CRISIS

Mientras el gobierno de Javier Milei celebra la baja del riesgo país el mercado laboral se desploma con 200 mil desocupados

A pesar de los números favorables en Wall Street y la recuperación de la confianza de los mercados, la realidad social en Argentina es mucho más sombría. La pérdida de empleos, la precarización del trabajo y el ajuste económico están devastando a los sectores más vulnerables. ¿Qué precio está pagando el país para satisfacer a los mercados?

Mientras el gobierno de Javier Milei celebra la baja del riesgo país el mercado laboral se desploma con 200 mil desocupados

Redacción EnOrsai // Domingo 13 de octubre de 2024 | 21:15

¿Éxito económico o devastación social en la era Milei?

El gobierno de Javier Milei ha elegido un camino claro desde que asumió el poder: priorizar las demandas de los mercados financieros internacionales sobre las necesidades de la población. Las cifras recientes lo evidencian.

Mientras el riesgo país cae a su nivel más bajo en cuatro años, situándose en 1107 puntos básicos, y las acciones argentinas en Wall Street continúan subiendo, con incrementos de hasta el 2% en algunos casos, el mercado laboral se desmorona. Desde la llegada de Milei al poder, Argentina ha perdido 200 mil empleos, con una industria manufacturera y un sector de la construcción particularmente afectados.

El discurso oficialista intenta, una vez más, imponer la narrativa del "éxito" económico. En palabras del secretario de Trabajo, Julio Cordero, los números del empleo “muestran que la situación se está estabilizando”.

Sin embargo, los datos desmienten esta afirmación. Según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el mercado laboral registró una pérdida neta de 10.200 empleos solo en julio, y la tendencia negativa continúa acumulándose desde noviembre de 2023, previo a la llegada de Milei. ¿Cómo es posible que, en un país donde se celebran los éxitos bursátiles, se sigan perdiendo puestos de trabajo a este ritmo?

 

La otra cara del ajuste: la destrucción del trabajo

Los datos proporcionados por el SIPA revelan una realidad alarmante: 146.500 de los empleos perdidos corresponden al sector privado, 41.300 al público, y 8.700 a las trabajadoras de casas particulares. A nivel sectorial, los mayores golpes se han registrado en la industria y la construcción.

Desde los máximos anteriores, la industria ha retrocedido en un 2,8%, con una pérdida de más de 33 mil trabajadores. En la construcción, el retroceso ha sido aún más brutal, con más de 100 mil empleos menos, una caída del 21,2%.

Luis Campos, economista de la CTA, señaló recientemente que el sector privado tiene hoy el mismo nivel de empleo que en 2015, a pesar de que la población ha crecido un 9% desde entonces. Esto significa que no solo no se está creando empleo para la creciente población, sino que, en términos absolutos, el mercado laboral está retrocediendo.

La pérdida de estos empleos no es solo una cuestión numérica, sino un síntoma del impacto devastador de las políticas de ajuste promovidas por Milei. El crecimiento de los sectores financieros no se traduce en mejores condiciones para la mayoría de la población, sino en una precarización constante de sus vidas.

 

El costo de satisfacer a los mercados: veto a la universidad pública y ajuste fiscal

El ajuste en el gasto público es una de las banderas más visibles del gobierno de Milei, y uno de sus mayores logros ante los ojos del mercado. El reciente veto al presupuesto universitario es una muestra clara de las prioridades de esta administración: recortar en educación para garantizar el pago de la deuda externa.

Mientras los bonos soberanos suben y el riesgo país baja, el acceso a la educación pública se vuelve cada vez más difícil para los sectores vulnerables.

El mercado financiero ha celebrado estas medidas. Según informes de agencias de bolsa como Portfolio Personal, la tendencia alcista de los bonos soberanos argentinos continúa, impulsada por el ajuste fiscal.

En lo que va de octubre, los bonos han subido casi un 15% y algunas empresas han registrado incrementos de hasta el 250% en pesos. Este "éxito" financiero, sin embargo, está cimentado sobre las espaldas de una población que enfrenta recortes en educación, salud y empleo.

 

La trampa del blanqueo de capitales: un beneficio para pocos

El gobierno ha intentado, además, mostrar un blanqueo de capitales como un éxito económico. En septiembre, el Régimen de Regularización de Activos sumó 11.900 millones de dólares a cuentas de exteriorización. Esta medida ha permitido a los grandes capitales regularizar activos sin penalidades significativas, mientras que la población general sigue enfrentando un ajuste feroz.

Los depósitos en moneda extranjera del sector privado alcanzaron niveles similares a los de 2019, reflejando el impacto del blanqueo. Sin embargo, este "éxito" solo beneficia a quienes ya cuentan con enormes sumas de dinero en el exterior, mientras que la economía real sigue en crisis.

El Banco Central ha destacado, además, un aumento en los créditos al sector privado, con un crecimiento mensual del 7,7% en septiembre.

Sin embargo, estos créditos no están llegando a los sectores más golpeados por la crisis laboral. Los préstamos en moneda local, aunque crecientes, no pueden compensar la pérdida de empleos y la precarización laboral que afecta a millones de argentinos.

 

Un futuro incierto para los trabajadores argentinos

La aparente estabilidad financiera que tanto celebra el gobierno de Milei es, en realidad, una fachada que oculta una devastación social sin precedentes. Los 200 mil empleos perdidos, el ajuste fiscal que recorta en áreas clave como la educación y la salud, y la concentración de la riqueza en manos de unos pocos, son el verdadero rostro de este modelo económico. Mientras los mercados financieros celebran los logros del gobierno, la mayoría de la población sufre las consecuencias de una política que ha puesto al país en una senda de destrucción social.

El desafío que enfrenta Argentina no es menor. La recuperación económica no puede medirse únicamente por el aumento de los bonos en Wall Street o la baja del riesgo país. Se trata de garantizar empleo digno, acceso a la educación y la salud, y una redistribución más equitativa de la riqueza. Sin esto, el país seguirá cayendo en una espiral de ajuste y precarización, mientras los mercados siguen festejando a costa de la miseria de millones.

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