Los países asiáticos más poderosos atraviesan un difícil momento diplomático. La incursión de aviones surcoreanos, de EE.UU. y Japón en el área de influencia del gigante de oriente encendió la alarma.
Viernes 29 de noviembre de 2013 | 11:25
La disputa entre China y Japón se recalienta y llamó la atención de las potencias occidentales. Estados Unidos intervino pero no logró calmar los ánimos.
El conflicto estalló por una zona marítima que fue sobrevolada por bombarderos B52 de los Estados Unidos y aviones caza surcoreanos y japoneses.
"Japón no tiene absolutamente ningún derecho" a pedir el cese de la nueva zona de defensa aérea (ADIZ) creada sobre las islas Diaoyu-Senkaku, en el mar de China Oriental, al tiempo que conminó a que Tokio revoque la suya a través de un comunicado del Ministerio de Defensa.
Al mismo tiempo, los medios chinos aseguran que "Si la tendencia continúa, es probable que haya fricciones y enfrentamientos, e incluso que se origine una tensión aérea semejante a la de la época de la Guerra Fría entre EE.UU. y la URSS".
El anuncio de la ADIZ aumentó las tensiones entre China y Japón más de un año después de que se disparara la crisis a raíz de que el Gobierno nipón anunciara la compra de tres de los cinco islotes del archipiélago de las Diaoyu-Senkaku, deshabitado pero rico en reservas naturales.
China exige a los otros países que le notifiquen el paso de aeronaves que sobrevuelen esa nueva zona de defensa aérea, algo que elevó las críticas de Japón y Corea del Sur y la tensión en una zona inestable y forzó ayer la intervención de Estados Unidos en apoyo de su histórico aliado nipón.
Beijing, sin embargo, considera que Estados Unidos, al transferir a Japón en 1969 la administración de esas islas -que ejercía desde 1945-, incumplió acuerdos entre Washington, Londres y China de 1943 ratificados por la conferencia de Potsdam de 1945, y que el intento japonés de "adquirir" y "nacionalizar" las islas en 2012 es el verdadero origen del conflicto, explicó la agencia Xin Hua.
"China pide a Japón y Estados Unidos que se retracten y paren de provocar fricciones", explicó el portavoz de relaciones exteriores chino, Qin Gang