"Camino al colapso"

"Con Macri estamos yendo a un escenario similar al del 2001"

Julián Zícari, autor del libro "Camino al colapso: cómo llegamos los argentinos al 2001", analizó la crisis que derivó en la caída de De la Rúa y la comparó con el momento que atraviesa Cambiemos tras el acuerdo con el FMI.

elpaisdigital.com.ar // Lunes 18 de junio de 2018 | 17:28

Por: Sebastián Reinagasebareinaga@hotmail.com "Luego de celebrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno de Macri puede ahora ganar gobernabilidad o paciencia por parte de la cúpula de la CGT, pero no de las bases", afirma Julián Zícari autor del libro Camino al colapso: cómo llegamos los argentinos al 2001.

En diálogo con El País Digital, el doctor en Ciencias Sociales y especialista en Historia Económica analizó la crisis económica que produjo la caída del Gobierno de Fernando De la Rúa y la comparó con el difícil escenario que atraviesa la gestión de Mauricio Macri.

La intervención del FMI, el ajuste, el rol del sindicalismo, la figura de Federico Sturzenegger, la tolerancia de la sociedad y el giro discursivo del macrismo son los componentes claves de la continuidad histórica que trazó Zícari entre Cambiemos y el final de la Alianza.

¿Qué significó la crisis del 2001?

El 2001 es una suerte de una huella traumática muy fuerte en la historia argentina, probablemente la crisis más dura. Pero no necesariamente en términos económicos sino en términos de la ruptura histórica y social que implicó. Ninguna crisis, salvo el Rodrigazo que produjo una respuesta popular muy importante, tuvo ese alcance. El 2001 provocó un quiebre social, económico, político e institucional dentro del juego político de las reglas de la democracia y permitió por lo menos la posibilidad de empezar a construir otro futuro.

Muchos políticos y analistas afirman que la situación actual es similar a la que desencadenó esa crisis, ¿qué simulitudes encontrás?

Uno puede trazar una secuencia histórica, por lo menos en la cuestión económica donde se da un modelo fuertemente dependiente del endeudamiento externo. Y que ese endeudamiento se agota, como le pasó a De La Rúa y ahora le está pasando a Macri. Ante este escenario, ellos asumen como respuestas tratar de recurrir al FMI y piden dos blindajes. Después del blindaje, el próximo paso de De la Rúa fue implementar el Megacanje, que conllevó cambiar títulos de deuda que vencían en el corto plazo por títulos de deuda de largo plazo. Bueno, este será también el próximo paso del macrismo: cambiar las Lebacs que vencen ahora por otro instrumento de deuda de más largo plazo. Lo paradójico es que la persona que hizo el Megacanje en el 2001 es la misma que estuvo detrás del crédito solicitado por el Gobierno: Federico Sturzenegger.

En el libro repasas las experiencias de 1995 y 2001, ¿qué análisis haces de estos dos momentos?

El corazón de la problemática del libro es que, de alguna manera, uno piensa a la distancia los 90 y el 2001 como hechos trágicos y se pregunta cómo pudo pasar, y en general aparece como la respuesta común responsabilizar a Cavallo, a De La Rúa y al FMI. Sin dudas son culpables, y está muy bien responsabilizarlos, pero mi pregunta apunta sobre todo a que alguien festejó cuando Cavallo volvió a ser ministro de Economía en 2001. Tenía un 70% de imagen positiva, todos los recibían como un salvador, todo el arco político le votó los superpoderes.

¿Por qué?

Había una sociedad que estaba dispuesta a acompañar las políticas neoliberales de ajuste, de endeudamiento, privatización, desempleo, flexibilización laboral, políticas terriblemente retrógradas que la sociedad una y otra vez validaba. El caso más claro de lo que estamos mencionando es la crisis del "Tequila" en el 1995. Esa crisis la responde tanto Menem y Cavallo con un paquete de ajuste terrible para la población dos meses antes de las elecciones, que ese paquete de ajuste y de desempleo termina llevando la desocupación al 18 por ciento. Sin embargo, Menem es reelegido en el 95 después de ese paquete de ajuste, osea que la sociedad estaba dispuesta a validar las políticas de ajuste del endeudamiento neoliberales.

¿Y qué pasó en 2001?

