Eduardo Buzzi docente, dirigente, productor agropecuario y expresidente de Federación Agraria Argentina (FAA) , habló
Eduardo Buzzi
Sábado 13 de mayo de 2023 | 18:26
A continuación dejamos los mejores fragmentos de su declaración:
A ver, esto de Lousteau, lo que pasó esta semana, a ver, no está bueno porque esas chicanas, estos cruces le quitan calidad, representatividad, prestigio a la representación política.
Si uno suma todos los problemas que hay, que venimos acumulando en los últimos 10 años, y además los representantes políticos, entonces, bueno, la sociedad cada vez ve peor a la representación política,
Esa crisis de representatividad debería preocuparnos a los argentinos. Eso, cierro el paréntesis, bueno, específicamente del rechazo de Lousteau, que se debería aprender economía.
Él, ¿con qué autoridad le puede decir eso a Cristina? Y cuando Cristina le devuelve, me lo enseñaste vos con la 125, ella sabe perfectamente lo que la 125 provocó. Y justamente él, Martín Lousteau, el autor, en estos últimos 3 años, hemos estado en innumerables reportajes, recordando justamente la autoría intelectual de ese engendro, la grieta en la Argentina tiene que ver con muchísimos capítulos, pero el capítulo 2008 tiene que ver con la resolución de Martín Lousteau, él fue el autor principal, entonces, que generó además una revuelta fiscal, porque engaña al matrimonio presidencial, diciéndole que todo estaba acordado con las entidades de productores, y era mentira, nosotros nos enteramos, por la cadena nacional que hizo, la conferencia de prensa que hizo aquel martes 11 de marzo del 2008, a las 18 horas, 6 de la tarde, en la televisión, aparece Lousteau, explicando que iba a cobrar el 38% de retención a los productores si las soja llegaba a 600 dólares. Es decir, un engendro de tal magnitud, una confiscación autoritaria de tal nivel, que significó una revuelta fiscal, que forma parte de la historia contemporánea argentina,
y él es el autor, entonces cuando dice que deberían aprender economía, parece que se llevó economía a marzo, es justamente el que nos quiere explicar economía a los argentinos ahora, ¿se entiende muchacho? Entonces la verdad genera, ¿Qué genera? genera impotencia, es decir, nosotros en aquel momento, bueno, después la cosa se complicó, intervinieron los multimedios, intervinieron los grupos de poder, y hubo una porción de la sociedad que se puso a favor de los productores, y se dividió la sociedad, y bueno, toda una situación muy compleja, emanada de una resolución equivocada, una resolución confiscatoria, de un muchacho que evidentemente se equivocó feo en aquel momento, punto.
Entonces esto hay que explicarse luego a la sociedad porque es lo que me parece que hay que hacer, y yo les agradezco estos minutos que me están dando muchachos, ¿sí?
Mira, hay un intento devaluatorio que ya está por cumplir un año, mitad del año pasado ya había un intento de llevar el dólar a la estratósfera, eso sigue sucediendo y eso sigue condicionando al resto de la economía argentina, para sostener el tipo de cambio a valores más o menos estabilizados, bueno, es un esfuerzo cotidiano del Banco Central y genera obligación de emisión y no logra los equilibrios fiscales suficientes como para contener la economía, esto es lo que claramente surge, entonces el intento devaluatorio, la presión de devaluatoria es una de las causas que hay que poner sobre la mesa y eso no lo genera el almacenero, me explico, o el intermediario, el intermediario, sí hay intermediación parasitaria, oportunista, por supuesto, pero la cuestión cambiaria y los intentos de devaluatorio tienen en los grupos económicos más concentrados, que quieren que se genere una situación de inestabilidad para sustituir a un gobierno de base popular por un gobierno de derecha, digo, no tengamos ninguna duda, punto.
