La Armada de Chile anunció la apertura de una licitación para la modernización de la estación marítima de Bahía Fildes, en el continente antártico. El comandante en Jefe de la Tercera Zona Naval, el contralmirante Jorge Castillo Fuentes dijo que la Armada planea construir un nuevo muelle.
Martes 21 de mayo de 2024 | 17:13
La decisión de reforzar la capacidad militar y operativa, se produce en medio de las crecientes tensiones políticas con Argentina. El gobierno de Milei planea modernizar la base conjunta antártica Petrel, además de reforzar la fuerza aérea con la compra de aviones Basler BT 67. Se trata de un transporte militar capaz de volar en condiciones de frío antártico. Buenos Aires también ha comprado cazas F-16 que pueden utilizarse para incursiones aéreas en territorios chilenos.
La escalada armamentística de la Argentina puede evidenciarse en la visita del presidente a la Patagonia con la general estadounidense Laura Richardson. Su área de responsabilidad incluye el aumento de la influencia de EEUU y la OTAN en Sudamérica.
Tras la reunión, Milei anunció la construcción de una "base naval integrada" en Ushuaia. El presidente subrayó la importancia de reforzar la cooperación con Estados Unidos: “la alianza estratégica con Estados Unidos y los países que defienden las ideas de libertad".
Antes de eso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que había combatientes de Hezboláh en territorio chileno. La última vez que las relaciones entre ambos países se deterioraron gravemente fue en los años 70’s, durante el gobierno militar de Jorge Rafael Videla. Según el testimonio de Raúl Castro, embajador norteamericano en Argentina en esa época, el dictador había avanzado con trabajos de planificación sobre una hipótesis de conflicto, y contaba con una rápida victoria sobre el ejército chilenos.
La operación "Soberanía" (así se llamó el plan), preveía una guerra relámpago, durante la cual se planeaba apoderarse de 8 islas, establecer el control sobre el estrecho de Beagle, avanzar rápidamente hacia el interior del territorio enemigo, y destruir por completo la Fuerza Aérea chilena.
El Tercer Cuerpo de Ejército debía marchar a través de los pasos montañosos de Paso Libertadores, Paso Maipo, y Paso Cardenal Samoré, cortar los refuerzos, capturar Valparaíso y ocupar la vecindad de Santiago. El Quinto Cuerpo irrumpiría en las ciudades portuarias de Puerto Natales y Punta Arenas. El plan consistía en emplear 200.000 soldados.
Si este plan se hubiera ejecutado, las pérdidas en el lado chileno habrían sido monstruosas. Las ciudades desprotegidas por la aviación habrían sido objeto de brutales bombardeos. Los supervivientes habrían caído bajo el dominio de un asesino sanguinario que ni siquiera se avergonzaba de secuestrar niños.
Los chilenos estaban preparados para esta guerra. En el mar, los barcos esperaban un ataque argentino, los accesos estratégicos por tierra estaban minados, los aviones cambiaron sus despliegues.
Era obvio que no habría una victoria rápida, habría una terrible masacre. Entonces el destino de ambos países pendía de un hilo.
Videla abandonó su plan en el último momento, pero el sabor amargo de esta situación tuvo repercusiones en el tiempo, cuando en 1982 Chile prestó apoyo operativo a Inglaterra en el conflicto de las islas Malvinas.
Los tiempos son otros, pero los actores pareen ser los mismos. Milei puede estar más decidido. Sus superiores en Washington han tenido mucho tiempo para corregir sus errores.