El gobierno luso dejó de aplicar las medidas impuestas por acreedores y, el año pasado, registró cifras récord de crecimiento; ha desafiado así a quienes insisten que la respuesta al rumbo económico de Europa poscrisis depende de una política económica de frugalidad.
Foto: The New York Times
Lunes 10 de septiembre de 2018 | 20:07
(Por LIZ ALDERMAN) LISBOA, Portugal — Ramón Rivera apenas había arrancado su negocio de aceite de oliva en la soleada región portuguesa de Alentejo cuando la crisis de la deuda estalló en Europa. La economía comenzó a desmoronarse, los salarios sufrieron recortes y se duplicó el desempleo. El gobierno de Lisboa tuvo que aceptar un humillante rescate internacional.
No obstante, en vista de que se seguía agravando la miseria, Portugal tomó una postura desafiante: en 2015 dejó de aplicar las medidas de austeridad impuestas por sus acreditantes europeos y marcó con ello el inicio de un círculo virtuoso que ha permitido a su economía registrar cierto crecimiento de nuevo. El gobierno eliminó los recortes a los salarios, a las pensiones y a la seguridad social; además, comenzó a ofrecer incentivos a las empresas.
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Este giro total del gobierno, con su decisión de tener gasto público, tuvo grandes efectos. Aunque debieron enfrentar la oposición de los acreedores a estos cambios, comenzó a desaparecer el pesimismo que imperaba en la nación como resultado de años de reducciones en el gasto. Creció la confianza de las empresas y empezaron a aumentar la producción y las exportaciones, incluso en los huertos de olivos de Rivera.
“Tuvimos fe en que Portugal lograría superar la crisis”, dijo Rivera, gerente general de Elaia, empresa que se dedicó a aplicar tecnología de punta para su cosecha y ahora es una de las mayores productoras de aceite de oliva de Portugal. “Nos percatamos de que era el mejor lugar del mundo para invertir”.
En una época de creciente incertidumbre en Europa, Portugal desafió a aquellos críticos que insistían en que las medidas de austeridad eran la mejor manera de resolver la crisis económica y financiera del continente. Mientras que otros países como Grecia e Irlanda (y también Portugal, por un tiempo) se apegaron a los lineamientos, el gobierno portugués al final se resistió y con ello impulsó una recuperación que el año pasado resultó en las cifras de crecimiento económico más altas en una década.
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Esta recuperación es evidente en casi todos los sectores. Se han inaugurado muchos hoteles, restaurantes y tiendas debido al aumento en el turismo, lo que a su vez ha ayudado a reducir el desempleo a la mitad. En el barrio capitano de Beato, a partir de los restos de una fábrica militar abandonada, se erigió un enorme complejo de empresas emergentes. Bosch, Google y Mercedes-Benz abrieron hace poco oficinas y centros de investigación digital en ese lugar, que crearon miles de empleos.
La inversión extranjera en los sectores aeroespacial y de la construcción, entre otros, ha alcanzado cifras récord. Por su parte, las industrias portuguesas tradicionales, como las fábricas de papel y textiles, están invirtiendo en áreas de innovación y promueven el auge de las exportaciones.
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“El caso de Portugal demuestra que, si se exageran las medidas de austeridad, terminan por agravar la recesión y crean un círculo vicioso”, enfatizó el primer ministro António Costa en una entrevista. “Diseñamos otra opción para remplazar la austeridad, con metas como un mayor crecimiento y más y mejores empleos”.
Costa llegó al poder a finales de 2015; es un político de centro-izquierda que prometió eliminar los recortes a los ingresos que había autorizado el gobierno previo para reducir el enorme déficit de Portugal, como parte de las disposiciones del rescate internacional de 78.000 millones de euros (90.000 millones de dólares). Costa formó una alianza inusual con partidos de ideología comunista y de izquierda radical, que no habían accedido al poder desde el fin de la dictadura en Portugal en 1974. Se unieron con el propósito de eliminar gradualmente las medidas de austeridad, pero sin caer en un desbalance contable para evitar contravenir las normas de la eurozona.
La nota completa aquí: https://www.nytimes.com/es/2018/07/26/portugal-austeridad-recuperacion/
GOBIERNO NEOLIBERAL
— En Orsai (@EnOrsai) 10 de septiembre de 2018
Pesado futuro: a fin de año la deuda externa será mayor al PBIhttps://t.co/JsmOM1S2I6 pic.twitter.com/YoTeQ85HXJ