Milei: Entre la Antipolítica y el Abismo

(Osvaldo Peralta - @OPeraltaOk) Entre los escenarios que se vislumbraban tras la victoria de Milei, uno se confirma con fuerza: la exacerbación de conflictos que ponen en jaque la gobernabilidad. El Presidente, lejos de administrar el país, ha optado por conducir una parcialidad enardecida y fanática, despreciando cualquier instancia de diálogo y consenso. Pero, ¿cómo pretende gobernar alguien que odia el Estado, las herramientas de la democracia y desconfía de cualquier voz disidente?

La confusión entre el plano moral y el instrumental es la primera piedra de la grave falla de liderazgo que analizamos. Milei utiliza la palabra "casta" como un estigma moral, condenando no solo a los políticos sino también a las prácticas y procedimientos propios de la política. Este desprecio por la negociación, los consensos y los tiempos legislativos muestra una falta de comprensión del rol presidencial y pone en riesgo la estabilidad del país en medio de un ajuste sin precedentes.

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El desconocimiento de la legitimidad del otro es otro aspecto alarmante. La ideología presidencial lleva a la negación de la legitimidad de los opositores y gobernadores, cuestionando la validez de sus elecciones. Esta postura antidemocrática, que invalida cualquier voz disidente, revela una peligrosa tendencia hacia la intolerancia y la demonización de aquellos que no comparten la fe mileista.

La demonización del Estado, enmarcada en un libertarianismo anarcocapitalista, revela la tercera grieta en el liderazgo de Milei. La aversión ciega al Estado como "ente innecesario" deja en evidencia una posición dogmática que no solo amenaza la estabilidad económica, sino que busca erradicar la presencia del Estado como institución. La visión apocalíptica de los anarcocapitalistas augura un futuro sin Estado, una utopía que parece chocar con la realidad de administrar un país.

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Ante estas fallas de liderazgo, surgen interrogantes cruciales sobre el futuro de Milei. ¿Cómo gobernará alguien que detesta el Estado y desconfía de las instituciones democráticas? La antipolítica que lo llevó al poder ahora parece paralizar su capacidad de gobernar. La falta de diálogo, la inexperiencia y el menosprecio por las reglas democráticas ponen en riesgo la capacidad de Milei para conducir una nación que, a pesar de sus imperfecciones, se rige por principios democráticos.

En definitiva, la cuestión más apremiante de nuestra actualidad política es si la jefatura de Milei es apta para enfrentar los desafíos que plantea la realidad. ¿Qué hará ante las primeras derrotas? ¿Endurecerse o demostrará que los iluminados también pueden tener un plan B? La incertidumbre sobre el futuro de Milei se convierte en una sombra que se cierne sobre el país, mientras su liderazgo fanático amenaza con sumirlo en un abismo del que podría ser difícil salir.

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Néstor y Cristina duplicaron la clase media en cambio Javier Milei en sólo dos meses generó 2,5 millones de pobreshttps://t.co/c5RGTVdUzM pic.twitter.com/vHU6IqFBgz

— En Orsai (@EnOrsai) February 12, 2024