Hace no muchos años, los partidos más radicalizados de la política argentina apuntaban el dedo acusador contra el sindicalismo peronista por su pertenencia a la estructura del poder político de turno. Ahora, tras haber marchado junto a las oligarquías terratenientes durante las protestas por la 125, la izquierda local profundiza su derechización.
Lunes 30 de marzo de 2015 | 15:26
Las banderas del MST flameaban en el corazón porteño de la oligarquía terrateniente: el monumento a los españoles, apenas a metros del predio de la Sociedad Rural Argentina. Desde allí, el entonces titular de la entidad agropecuaria que fue cómplice de la Dictadura, Hugo Biolcati, pidió volver al modelo agroexportador de principios del Siglo XX; un sistema económico para el que sobran 30 millones de personas. Allí estaba la izquierda vernácula aplaudiendo.
En años anteriores, y como harán mañana, también se sumaron a los paros por el aumento del Mínimo No Imponible del impuesto a las ganancias: esto es, parar para defender el poder adquisitivo del sector asalariado más privilegiado; apenas un pequeño porcentaje del mencionado universo.
Pero no contentos con eso, la misma izquierda que quemó un muñeco de Hebe de Bonafini en una plaza pública, mañana volverá a hacerle el trabajo sucio a los gremios opositores al gobierno nacional: los piquetes. Así, será la izquierda la que pague el costo de cortar los ingresos a la ciudad mientras los Moyano y los Barrionuevo capitalizarán las fotos de una ciudad inmovilizada gracias a los nostálgicos del comunismo.
El propio Gabriel Solano, del Frente de Izquierda, confirmó la estrategia de un sector que reclama por el Impuesto a las Ganancias mientras una gran parte del universo asalariado que no gana grandes sumas, busca mejorar su ingreso y es invisibilizado por la preocupación de una minoría con acceso a marcar la agenda de los medios.
"Mañana haremos piquetes porque los paros deben ser jornadas de lucha con la intervención de los trabajadores", confirmó Solano.
Mañana haremos piquetes porque los paros deben ser jornadas de lucha con la intervención de los trabajadores.
— Gabriel Solano (@Solanopo) marzo 30, 2015
Mañana, los partidos “obreristas” volverán a impedir que muchos trabajadores puedan concurrir a su lugar de trabajo: obligarán así a muchos a adherir a un paro que no comparten. Así se mueve la izquierda vernácula, cerca de las patronales del campo y en defensa de los asalariados que mejores ingresos tienen.