Desde hace casi cinco décadas nuestro país atraviesa etapas en donde las presiones internas y externas, implícitas o explícitas, ejercidas por grupos de poder visibles y no visibles, determinan decisiones de coyuntura, que no contienen en su definición, un marco de objetivos claros a largo plazo y terminan constituyendo parches a situaciones de crisis, sin que se pongan en discusión ni que se afecten los problemas estructurales, que son las que las determinan.
Redacción EnOrsai // Viernes 07 de enero de 2022 | 13:26
(Por Jorge Rachid) Es que el presente, que constituye una historia viva, necesita un futuro previsible hacia el cual encaminar los esfuerzos del conjunto del pueblo, que permeabilicen sus demandas históricas y anhelos esperanzadores de una vida digna, que pueda proyectarse en las futuras generaciones. Es decir un proyecto de vida para sí y su descendencia, en donde puedan afianzarse los planes familiares y sociales, que le den previsibilidad a la vida comunitaria, reconstruyendo la solidaridad social compartida, necesaria en el afianzamiento de la identidad de los pueblos.
Los procesos a nivel internacional que han dado en el largo plazo resultados positivos, tanto en lo económico como en lo social, fueron de aquellos de los estados-nación capaces de estudiar-proyectar en forma planificada, desde un diagnóstico preciso de situación los caminos en el corto, mediano y largo plazo. Eso les ha permitido a los Estado que tuvieron esa visión estratégica poder consolidar los recursos existentes en función de los objetivos propuestos a largo plazo y no sólo los de coyuntura, en los cuales debieron actuar para solucionar el conflicto. Quizás el ejemplo más fuerte en ese sentido sea la planificación de los recursos previsionales, que por ser un pacto intergeneracional, requiere de un aceitado mecanismo de flujo de capitales, que vayan dando respuestas económicas a las demandas de nuevos beneficiarios, año a año.
Para ello se planifica en cada período, por ejemplo en Alemania, a 10, 20 y 75 años, siendo los primeros destinados a movilizar los recursos de capital colocados al mediano plazo, montos a determinar en función de la realidad de beneficiarios del año anterior; a los 20 años para movilizar recursos a muy largo plazo colocados en otros bienes, por ejemplo forestación o industrias, para ir invirtiendo en papeles de intereses, bonos , acciones y otros instrumentos de rápida liquidez y por último, a 75 años que es la colocación de los recursos residuales de cada año que por fallecimiento u otras causas no son retirados y que son colocados a muy largo plazo, para la previsión de los niños que están naciendo. Eso se llama Planificación estratégica.
En nuestro país esa planificación se realizó a través de los Planes Quinquenales inaugurados por el peronismo, cuándo los períodos de gobierno eran de seis años y desde 1946 en adelante, permitiendo un camino de desarrollo asentado en recursos y objetivos determinados, que se fueron cumpliendo a lo largo de diez años, hasta que dicha opción de gobierno fue masacrada, aunque no derrotada, por un enemigo externo con la colaboración de los cipayos locales, para impedir la construcción de una Argentina soberana en todos sus niveles.
La China de hoy que sacó de la pobreza a más de 1500 millones de chinos, ejecuta por presupuesto nacional su décimo quinto Plan Quinquenal consecutivo, con planificación hasta el año 2050, aprobado por XXV Congreso Nacional del PCC, constituido por 10.600 congresales electos, en donde se expresan todas las tendencias políticas desde conservadoras a revolucionarias. Un ejemplo de dicha planificación es la recuperación que logró China de Hong Kong y de Macao, al determinarse un marco estratégico: Un país, Dos economías, lo cual permitió la descolonización británica y portuguesa de esas posesiones coloniales. En esa dirección avanza hoy a la recuperación de la isla de Taiwan, que es territorio chino insular, manejada colonialmente como Estado tapón por EEUU desde 1949.
Podría abrir al conocimiento otros ejemplos de planificación estratégica, pero me quiero detener en las causas que han devenido en su ausencia en nuestro país, que no son producto, ni de la improvisación de la dirigencia como quiere atribuirle la acción de la llamada anti política, ni del supuesto “fracaso” de las políticas neoliberales, sino de la derrota del Proyecto Nacional a lo largo de la historia, que se hace presente como muralla colonial, tanto en lo cultural como lo institucional, impidiendo avanzar en la dirección soberana correcta, que es la defensa de los intereses de la Patria y el Pueblo.
