, entonces irrumpe Berni y se arma quilombo, empieza todo el tema, aparecen los fantasmas de algunos compañeros, pero está todo bien, armó su personaje, tipo superhéroe, después veremos. Es parte orgánica de las cosas que hay que hacer. Es una garantía Berni, es popular, está bárbaro en las encuestas. Un ministro así en la provincia creo que es una de las jugadas en las que Axel estuvo inspirado. Es sorprender, es dar batallas en lugares sorprendentes. Cuando uno pensaba que Axel hubiese preferido un garantista, va a la otra punta y pone a una persona como Berni. Eso es una genialidad, eso es desconcertar, es hacer escenarios de batalla que el enemigo no espera.
Ahora hay que vivir adentro del estudio de TN, para qué van a ir a C5N a decir lo que ya sabemos todos y a hablarnos a nosotros mismos. Abrazar a los que están desesperados por tomar distancia. Estamos en un momento propicio para jugar cartas interesantes.
EPD: ¿Creés que hay una radicalización de la oposición?
Sí, claro. Se está radicalizando porque está en un momento de desesperación simbólica. Están con el problema de los espías, se les está quemando el rancho. Tienen que disimular eso.
Ahora arreglamos con el Fondo y hay que hablar de economía. Ya está con la pandemia, yo no voy a decir más nada de la pandemia, no se puede agotar tanto el tema. Hay que hablar de la economía en serio. Hay que cambiar el escenario. Ellos quieren este escenario porque nos ponen a nosotros como “infectadura” y a ellos como los que quieren el progreso económico, la libertad y demás.
Para ellos va a ser letal que se arregle con el Fondo. Que se arregle con los bonistas es la tapa del cajón para ellos, lo último que les podría pasar. Que se empiece a ver un progreso en la economía. El único argumento que tienen ahora es que hundimos al país, que estamos en el peor momento de la economía y que a eso lo hizo Alberto. Eso es lo que ellos podrían llegar a defender como último recurso. Y se lo sacamos. De pronto, somos nosotros los que impulsamos la economía, y ellos se quedan con la “infectadura”.
Un paso más adelante hay que ir. Ahora tiene que salir Guzmán y todo el equipo económico, empezar otro round. Nunca estar en el lugar donde te esperan.
EPD: ¿Te parece que los ataques permanentes al Gobierno y a CFK tienen algún tipo de semejanza con lo que en su momento ocurrió con Eva Perón?
DS: Sí, siempre es el mismo fantasma. El fantasma de “vienen por lo nuestro”, “quieren lo que tenemos nosotros”, lo mismo que le decían a Eva Perón es lo que está pasando ahora. No hay diferencia: “No trabajan”, “no se lo merecen”, “son vagos”, o “son ideológicos”.
Son dos fantasmas básicos, el tipo gordo de la CGT que tiene el cuerpo arruinado, entonces viene a arruinarnos a nosotros, a meterse en la carpa de al lado en la playa de Mar del Plata. Vienen a gozar con nosotros inmerecidamente, sucios y contaminados, toda una rama de fantasmas que va por ese lado, que lo corrompe el goce puro. Por el otro, el fantasma del cuerpo joven, audaz, que se inmola, sacrificial, que es Eva Perón, precisamente, y todo el camino que deriva en Axel. Entonces, son comunistas, jóvenes, audaces, nos vienen a quitar lo que tenemos. Estos son los más ideológicos, porque "salen de nosotros, de clase media alta, y nos vienen a quitar lo nuestro porque están ideologizados". Esas son las dos vías fantasmales que están desde el origen con las patas en la fuente, que surge en 17 de octubre y que nunca más se abandonaron.
EPD: ¿Qué sentiste cuando volvieron a prender a Eva en el edificio de Acción Social?
DS: Me invitaron, estuvo lindo el acto. No era la iluminación original porque se habían robado todos los aparatos, pero fue una jornada feliz. Un evento propiciatorio, algo así como que vuelve la luz un poco.