"Igual que dijo García Márquez, yo escribo para que me quieran''

Se hizo justicia. La escritora mexicana Elena Poniatowska se convirtió ayer en la cuarta mujer en ganar el Premio Cervantes, que mereció a juicio del jurado por su "brillante'' trayectoria literaria y una dedicación "ejemplar'' al periodismo, tanto en crónica como en ensayo, siempre desde un "firme compromiso con la historia contemporánea''.

El fallo del premio, considerado el Nobel de las letras hispanas, lo anunció ayer a la tarde el ministro españoll de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, tras ocho votaciones de un jurado que se lo concedió a Poniatowska por mayoría.

La escritora, de 81 años, que pese a su origen aristocrático ha sido progresista y defensora de los derechos humanos, constituye según el jurado "una de las voces más poderosas de la literatura en español en estos días''.

De padre francés y madre mexicana, Poniatowska (París,1932) es autora de más de 40 libros (ensayos, novelas, cuentos y testimonios traducidos a más de 20 idiomas), entre los que destacan Hasta no verte Jesús mío, La piel del cielo y Noche de Tlatelolco, en la que narra la masacre de 1968 contra estudiantes en la Ciudad de México.

SU OFICIO

Para la galardonada fue una gran sorpresa saber que había ganado el Cervantes. La despertaron con una llamada telefónica y fue "un regalo del cielo''.

Poniatowska publica estos días una biografía sobre Guillermo Haro, su esposo, fallecido en 1988, un hombre dedicado a la astronomía y a la física.

La galardonada le debe mucho al periodismo, su oficio durante décadas. Vive en México desde 1942, país hospitalario, como tantos argentinos saben, que le concedió la nacionalidad en 1969. El periodismo es para esta dama de prosa suave "una perenne lección de humildad'', pero la ficción es un terreno que la cautiva. "Igual que dijo García Márquez, yo escribo para que me quieran'', comentó ayer.

Poniatowska es la cuarta mujer que gana el Cervantes, después de las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992).

El premio, dotado 125.000 euros (168.775 dólares), le será entregado en una solemne ceremonia el 23 de abril en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, población próxima a la ciudad de Madrid.