El aspecto menos comentado del misterioso robo a la casa de Michetti, de donde se llevaron 245 mil pesos y 50 mil dólares, es que la fundación de la vicepresidenta recibe aportes de multinacionales y empresas poderosas. Una maniobra que sugiere tráfico de influencias.
Redacción En Orsai // Martes 19 de julio de 2016 | 12:12
Luego de que se conociera que a la dirigente le sustrajeron de su domicilio 245 mil pesos y 50 mil dólares el 22 de noviembre del año pasado –un hecho que Gabriela Michetti mantuvo en reserva mientras se hizo la investigación que terminó con el arresto de uno de sus custodios– un abogado presentó una denuncia penal por “averiguación de posible delito”.
Sin embargo, el lado B del episodio revela un posible tráfico de influencias de las empresas más poderosas de la Argentina. Es que Michetti indicó que 45 mil eran para pagar refacciones que estaba haciendo en su casa y los otros 200 mil provenían de donaciones para la fundación SUMA, que ella preside, y estaban destinados a financiar una cena de recaudación de fondos que se haría una semana después.
La cena tuvo lugar el 30 de noviembre con la participación del presidente Mauricio Macri, dirigentes del PRO, empresarios de medios y figuras de la farándula. Entre otros, asistió Laura Alonso, actual subsecretaria de Lucha contra la Corrupción.
La dirigente no especificó quiénes eran los donantes de esos fondos. La fundación SUMA indica en su web que tiene entre sus sponsors a las empresas Techint, Pan American Energy, Microsoft, Grupo Petersen, a Swiss Medical, Louis Dreyfous Comoditties, Farallon y los bancos Macro, Santander, Galicia y Comafi. Es decir, el establishment puro y duro, interesado en financiar una Fundación que ni siquiera tiene empleados.