Siete diputados y siete senadores se reúnen a puerta cerrada este miércoles en la comisión mixta paritaria para encontrar un compromiso sobre la polémica reforma de las pensiones que busca retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. El presidente, Emmanuel Macron, espera que haya acuerdo para que se celebre el voto final el jueves.
RFI // Miercoles 15 de marzo de 2023 | 08:05
Alta tensión este miércoles en el Palacio Bourbon, sede de la Asamblea Nacional francesa. La reunión se celebra a puerta cerrada y muy cerca de allí, en la explanada de los Inválidos, los sindicatos han convocado la octava jornada de movilización contra esta reforma, rechazada por el 68% de los franceses, según los últimos sondeos.
Una parte de los partidos de izquierda habían pedido que esta reunión fuera pública, pero según los usos, permanecerá fuera de los proyectores. Es una cita crucial para el devenir de esta reforma que el ejecutivo quiere adoptar, cueste lo que cueste. El acuerdo es más que probable porque los macronistas y la derecha son mayoritarios.
En el caso de que este miércoles se encuentre un acuerdo, el texto pasará este jueves al Senado y la Asamblea Nacional para su voto final. El voto positivo está prácticamente asegurado en el Senado, dominado por la derecha. Persiste, sin embargo, incertidumbre en la Asamblea Nacional. El presidente Emmanuel Macron sólo dispone de una mayoría relativa y necesita sí o sí los votos del grupo derechista Los Republicanos y en este partido hay mucha división sobre el tema.
"Hay diputados de la mayoría que a priori no votarán a favor del texto. Y sobre todo, hay que ver que no se necesita necesariamente una mayoría sobre el papel. Se necesita una mayoría en la sesión, es decir, que los diputados que tengan miedo de volver a sus circunscripciones, ese día decidirán tal vez no asistir a la sesión", explica a RFI Benjamin Morel, profesor de Derecho Público en París 2.
Si el oficialismo no consiguiera una mayoría para adoptar el texto, siempre puede recurrir al artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite que se adopte sin voto. Pero el recurso a este artículo sería un fracaso para Macron. "La realidad es que el 49.3 sería una derrota política al menos simbólica. Pero si el texto fuera rechazado por la Asamblea Nacional, sería una derrota, una verdadera estampida", agrega el analista político.
Un recurso al 49.3 podría a su vez provocar que se endureciera el movimiento de protesta en las calles. Si recurre a este mecanismo, Macron también se expone a una moción de censura, según algunos diputados de la oposición, otra cosa es que pueda prosperar. "No creo que haya riesgo de que esto suponga el fin del mandato de Macron, fue elegido hasta el 2027. Lo que sí está en juego es su capacidad para aprobar textos, se corre el riesgo real de que se produzca una forma de inercia o de debilitamiento de la capacidad de llevar a cabo reformas, de aprobar textos y, por tanto, en definitiva, de gobernar el país", analiza Morel.
Mientras tanto, este miércoles se celebra la octava jornada de movilización contra la reforma. Si bien el movimiento parece debilitarse, algunos sectores continúan con las huelgas. Por ejemplo, los recogedores de basura, ciertos transportes o el sector de la energía.