Histórico Reconocimiento

El sitio de Memoria ESMA fue declarada patrimonio mundial por la Unesco

El Museo Sitio de Memoria ESMA, icónico recinto que fungió como centro de detención y tortura durante la dictadura en Argentina, ha recibido el prestigioso título de Patrimonio Mundial de la Unesco. Esta distinción llega en un momento crucial, marcado por un aumento de discursos que buscan minimizar o negar los crímenes perpetrados por el régimen militar. La designación subraya la importancia de preservar la memoria colectiva y constituye una contundente respuesta ante aquellos que buscan relativizar el terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad.

El sitio de Memoria ESMA fue declarada patrimonio mundial por la Unesco

Miercoles 20 de septiembre de 2023 | 06:32

El Museo Sitio de Memoria ESMA, emblemático espacio que fuera utilizado como centro de detención, tortura y desaparición durante la última dictadura militar en Argentina, ha sido declarado recientemente como Patrimonio Mundial por la Unesco. Esta distinción llega en un momento crucial, marcado por un incremento de discursos negacionistas, relativistas y reivindicativos de los crímenes perpetrados por el régimen militar.

La ESMA, desde su trágico inicio el 24 de marzo de 1976, ha mantenido su estatus como un símbolo del horror máximo. Tras su recuperación y apertura a la sociedad como Museo de la Memoria, se erige como un dispositivo destinado a recordar incesantemente los sucesos de secuestros, torturas, abusos, partos clandestinos y robo de bebés que tuvieron lugar en el contexto de la dictadura. La designación como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco consolida su importancia no solo para los argentinos y latinoamericanos, sino para la humanidad en su conjunto.

 

 

La inclusión del Museo Sitio de Memoria ESMA en el listado de la Unesco fue recomendada durante la 45ª sesión del Comité de este organismo internacional. Este reconocimiento destaca el "valor universal excepcional" de sitios de memoria relacionados con conflictos recientes, posicionando a la ESMA como el primer museo aceptado bajo esta redefinición de categoría. Esta decisión surge en un contexto de resurgimiento de discursos que buscan minimizar o negar los crímenes de la dictadura, y desafía tales planteamientos.

La declaración de la ESMA como Patrimonio Mundial representa una respuesta contundente frente a aquellos discursos que intentan negar o relativizar el terrorismo de Estado y los crímenes de la última dictadura cívico-militar. Este reconocimiento internacional se percibe como un hito histórico para la memoria y la justicia en Argentina y la región, y sienta un precedente valioso en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia a nivel mundial.

 

 

La creación del Museo Sitio de Memoria ESMA fue el resultado de un proceso que involucró la colaboración de diversos actores de la sociedad civil, así como representantes de los poderes Legislativo y Judicial. El objetivo central fue subrayar la trascendencia del lugar en el contexto del proceso de memoria, verdad y justicia. Este logro se traduce en una afirmación de que se ha cumplido con éxito el propósito de construir una memoria colectiva sobre los crímenes de lesa humanidad, sin revictimización ni apropiación política.

El Museo, ubicado en el Casino de Oficiales de la ESMA, cuenta de manera meticulosa la historia de este campo de concentración. A través de su recorrido museográfico, los visitantes pueden experimentar los espacios donde se llevaron a cabo las atrocidades, preservando la estructura original como prueba judicial. Desde su inauguración en 2015, más de 400 mil personas han visitado este testimonio viviente de la historia argentina.

 

 

En resumen, la inclusión del Museo Sitio de Memoria ESMA en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco representa una poderosa afirmación de la importancia de preservar la memoria de los crímenes de la dictadura militar en Argentina. Este reconocimiento constituye una respuesta vigorosa ante aquellos que buscan minimizar o negar la gravedad de los hechos ocurridos durante ese período oscuro de la historia del país.

 

 

Los seis destacados memoriales del mundo

El Museo de la ex ESMA, declarado como Patrimonio Mundial de la Humanidad por el Comité de la Unesco, se suma a una selecta lista de seis destacados memoriales alrededor del mundo que comparten este honor. Cada uno de estos sitios representa una parte significativa de la historia y la memoria colectiva de la humanidad.