Primero como diagnóstico de la situación, luego, ¿Cómo resolver esto? Bueno, yo no soy economista, pero, digo, sí, sí, soy una persona ya que paso los 60 años, yo viví el 2002 cuando hubo que salir de la convertibilidad, hay algunos escenarios, algún contexto distinto, aquí en el 2002 había mucha recesión, entonces era muy difícil que hubiese inflación precisamente porque la recesión impedía el brote inflacionario, ¿sí? O sea, hubo devaluación, pero por la recesión no se dio un proceso hiperinflacionario. Ahora, ¿Qué había en el 2002 a favor?
El diálogo argentino, la mesa de diálogo argentina, es decir, que casi adentro la iglesia, el peronismo, los intendentes, el radicalismo, que existía con mucha más visibilidad a través de don Raúl Alfonsín, el cabezón Duarte y todos los gobernadores peronistas, y todos aportamos, las instituciones del campo, los movimientos obreros, los movimientos sociales, todos fuimos a la mesa del diálogo argentino y hubo consenso para salir de la crisis que se había llevado 30 muertos en diciembre del 2001, ¿eh? En este momento deberíamos estar pensando en un gran acuerdo nacional, que debió haberse hecho en el primer trimestre del año, donde todas las fuerzas políticas, las fuerzas empresariales, las fuerzas laborales, debimos haber estado en un acuerdo de precios y salarios, ¿eh? Y un, digamos, una pauta cambiaria, de manera tal de que nos dé un proceso de estabilidad donde todos aporten, todos, todas las fuerzas políticas, todas las fuerzas empresariales, vuelvo a repetir, sindicatos y movimientos sociales, aportemos a una misma causa, que es la estabilización de la economía argentina.
En el segundo semestre salgan a disputar en política, cada cual presenta a su candidato y salen a disputar. Pero algunas veces hay que pensar en el interés general, en el interés del pueblo argentino, o sea, todo esto está afectando muchísimo al pueblo argentino, esa falta de acuerdo nacional. Entonces, en este momento, como es el oficialismo que está obligado a controlar la economía y los conspiradores que quieren inestabilidad económica son poderosos, que están fuera del gobierno y quieren sustituir a este gobierno, bueno, claramente, no pueden pedirle a Sergio Massa o al gobierno, al frente de todos, que pueda estabilizar, porque es demasiado fuerte la conspiración que está fuera del gobierno y que quiere que este gobierno se caiga, no que se caiga en el modo tradicional de caída, como le pasó a De la Rúa, que se llevó a gobiernos anteriores, lo que quieren es que este gobierno pierda las elecciones y sea sustituido.
Entonces, la inflación tiene un profundo contenedor político y debió haberse resuelto en el primer trimestre del año o en el último trimestre del año anterior, por ese gran acuerdo nacional. Lamentablemente hay mucho egoísmo y mucha especulación y esto no ha prosperado, muchachos.
No, no, claro, es imposible, es muy difícil, es imposible, te diría. Esto es lo que yo creo que se debió haber hecho. Y una cosa donde creo que Alberto, Maza y Cristina, los tres, debieron haber armado una mesa con 10 sillas y decir, bueno, a ver, señores, le cambiemos, señores del radicalismo, señores de las izquierdas, invitamos a esta mesa a un gran acuerdo político y dejar al descubierto, al desenmascarar, que no tienen acuerdo político, no tienen acuerdo económico, no tienen acuerdo de estabilidad económica y que lo que están, están en una estrategia destituyente, entre comillas, por vía del deterioro económico, de modo tal de que la población castigue al oficialismo, en la urna, es decir, están en esa estrategia. Bueno, listo, pero que quede claro, el problema es que el oficialismo tampoco los convocó a todos los sectores a hacer, digamos, este gran acuerdo que yo creo que tendríamos que haber transitado.
O sea, bueno, entonces, ni el oficialismo tuvo la iniciativa, ni en los sectores políticos y los grupos económicos que representan esos sectores políticos, ninguno de esos, quiere que se acomoden en su orden y se estabilice la economía argentina, porque arriba del revuelto, más posibilidades tienen de que hacen un voto castigo al oficialismo actual y puedan regresar a manejar el gobierno para hacer muy buenos negocios los grupos que ellos representan, muchachos.
El problema principal es el descontento, que puede ubicar el voto descontento, el voto que está enojado, que está, digamos, alterado, ¿no?
