
Entre la quema de reservas, el desmantelamiento del Impuesto PAIS y la incesante escalada del dólar blue, Las medidas del gobierno de Javier Milei colocaron al país al borde de una tormenta económica. Cada dólar quemado en los mercados financieros es un dólar que no se invierte en educación, salud o infraestructura.
Walter Onorato // Sábado 28 de diciembre de 2024 | 06:52
(Por Walter Onorato) En una Argentina gobernada por promesas de liberalización y eficiencia, los hechos cuentan otra historia. Durante las últimas cinco jornadas, el Banco Central bajo la batuta de Luis "Toto" Caputo quemó 870 millones de dólares en el segmento de dólares financieros, sumando un total de casi 1700 millones de dólares si se incluyen las operaciones en el mercado oficial. Lo que alguna vez se presentó como una estrategia para estabilizar la economía, se ha convertido en un alarmante ejemplo de improvisación, beneficiando a sectores especulativos y dejando al país sin defensas frente a las crisis externas.
El panorama comenzó a torcerse hace quince días. El gobierno, incapaz de renovar la totalidad de los vencimientos en la última licitación del año, generó un clima de incertidumbre que despertó a los mercados paralelos. En un contexto donde el carry trade dejó de ser negocio por la escalada del dólar financiero, la fragilidad de la pax cambiaria quedó expuesta. Esto no solo desmonta la retórica de estabilidad que promueve Javier Milei, sino que desnuda la contradicción central de su gestión: una política económica que, en lugar de liberar, encadena al país a los caprichos del mercado financiero.
La estrategia de Caputo no es nueva. Durante la gestión de Mauricio Macri, ya demostró ser un método riesgoso y de corto plazo. Pero esta vez el costo es aún más alto. La presión por contener la cotización del dólar genera un drenaje de reservas en un Banco Central que ya opera en mínimos históricos. Al cierre de la última semana, las reservas brutas internacionales cayeron a 31.524 millones de dólares, el nivel más bajo en casi un mes. Esta situación, agravada por el levantamiento del Impuesto PAIS, ha reducido la capacidad del gobierno de acumular dólares, desatando una escalada del dólar blue que cerró en 1.215 pesos, su máximo valor en dos meses.
La tensión no solo se siente en el mercado local. Los ojos del FMI, siempre atentos al manejo de las finanzas argentinas, observan con desconfianza. Mauricio Claver-Carone, el funcionario designado por Donald Trump para América Latina, ya criticó abiertamente las políticas de Caputo, calificándolas como "peronistas" por su intento de reforzar el peso con reservas en lugar de avanzar hacia la liberalización prometida. Este desencuentro diplomático anticipa mayores dificultades en la renegociación de la deuda externa, otro frente de tormenta que Milei deberá enfrentar en 2025.
Un caso paradigmático de los desmanejos recientes es el de Toyota. La automotriz japonesa, que había aprovechado el carry trade para postergar pagos de importación mientras se beneficiaba de las tasas en pesos, revirtió su estrategia cuando las ganancias en pesos dejaron de superar la escalada del dólar. La demanda acumulada de la empresa ascendió a 780 millones de dólares en un solo día, una cifra que, en conjunto con otros actores del mercado, asestó un golpe brutal a las reservas.
Mientras tanto, el gobierno insiste en su narrativa de un mercado autorregulado y un Estado eficiente. Sin embargo, las cifras pintan una imagen de caos. Las intervenciones del Banco Central en el segmento de los dólares financieros, realizadas a través de compras y ventas de bonos, han resultado insuficientes para contener la corrida. Según operadores del mercado, en este segmento se habrían reventado otros 870 millones de dólares.
La política económica de Milei parece estar atrapada en un círculo vicioso. Por un lado, intenta mantener la fachada de estabilidad en los mercados financieros. Por el otro, sus propias decisiones desatan fuerzas que son cada vez más difíciles de controlar. El final del Impuesto PAIS, por ejemplo, abarató el tipo de cambio para importadores, generando una demanda insostenible para un Banco Central que no tiene cómo responder.
El fracaso de estas políticas no es solo económico; también es social. Cada dólar quemado en los mercados financieros es un dólar que no se invierte en educación, salud o infraestructura. Es un dólar menos para mitigar la pobreza que afecta al 40% de los argentinos.
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La incapacidad del gobierno de Milei para articular una política económica coherente y sostenible no solo pone en jaque al presente, sino que hipotecará el futuro del país. Mientras las reservas del Banco Central se desangran, la inflación se dispara y las brechas cambiarias se amplían, Argentina se encuentra al borde de un precipicio que parece cada vez más difícil de evitar.
Fuentes:
????Ellos discutían el proyecto de "Ficha Limpia", pero nadie te decía que el exintendente de Pilar y su círculo cercano enfrentan un juicio oral por corrupción, con maniobras donde saquearon el erario público y burlaron a los vecinos más vulnerables
— En Orsai (@EnOrsai) December 27, 2024
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