En plena función se vino abajo parte del techo del Apollo. No hubo muertos por milagro, pero siete personas sufrieron heridas graves.
Los bomberos acudieron al lugar, después de las ocho y diez de la noche cuando recibieron el primer llamado de auxilio.
Viernes 20 de diciembre de 2013 | 09:33
En todos lados se cuecen habas. Parte del techo del histórico teatro Apollo de Londres colapsó en la noche del jueves en plena función y dejó casi 80 heridos.
El servicio de ambulancias de Londres comunicó en su página web que fueron atendidas 76 personas. Cincuenta y ocho de ellas fueron llevadas a hospitales cercanos. La mayoría pudo salir del edificio por su cuenta. Siete personas resultaron heridas de gravedad.
"Es una suerte que no haya muertos", dijo Nick Harding, jefe de los bomberos, a la BBC. Muchas personas sufrieron heridas en la cabeza y cortantes a causa de los fragmentos de yeso y de madera que volaron. Los primeros auxilios se dieron en el foyer del teatro y en edificios lindantes. El desplome ocurrió en el popular West End, muy cerca de Picadilly Circus.
El teatro, con capacidad para 775 personas, se encontraba lleno en el momento del accidente y fue desalojado inmediatamente. El derrumbe de la mampostería comenzó 45 minutos después de haber comenzado la obra.
Algunos espectadores quedaron atrapados entre los escombros, pero fueron liberados, indicó un portavoz de los bomberos. Los actores sobre el escenario no sufrieron ningún daño.
La zona alrededor del teatro, inaugurado hace 112 años y renovado en 1932, fue cerrada y numerosos equipos de rescate y de los bomberos acudieron al lugar, después de las ocho y diez de la noche cuando recibieron el primer llamado de auxilio.
Testigos dijeron que de pronto escucharon un fuerte ruido durante la obra The Curious Incident Of The Dog In The Night-Time (basada en el libro de Mark Hadden) y algunos pensaron que formaba parte de la representación.
"Pensamos que era parte de la escena, era una escena de playa, pero hubo un estruendo y parte del techo se desplomó", relató un joven de 29 años.
"Hubo pánico y escuché gritos. Vi a muchas personas en estado de shock con los rostros cubiertos de sangre", relató Simon Usborne, uno de los espectadores, a la BBC.
La compañía Nimax Theatres, propietaria del Apollo, calificó el incidente de "impactante y perturbador". El Apollo está en la avenida Shaftesbury, donde están gran parte de los teatros de Londres y que estos días previos a la Navidad tienen todas las localidades agotadas.
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