Ese voto vaya a saber a dónde se va a terminar depositado, ese es el problema. Cuando las elecciones, por ejemplo, la de Alberto fue ahí ajustada, un 3, 4, 5% de los votos es mucho, dependiendo para qué lado puedan inclinarse.
Entonces digo, a ver, yo espero que el oficialismo haga la estrategia más compacta posible, más hegemónica posible, pero me preocupa mucho la gestión de dispersión que está habiendo.
Se apareció Scioli, no sé si Wado se bajó, ahora está el movimiento Cristina el 25 de Mayo, lo de Massa siempre está haciendo ruido, ¿Cómo va a ser la estrategia del oficialismo? Si eso se dispersa, y por otro lado hay descontento, y por otro lado los medios hegemónicos de prensa que instalan todos los días los candidatos de Cambiemos, los dos, la Bullrich y Larreta, y dale y dale y dale con todo eso. ¿A dónde termina el votante? Se abre muchísimo ese interrogante.
Yo la verdad en este momento no quisiera tener una consultora ni que me tiran una cuesta, porque la verdad los resultados pueden ser algo impredecible, porque los escenarios son muy complejos, por eso la necesidad que existe de que el oficialismo presente la mejor estrategia posible, la más compacta, la más homogénea, y al mismo tiempo le explique a la sociedad con más claridad quiénes son los causales del proceso inflacionario, qué hubo que atender desde marzo del 2020,
en adelante, cuando el mundo completo bajo la presión separó la economía de todo el mundo, por poco no dejó de girar la Tierra, es decir, el planeta. O sea, hubo una situación catastrófica con la pandemia, después el proceso de guerra y toda la inestabilidad internacional de la economía entre Rusia y Ucrania, y lo que eso significa, o sea, hay que explicar con claridad todo lo que se tuvo que transitar. Y todas las dificultades que una administración debe afrontar con la conspiración, denunciando con claridad quiénes son los conspiradores y los desestabilizadores, esto es lo que creo que hay que decir.
Después, bueno, la sociedad ejercerá su derecho de voto, pero quien ofrezca alternativa electoral debe extremar todos los recursos y todos los esfuerzos, justamente para explicarle a esa sociedad por qué estamos como estamos, o sea, hay una multicausalidad en la situación presente, no hay una sola causa. Entonces, puede decir, eran ineptos Guzmán y Massa, dos ineptos, no supieron manejar la economía. Entonces, puede caer en ese simplismo, porque ese simplismo, además de injusto, sería idiota. ¿Me explico?
Bueno, pero ese fenómeno Milei, ese fenómeno es un bárbaro. Primero, lo que alimentaron al fantasma ese, al Frankenstein ese, digamos, pero primero hay que denunciar los que son, estamos hablando de los grandes grupos hegemónicos de comunicación, que dieron un aire a esa alternativa que puede llegar a ser muy complicada para la política, para la economía argentina y para el pueblo argentino.
Entonces, primera cuestión a denunciar, quienes son los que lo alimentaron. Por otro lado, es una alternativa que surge cuando la representación está en crisis, o sea, cuando los verdaderos actores de la representación política tradicional, no encausan bien los mensajes, la gestión, etc., etc., esa crisis de representatividad que se genera provoca este tipo de géneros.
Entonces, la verdad que es para preocuparse, pero tampoco para hacer una visión apocalíptica, ya está, viene el juicio final, que vienen los cuatro jinetes junto con Milei a juzgar a todos, porque esto no es el apocalipsis.
O sea, la política y sus representantes tradicionales, en especial el movimiento de origen progresista, de origen peronista, justicialista, tienen una enorme responsabilidad histórica, primero para conducir a la Argentina hacia ese destino de grandeza que nos merecemos, y segundo para evitar que un paracaidista terrorífico y franquisteidiano termine teniendo gravitación en la política argentina. Es muy grave que este muchacho siga creciendo de este modo, digamos, creo que más allá de lo razonable. habló en Radio Rebelde AM740 para el programa "Y arriba quemando el sol" programa que conducen Tomás García y Nahuel Bianchi.