Esta situación de coloniaje, es la que determina que la planificación estratégica en un proyecto de país a 20 años, sea hoy una acción revolucionaria, disruptiva a lo “políticamente correcto” establecido y predicado por los dueños del poder, que a lo largo de décadas han estructurado un sistema de privilegios de los estamentos del Estado, con una arquitectura institucional que ha servido a sus intereses privados, antes que de los intereses de la Patria. Enfrentar esta condición, aún desde posiciones de debilidad, se hace con habilidad e inteligencia, ya que la relación de fuerzas les favorece, excepto en la movilización popular, base necesaria de musculatura que otorga el poder popular para dar la batalla necesaria de la emancipación nacional.
Las nuevas generaciones abrirán sin dudas los caminos en función de los escenarios actuales, diferentes a aquellos que determinaban el binarismo democracia-dictadura, ya que el proceso democrático inaugurado en la Argentina de 38 años de permanencia, la más larga en nuestra historia nacional ha sido cooptada por los instrumentos de dominación, que han desplegado en los procesos mundiales nuevas hegemonías, como la financiarización de las economías mundiales generadas por los Fondos Buitres supranacionales, que han arrasado soberanías nacionales mientras se hacían de los medios comunicacionales hegemónicos, construyendo el relato del coloniaje neoliberal a nivel internacional. Es el capitalismo salvaje en su forma brutal e inhumana, que ha llevado al mundo a la crisis civilizatoria y moral que desnudó la Pandemia.
La muestra de ese proceso de cambio en los ejes de las disputas de poder de áreas de influencia internacional, se centra en el calentamiento global y la pérdida por desertización de tierras fértiles para alimentos, la tala de los bosques nativos pulmones del planeta y la utilización de los agro tóxicos, lo que sumado al extractivismo sin regulación, en cuanto a la contaminación y los procesos productivos que aseguren con medidas preventivas el probable daño, hacen a la precariedad de nuestro hábitat en términos del largo plazo. Estos planteos impensables en el siglo XX sin embargo fueron expresados por el General Perón en su documento Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, dado a conocer 60 días antes de su fallecimiento, haciendo eje en la defensa de los recursos naturales, el agua dulce y los alimentos, como nichos críticos en el tiempo para su accesibilidad. Eso está sucediendo ahora, casi 50 años después de ese 1° de mayo de 1974. Reitera en ese escrito su mensaje al Congreso Ambiental de Copenhague de 1972 en donde hace mención a esos temas que fueron retomados por Francisco en su Encíclica Laudato Si.
La dirigencia política, social y gremial deberá avocarse a un análisis serio, profundo, estratégico del modelo de país a construir, sin manipulaciones externas que presionan siempre, desde los organismos internacionales, intentando definir para los “países centrales” la “división internacional del trabajo” que determina a los “países periféricos” su rol en el escenario global, en nuestro caso intentando que seamos proveedores de materias primas, como eje económico del país, en cuyo caso la exclusión de las grandes mayorías populares está determinada. Es el claro esquema neoliberal que eleva la consigna “caramelos o acero”, que viene desde el fondo de las dictaduras cívico-militares y que llevó al país a su estado de dependencia actual.
Esa es la razón que me lleva a reafirmar que la Planificación estratégica desde la convocatoria del Gobierno Nacional y Popular es una herramienta revolucionaria, como lo fue el Consejo Nacional de Posguerra de los años 50, cuando esa construcción permitió al país avanzar en los científico tecnológico, con expansión de las ciencias aplicadas, la industria liviana y pesada, un Estado de Justicia Social con un pueblo feliz y una Patria soberana, con educación, salud y vivienda comunitaria en situación de pleno empleo. La producción de aviones, vehículos de todo tipo, investigación e energía nuclear en una Argentina Bicontinental fueron algunos de los desafíos estratégicos, que los enemigos del país, comandados por EEUU y su alianzas internacionales no estaban dispuestos a admitir.
Desde entonces esa es la lucha que ha desplegado el pueblo argentino en función de preservar su Identidad y Memoria colectiva, que define la contradicción Patria o Colonia, como ha sido desde el inicio de los tiempos, cuando nuestros Padres Fundadores entregaron sus vidas al servicio de la causa de la Patria Matria Grande.
JORGE RACHID
PRIMERO LA PATRIA - www.lapatriaestaprimero.org
CABA, 7 de enero de 2022
BIBLIOTECA
Dierckxsens- Formento: Geopolítica de la crisis económica mundial Ed. Fabro
Juan D. Perón: América latina ahora o nunca Ed. Punto de Encuentro
Eduardo Galeano: La venas abiertas de América Latina Ed. Catálogos