 

En 1996, la Cúpula de Genbaku en Hiroshima, Japón, fue inscrita en la lista del patrimonio mundial de la Unesco. Este imponente edificio resistió valientemente la violenta explosión de la bomba nuclear lanzada sobre la ciudad en agosto de 1945. A pesar de encontrarse a tan solo cien metros del epicentro, se mantuvo en pie, convirtiéndose en un símbolo perdurable de los estragos causados por las armas nucleares. La cúpula, diseñada por el arquitecto checo Jan Letzel, es un testimonio conmovedor de la capacidad humana de resistencia ante la adversidad.

La Isla de Gorée, situada frente a la costa de Senegal, fue inscrita en 1978. Durante más de tres siglos, este idílico paisaje fue testigo de un oscuro capítulo de la historia: fungió como uno de los mercados de esclavos más activos, abasteciendo a los Estados Unidos, el Caribe y Brasil. Las casas de esclavos, las cadenas y las celdas estrechas son vestigios inquietantes de un pasado marcado por la brutalidad y la deshumanización.

 

 

En 1979, el Museo de Auschwitz-Birkenau en Polonia fue reconocido por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Este complejo memorial abarca tres sitios emblemáticos: Auschwitz I, el campo original de concentración en O?wi?cim; Auschwitz II-Birkenau, el mayor campo donde se encontraban las cámaras de gas y hornos crematorios; y Auschwitz III-Monowitz. Auschwitz se convirtió, a partir de 1942, en el epicentro del horror nazi, donde más de un millón de personas, en su mayoría judíos, encontraron la muerte. El museo es un monumento a la memoria de quienes sufrieron y murieron en este lugar de exterminio masivo.

La Isla Robben, ubicada a 12 kilómetros de la costa de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, fue inscrita en 1999. Durante décadas, esta isla albergó una prisión de máxima seguridad que encarceló a numerosos presos políticos del régimen del apartheid, incluyendo a Nelson Mandela, quien pasó 18 de sus 27 años de encarcelamiento en esta inhóspita isla. La prisión fue convertida en monumento nacional y museo en 1997, y su inclusión en la lista de Patrimonios de la Humanidad de la Unesco reconoce su poderoso potencial educativo y su significado como símbolo de la lucha por la justicia y la igualdad.

 

 

En Bosnia y Herzegovina, el Barrio del Puente Viejo de la histórica ciudad de Mostar fue incorporado en 2005. Este barrio es un testimonio tangible de la coexistencia de distintas comunidades culturales, étnicas y religiosas. El Stari Most, o Puente Viejo, es el emblema de esta ciudad que se desarrolló a lo largo de los siglos, siendo testigo de diferentes imperios y culturas. A pesar de la destrucción durante el conflicto de los años 90, el puente fue meticulosamente reconstruido, y el barrio es un ejemplo de cooperación internacional y tolerancia.

Finalmente, el Muelle de Valongo en Río de Janeiro, Brasil, recibió su reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 2017. Este lugar, situado en la antigua zona portuaria de la ciudad, conmemora a las personas esclavizadas que fueron traídas desde el continente africano hacia Brasil en el siglo XIX. Las capas arqueológicas superpuestas narran la historia de su llegada y el doloroso proceso al que fueron sometidas. Este memorial es un recordatorio esencial de la resistencia y la resiliencia de aquellos que fueron forzados a dejar sus hogares y enfrentar la brutalidad del sistema de esclavitud.

 

 

Cada uno de estos memoriales, incluido el Museo de la ex ESMA en Argentina, desempeña un papel crucial en preservar la memoria colectiva y en educar a las generaciones presentes y futuras sobre los horrores y desafíos que enfrentaron las sociedades humanas en diferentes momentos de la historia. Su reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad subraya su importancia como testimonios vivos y educativos de nuestro pasado.

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