Hubo una gran diferencia porque la población por suerte después de que ya tuviera cierto agotamiento, ya sea del modelo económico, del modelo cultural y político, dijo basta y la tolerancia popular le puso un límite a las políticas de ajuste que empoderó a muchos sectores populares que ya se venían activando, los sectores medios, los piqueteros, el voto bronca, reuniones y asambleas, los clubes de trueque, movimientos de ahorristas, una sociedad realmente en ebullición.

No mencionás a los sindicatos. ¿Qué rol jugó la CGT?

En el 2001 trataron también ser moderados, de ser los garantes máximos de la gobernabilidad, pero las bases una y otra vez los desbordaban. Si uno recuerda qué pasó en aquel momento, incluso en la movilización de diciembre con la cual finalmente De La Rúa se va, no fue una manifestación llamada por el sindicalismo tradicional. Incluso la conflictividad social siguió escalando durante el año 2002. La respuesta de las bases uno no la puede subestimar de ninguna manera y esto es otro de los enigmas del futuro, porque el Gobierno de Macri puede ahora ganar gobernabilidad o paciencia por parte de la cúpula de la CGT, pero no de las bases.

¿Qué consecuencias traen las políticas de ajuste que recomienda el FMI en el acuerdo?

Yo creo que el segundo semestre de 2018 y el todo el 2019 vamos a un terreno realmente muy álgido y muy duro en términos económicos, y sobre todo me parece que el alza de la conflictividad social va a ser muy muy importante, porque vamos a una recesión muy fuerte, a una caída del salario. Además, la suba del dólar va a obligar a que la suba de las tarifas de los servicios públicos sea realmente mucho más profunda, y eso bueno obviamente va a desplomar el consumo, la inversión, los sueldos, y van aumentar la pobreza, el hambre, la desocupación. Todavía el escenario va a ser mucho peor para el 2019, la conflictividad y la protesta pueden ser muy altas.

¿Y creés que la respuesta del Gobierno puede ser similar?

El indicador más claro lo proyecta el propio Gobierno cuando está intentando bajo todos los medios modificar la Ley de Seguridad, para que las Fuerzas Armadas puedan ser parte de la seguridad interna. Esto es porque ya están vislumbrando ellos mismos un avance de la conflictividad social fuerte. La última vez que se quiso hacer exactamente lo mismo, que se quisieron cambiar las leyes de Seguridad y de Defensa, fue en el 2001. Lo quiso hacer Jaunarena precisamente por la avanzada de la conflictividad social a cargo de las organizaciones piqueteras y de los grupos sindicales, entonces es una señal o un síntoma de época.

Pero, hasta ahora, el Gobierno logró calmar esa conflictividad social bajando recursos a los sectores más postergados.

Debemos reconocer que la política gradualista, de alguna manera, les funcionó los primeros dos años porque a fines de 2017 tuvieron una ratificación electoral, lo que pasa que ahora es que el ajuste va a llevar la política económica del gradualismo al extremismo, van a hacer un ajuste muy severo, imposible de digerir, con recortes y un malestar social muy profundo. De ahora en adelante el macrismo lo único que le va a poder ofrecer a su electorado va a ser paciencia, esfuerzo, un tiempo más, pero bueno ya no más alegría. Y la credibilidad me parece que ya está completamente acabada porque en 2017 el principal capital político del macrismo no era tanto una satisfacción con respecto al Gobierno sino una expectativa una esperanza de que las cosas van a mejorar.

Macri dice que no le queda otro camino que el ajuste. ¿Esto es así?

La política macrista como no puede ser de otra manera, como todo programa neoliberal, es una brutal transferencia de ingreso que le saca a los sectores asalariados para darle a los sectores empresariales y especialmente a los sectores de las rentas concentradas, uno puede pensar por qué los trabajadores este año se tienen que conformar con 15, como máximo 20 por ciento de pauta de recomposición salarial y en este momento las Lebacs están rindiendo el 40 por ciento. Por qué sacaron las retenciones al oro, al petróleo, al trigo, al maíz, bajaron las de soja, por qué sacaron los impuestos al champagne a los autos de lujo, por qué bajaron las alícuotas de bienes personales, por qué no hay impuestos a adherencia. Hay un montón de sectores que realmente pueden pagar porque son el capital económico concentrado, los sectores de altos ingresos, por qué no pagan los grandes banqueros y por qué sí los tienen que pagar, jubilados, sectores populares, las clases medias, los trabajadores, los sectores informarles, acá claramente hay una decisión política de qué sectores son los que se van a descargar los costos de la crisis y qué sectores son los beneficiados.

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