La cancelación de la temporada estival del Museo C3, referente en divulgación científica y tecnológica, genera preocupación y convocatoria para revertir la decisión gubernamental.
Redacción EnOrsai // Lunes 08 de enero de 2024 | 07:03
El Centro Cultural de la Ciencia (C3), reconocido por su atractiva oferta cultural y científica desde su apertura en 2015, enfrenta una realidad desoladora este verano: permanece cerrado por determinación del gobierno de Javier Milei. Esta medida ha generado una ola de descontento y llamados a defender esta institución que ha sido un referente en la divulgación científica.
La comunidad científica y los seguidores del C3 expresan su pesar ante esta situación. La doctora Nadia Chiaramoni, figura destacada en ciencias básicas y aplicadas, describe el cierre como "extremadamente triste", destacando el valor y la pasión con la que los guías del centro transmiten el conocimiento científico a los visitantes.
????Celebramos los logros más destacados de los últimos cuatro años, en los que más de 800 mil personas participaron de actividades realizadas en todo el país.
— Centro Cultural de la Ciencia (@ccdelaciencia) December 7, 2023
Realizamos muestras y talleres con el asesoramiento y la participación de 221 científicas/os y 158 artistas.
¡Gracias! pic.twitter.com/2QUluX96xY
La incertidumbre rodea a los trabajadores y a quienes frecuentaban el centro, generando preocupación por el futuro del lugar. Chiaramoni, desde su cuenta de Instagram, convoca a defender el C3, enfatizando que "más ciencia siempre es más libertad".
El C3, conocido popularmente como "el C3", ha sido uno de los destinos culturales más concurridos, compitiendo en convocatoria con museos de la talla del Bellas Artes y el Cabildo. Anteriormente bajo la órbita de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, esta institución se ha destacado por su programación gratuita y especializada en la divulgación científica.
El centro cuenta con tres salas permanentes que exploran temas como el azar, el tiempo y la información, ofreciendo actividades interactivas que cautivan tanto a niños como a adultos, con una mirada artística y lúdica sobre la ciencia.
Las visitas guiadas, realizadas por estudiantes avanzados de distintas universidades, eran un punto fuerte, elogiadas tanto por familias como por docentes por su capacidad para involucrar a los más jóvenes en experimentos y observaciones científicas.
El cierre del C3 supone una pérdida significativa para las infancias y la educación, ya que era un espacio donde podían explorar, aprender y cuestionar el mundo científico de manera interactiva. Además, el centro albergaba la única biblioteca especializada para primaria y secundaria, un recurso valioso para el aprendizaje.
La convocatoria en redes sociales busca revertir esta decisión y garantizar que las generaciones futuras puedan seguir accediendo a este espacio de aprendizaje y reflexión sobre la ciencia y la vida cotidiana, manteniendo viva la llama de la curiosidad y el conocimiento científico.
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