(Por Nicolás Valdez) En un nuevo capítulo de la política económica de Javier Milei, el Gobierno confirma la eliminación de los subsidios a las tarifas de luz para comercios, industrias y pymes, limitando el respaldo estatal únicamente a los sectores vulnerables. La medida, anunciada en la última audiencia pública por el funcionario de Energía Salvador Gil, desata preocupación y críticas, especialmente en el ámbito empresarial.

El rector de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Carlos Greco, ya había advertido sobre la falta de recursos para la educación, y ahora se suma la incertidumbre en el sector productivo. El aumento drástico de las tarifas se traduce en un golpe directo a más de 100 mil empresas, según estimaciones de funcionarios de Energía, desatando un escenario de incertidumbre y temor en la economía del país.

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Salvador Gil justifica la medida al afirmar que "el nuevo esquema no contiene ningún tipo de subsidio a las actividades productivas", argumentando la incompatibilidad con los precios liberados. Sin embargo, la realidad es que la decisión afectará de manera directa a la Canasta Básica Energética y se traducirá en un aumento generalizado de precios que recaerá sobre los consumidores.

La Unión Industrial Argentina (UIA) ya anticipa su descontento, considerando muy negativa la suba de la quita de subsidios que se suma a los aumentos de la energía que las empresas ya están experimentando. El informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET refuerza estas preocupaciones, indicando que las últimas subas de tarifas afectaron principalmente a los comercios y pymes.

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Las consecuencias son palpables en el sector, con CAME confirmando que las ventas en febrero cayeron un 25.5%, afectando especialmente a rubros sensibles como alimentos y medicamentos. Además, se vislumbra una caída en la producción de alimentos en los meses previos a la quita de subsidios, una situación inusual que preocupa a las fuentes fabriles.

El esquema de quita de subsidios y aumentos tarifarios plantea un escenario desafiante para los comercios pequeños y usuarios industriales, con incrementos del 276% y 178%, respectivamente. El Gobierno, en su intento de suavizar el impacto, propone un programa de eficiencia energética con financiamiento del Banco Mundial, destinado a brindar créditos a comercios y pymes para mejorar sus equipamientos eléctricos y lograr mayor eficiencia y ahorro.

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La medida, lejos de ser bien recibida, se percibe como una estrategia para paliar las consecuencias de una política económica que amenaza con afectar gravemente a la producción y el empleo. La incertidumbre económica se cierne sobre las pymes, que se ven obligadas a enfrentar un escenario adverso en el que la supervivencia de muchos negocios pende de un hilo.

Fuente:

https://www.pagina12.com.ar/717919-100-mil-empresas-sin-subsidios-a-la-energia